Un nuevo estudio de la Universidad de Michigan esclarece el valor de la terapia de choque en la depresión severa.
Los tratamientos más comunes para la depresión severa son la psicoterapia, la terapia cognitivo-conductual, y docenas de medicamentos. Sin embargo, la terapia de choque es una de las opciones más poderosas. Diversos estudios han demostrado que la terapia electroconvulsiva (TEC), también llamada terapia de choque, ha conducido al rápido restablecimiento de hasta 60 por ciento de los pacientes con este trastorno, por lo que se considera mucho más eficaz que otros tratamientos.
“La TEC es el mejor tratamiento para lograr la remisión en personas con depresión severa”, asegura el psiquiatra Daniel Maixner. Y, no obstante, solo 2 por ciento de los pacientes elige la terapia de choque. Una razón es el estigma asociado con el procedimiento. Otra es el costo: entre 300 y 1,000 dólares por tratamiento, cuando un paciente suele necesitar entre cinco y 15 sesiones iniciales, seguidas de 20 o más de mantenimiento a lo largo de un año.
Investigadores de la Universidad de Michigan decidieron averiguar si los beneficios de la TEC justificaban semejantes desembolsos, sobre todo en comparación con las terapias farmacológica y de conversación. Los resultados reveladores de su estudio fueron publicados el 9 de mayo en la revista JAMA Psychiatry.
Cómo se hizo el estudio. A lo largo de cuatro años, los investigadores probaron siete estrategias para tratar la depresión —incluida la TEC— y compararon la cantidad de años que persistió la eficacia de cada tratamiento. También cuantificaron el dinero que gastaron los pacientes anualmente en cada tratamiento, así como la frecuencia y la rapidez con que entraron en remisión y las recaídas posteriores.
Lo que hallaron. La TEC se vuelve rentable una vez que otros dos medicamentos fracasan durante un periodo de ocho semanas cada uno. Esta estrategia tiene un costo anual aproximado de 54,000 dólares. Dicho desembolso cae dentro del rango de 50,000 a 150,000 dólares, el cual es utilizado por las aseguradoras para evaluar si el beneficio de una intervención amerita el costo.
Advertencias. “No pretendemos decir cuándo los proveedores deben ofrecer la TEC”, dice el Dr. Eric Ross, autor principal del estudio, quien insiste en que el costo del tratamiento es solo uno de muchos factores a considerar. También debe contemplarse la gravedad del trastorno y la conveniencia de aplicarlo para cada caso.
Desafíos. La TEC suele acompañarse de un estigma originado en la época en que esta era —en palabras de Ross— “más desagradable”. En las décadas de 1960 y 1970, la terapia no se aplicaba con anestesia, además diversos libros y películas -como Atrapado sin salida- no ayudaron a mejorar su imagen. Otro problema es el acceso limitado al tratamiento, debido a la reducida cantidad de profesionales.
En resumen. “Los pacientes suelen probar entre cinco y diez medicamentos y experimentan meses o años de depresión descontrolada hasta que alguien ofrece la TEC”, informa Ross. Los resultados de este estudio sugieren que la terapia de choque debe considerarse mucho antes.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek