“No queremos separar familias, pero no queremos que familias vengan a la frontera ilegalmente”: el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, reiteró la política migratoria de “tolerancia cero” del gobierno de Donald Trump.
“Si cruza la frontera ilegalmente, le procesaremos, es así de simple”, dijo el fiscal junto al jefe de la policía migratoria ICE, Thomas Homan, en San Diego.
Un centenar de centroamericanos atravesó México hasta Estados Unidos con el objetivo de pedir asilo. La movilización fue muy criticada por Trump, que llegó al poder con la promesa de deportar a millones de indocumentados y construir un gigantesco muro en la frontera sur.
Y la separación de familias es una de las principales preocupaciones de estos migrantes.
“Si contrabandea indocumentados por nuestra frontera, le procesaremos; si contrabandea un niño, le procesaremos. Y el niño será separado de usted como lo requiere la ley”, dijo el fiscal general -equivalente a un ministro de Justicia-, que ha sido uno de los principales promotores de leyes migratorias más duras.
“Los estadounidenses tienen razón, y es justo y decente que pidan esto, que quieran fronteras más seguras y un gobierno que sepa quién está aquí y quién no”, indicó. “Donald Trump se lanzó a la presidencia con ese ideal, creemos que es una de las grandes razones por las que ganó”, acotó.
En marzo pasado, el presidente inspeccionó varios prototipos de muralla erigidos en Otay Mesa, a pocos kilómetros de donde Sessions habló el lunes. El vicepresidente Mike Pence y la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, visitaron también este año la frontera.
El gobierno canceló a su vez, el viernes pasado, el Estatus de Protección Temporal (TPS) para Honduras, programa por el cual unos 60,000 inmigrantes de ese país residen legalmente en el país.
“¡Lo que haces es diabólico!”
Sessions -que el lunes visitó Arizona, otro estado fronterizo con México- aseguró además que incrementará el número de fiscales y jueces de migración para procesar los casos de asilo.
Estados Unidos “no puede acoger a todo el mundo en la Tierra que esté en una situación difícil”, indicó.
“Queremos que todo el mundo sepa que esta frontera no está abierta. No venga ilegalmente. Haga su pedido, espere su turno”, zanjó Sessions, cuyo discurso fue brevemente interrumpido por un manifestante.
“¡Lo que haces es diabólico!”, le gritó antes de que fuera abordado por la seguridad.
El gobierno alertó de un incremento en el número de detenciones de indocumentados en la frontera -90,033 entre enero y marzo 2018 frente a 62,525 en el mismo período de 2017-.
Y según el diario The New York Times, unos 700 niños fueron separados de sus padres en estaciones fronterizas desde octubre de 2017, 100 de ellos menores de cuatro años.
El gobierno ha dicho que la ley permite separar a adultos de niños si no se puede confirmar una relación parental o si considera que el menor está en peligro.
“Es una violación de los derechos humanos separar a las familias”, dijo a la AFP Enrique Morones, fundador de la ONG Border Angels. “Sin duda el presidente es un racista que está causando terror”, opinó.
Morones aclaró no obstante que tradicionalmente los gobiernos -demócratas o republicanos- “nunca han sido muy abiertos a recibir inmigrantes”.
E insistió en que cruzar por el desierto nunca es la mejor opción.
“Pueden morir, ser violados, no arriesguen su vida”, señaló.