Hace 35 años, la Universidad Panamericana campus Aguascalientes inició su camino como un proyecto ambicioso y visionario. Aunque su fundación fue el resultado del esfuerzo y la persistencia de algunos empresarios hidrocálidos, la verdadera historia de la universidad se ha escrito a lo largo de los años con cada generación de estudiantes, profesores y colaboradores que han dejado su huella en sus aulas y pasillos.
Comienzos de la universidad
Desde su inauguración en 1989, la Universidad Panamericana ha sido un motor de innovación y desarrollo en Aguascalientes. Los primeros años estuvieron marcados por la construcción de un campus que, con el tiempo, se ha convertido en un ícono de la educación en la región. Los edificios que hoy conocemos no siempre estuvieron allí; fueron el resultado de un esfuerzo colectivo que involucró a la comunidad universitaria y a generosos donantes que creyeron en el proyecto.
Por lo mismo, los inicios de la universidad fueron difíciles: la poca infraestructura hacía que, a diferencia de hoy, las clases fueran difíciles de impartir y la organización de los cursos estuviera a punto de ser caótica. Un colaborador clave para evitar que esto afectara gravemente a la universidad y que siguiera adelante fue su primer rector, el Mtro. José Romo Saucedo.
El Dr. Eduardo Sánchez de Alba, uno de los profesores que estuvieron en ese comienzo de la universidad, comenta acerca de esto: “en ese momento solo había instalaciones totalmente insuficientes y prematuras. Por eso pienso que [José Romo] era el rector indicado para ese momento difícil de la universidad. Solamente una persona como “Pepe” Romo, que era enérgico y no se desanimaba con nada, podía sacar a la universidad adelante. Él era un rector con mucha iniciativa y aguante, y es justo lo que se necesitaba en esas circunstancias”.
Épocas de cambio en la historia del campus
Uno de los momentos más decisivos en la historia de la universidad fue la fusión estratégica con la Universidad Panamericana en 1995. Esta unión no solo representó un cambio de nombre, sino que fue un paso crucial para asegurar el crecimiento y la estabilidad del campus en un momento de incertidumbre económica. La fusión permitió que la Bonaterra, como era conocida entonces, se beneficiara del prestigio y la experiencia acumulada de la Universidad Panamericana, que ya contaba con una sólida reputación en la Ciudad de México y Guadalajara.
El impacto de esta fusión se sintió de inmediato. Con el apoyo de la Universidad Panamericana, el campus en Aguascalientes pudo consolidar su estructura financiera y expandir su infraestructura. Se construyeron nuevos edificios, se mejoraron los laboratorios y se reforzaron los programas académicos, lo que permitió a la universidad seguir creciendo a pesar de los desafíos económicos de la época.
Un evento significativo en la historia de la universidad ocurrió el 8 de mayo de 1990, cuando el Papa Juan Pablo II visitó Aguascalientes. Durante su breve pero memorable visita, el Papa bendijo la primera piedra del oratorio del campus, un gesto que reafirmó la fe y la misión educativa que desde el inicio habían guiado a la institución. La escultura de Cristo que hoy se encuentra en la entrada del oratorio es un símbolo de ese día histórico, recordando el legado espiritual que acompaña a la universidad.
Otro cambio simbólico ocurrió en 2006, cuando la Universidad Bonaterra fue oficialmente rebautizada como Universidad Panamericana campus Aguascalientes. Este cambio de nombre fue más que una formalidad; representó la consolidación de la identidad de la institución dentro del marco de la Universidad Panamericana. El nombre “Panamericana” no solo unificó a los tres campus bajo una misma bandera, sino que también reflejó un compromiso compartido con la excelencia académica y la formación integral basada en valores humanistas.
Este renombramiento también fue un reconocimiento a los logros alcanzados desde la fusión en 1995 y una reafirmación de la visión que había guiado a la universidad desde sus inicios: formar líderes con la capacidad de transformar la sociedad. Desde entonces, la Universidad Panamericana campus Aguascalientes ha continuado expandiéndose y fortaleciendo su presencia tanto a nivel local como internacional.
Testamento de liderazgo
Desde sus humildes comienzos hasta su actual posición como una de las instituciones educativas más respetadas de la región, la universidad ha mantenido siempre un compromiso firme con la excelencia académica y la formación integral de sus estudiantes. Sus más de 12,000 egresados en diferentes trabajos y países en el mundo son este testamento que deja la institución con la sociedad.
Hoy, la universidad celebra su 35 aniversario no sólo como un recuerdo de su pasado, sino como un reflejo de todo lo que ha logrado y de todo lo que aún está por venir. Con la misma visión y dedicación que la caracterizaron desde el principio, la Universidad Panamericana continúa su misión de formar líderes con valores que transformen la sociedad.