El club alemán de futbol del Stuttgart denunció este jueves que sus aficionados se vieron sometidos a controles “desproporcionados y humanamente degradantes” en la frontera de Serbia, donde su club disputó el miércoles un partido de la Liga de Campeones.
Un grupo de 500 aficionados del Stuttgart, que se trasladaban en 10 autobuses, fue detenido en la frontera antes de entrar en Serbia. Según los servicios de seguridad del país balcánico, se encontraron “objetos prohibidos”, y eso justificó “una intensificación y refuerzo de los controles”, explicó el equipo alemán en un comunicado.
“Según numerosos aficionados del Stuttgart, los controles efectuados fueron desproporcionados y humanamente degradantes. También se comunicó que hubo violencia física contra nuestros hinchas”, continuó el Stuttgart.
Después de los controles, los autobuses dieron media vuelta y regresaron de vuelta a Alemania.
El Stuttgart también denunció “varios ataques violentos” contra aficionados de su equipo en el centro de Belgrado, donde el club de la Bundesliga perdió 5-1 ante el Estrella Roja.
“Situaciones así son inaceptables. Queremos vivir el fútbol en una Europa libre y en vez de eso nos enfrentamos cada vez más a medidas desproporcionadas contra los aficionados“, lamentó Alexander Wehrle, presidente del directorio del club alemán.
El Stuttgart se reservó el derecho a elevar una protesta ante la UEFA, que según el club subcampeón de Alemania conoce lo ocurrido y va a iniciar “su propia investigación”.
ALEMANIA Y SUS CONTROLES FRONTERIZOS
Alemania reintrodujo controles en todas sus fronteras, incluyendo las de Bélgica, Francia, Luxemburgo, Países Bajos y Dinamarca, además de los ya vigentes con Austria, Polonia, República Checa y Suiza. Esta medida, prevista inicialmente por seis meses, busca combatir la migración ilegal y amenazas como el terrorismo islamista y el crimen transfronterizo.
Aunque estas inspecciones están prohibidas en el espacio Schengen de libre circulación, se permiten temporalmente en casos de amenaza al orden público o seguridad, con una duración máxima de dos años.
La Comisión Europea calificó la medida como “estrictamente excepcional” e instó a que sea equilibrada, advirtiendo de posibles tensiones dentro de la Unión Europea.N
(Con información de AFP)