Tras décadas de investigación sobre los chimpancés, que son el pariente más cercano de los seres humanos, se ha encontrado que son desinteresados, solidarios y que forman lazos de confianza con sus amigos más cercanos. Pero cuando se trata de su gusto musical, los chimpancés quizás no manifiesten ninguna preferencia entre las composiciones clásicas de Beethoven y la mezcla de pop y música electrónica de Justin Bieber.
La mayoría de los zoológicos internacionales tocan música para sus animales cautivos, pero los chimpancés no mostraron ninguna respuesta emocional, ni positiva ni adversa, ante una gama de géneros musicales, de acuerdo con un estudio reciente realizado por el Departamento de Psicología de la Universidad de York en el Zoológico RZSS de Edimburgo.
Los expertos afirman que, aunque la música puede beneficiar a los seres humanos que visitan los zoológicos, los animales se mantienen simplemente indiferentes ante cualesquier melodías que fluyan a través de las ondas hertzianas.
Los investigadores construyeron una “rockola para chimpancés” que permitía que los animales del zoológico seleccionaran la música que se oiría en su centro de atención para chimpancés, la cual contenía música de Adele, Bieber, Beethoven y Mozart.
Tras familiarizarse con el nuevo artilugio de la exhibición, los chimpancés no mostraron ninguna preferencia ante géneros concretos de música, y ni siquiera a que se tocara música o no. Los animales se mostraron tan indiferentes al escuchar las conmovedoras y desventuradas canciones de amor de Adele que cuando los contagiosos éxitos de baile de Biebs fueron elegidos por el grupo de grandes simios.
El estudio, publicado en la revista de investigaciónPLOS One, señala “la posibilidad de que la apreciación musical sea algo que constituya un rasgo característicamente humano”, afirmaron los investigadores en una declaración.
“Esos resultados indican que la música no es algo que resulte relevante para los chimpancés cautivos, lo cual está apoyado por trabajos recientes con orangutanes alojados en zoológicos, los cuales fueron incapaces de distinguir la música de ruidos mezclados digitalmente”, dijo la doctora Emma K Wallace, de la Universidad de York. “Sin embargo, aunque la música no parece tener un efecto positivo en el bienestar de los chimpancés cautivos, tampoco produjo ningún efecto negativo”.
Así, aunque los guardianes de los zoológicos seguramente seguirán escuchando cualquier tipo de música que prefieran, no deben esperar que los chimpancés organicen una fiesta de baile o que comiencen a llorar mientras escuchan una canción de éxito.