En México ya nos alcanzaron las “malas noticias” a las que nos enfrentamos quienes nos dedicamos a la diversidad, equidad e inclusión en los espacios laborales. Esas “malas noticias” se detonaron en Estados Unidos, en poblaciones conservadoras y privilegiadas que buscan regresar a la meritocracia simple del acceso al trabajo, el desarrollo y crecimiento interno.
Se trata de una coartada política para atraer el apoyo de las mayorías, a quienes han hecho creer que las poblaciones llamadas “minorías” han acaparado todas las oportunidades laborales y hecho a un lado a grupos mayoritarios privilegiados.
Y así, una a una, ya son más de diez empresas que en Estados Unidos han tenido que hacer pública su renuncia a las políticas en diversidad, equidad e inclusión (DEI) por un miedo a repercusiones económicas de los nuevos liderazgos políticos.
En México, desde el desafortunado posicionamiento del señor empresario de la televisora y las tiendas de retail amarillas, comenzó a escribirse alrededor de qué significa esto de la cultura “woke” y cómo se está ligando o revolviendo con el uso del lenguaje incluyente. Además de que se ha reducido el desdoblamiento del género o el uso de la “e” para terminaciones de género neutras, el tema será asunto para conversarlo más adelante.
Soy “woke”, sí, lo soy. Soy consciente de temas sociales importantes y busco generar herramientas para reducir estigmas, acompañar problemáticas y reducir su impacto negativo.
¿TÚ ERES “WOKE”?
¿Para ti qué significa “woke”? ¿Por qué lo utilizas como despectivo contra mi forma de pensar, actuar o la de un grupo o empresa? ¿Lo utilizas para reconocer las injusticias sociales y falta de justicia para grupos poblacionales minoritarios?
Vendrán muchas conversaciones al respecto. Nos tendremos que preparar con las mejores respuestas, las que abran la conversación sobre los impactos reales de una cultura de inclusión hacia las personas diversas, las que permitan escuchar a las personas que ahora creen que se están quedando fuera, aquellas con privilegios tradicionales que, además, son un tanto diferentes a las privilegiadas de las que se habla en las empresas en Estados Unidos.
Sobre todo, las que nos hagan ver las realidades económicas, históricas y sociales tan diferentes que tenemos entre Estados Unidos y México. Las que tienen que ver con diversas protecciones legales que nos amparan en cada país, pero que, por la cercanía económica y geográfica, esa brecha de casi 20 años que tenemos en temas de DEI parece que vendrá a aplastar los avances que hemos tenido sin permitirnos aprender localmente y crear nuestra propia estrategia en México; claro, si lo permitimos y si no sabemos contrarrestar estos impulsos de imitación.
Y tú ¿eres woke? ¿tu empresa lo es? N
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Francisco Robledo es consultor y estratega en inclusión laboral con foco en diversidad LGBTQ+, capacitador, conferencista y TEDx speaker. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.