Es sabido que la dieta de los leones se compone principalmente de carne y que su alimentación depende de las presas que logran cazar en su hábitat natural. Sin embargo, el reciente análisis de cabello encontrado entre los dientes rotos de leones famosos, abatidos en el siglo XIX, revela una sorprendente información: su dieta también incluía humanos.
A finales de la década de 1800, leones salvajes (Panthera leo) conocidos como los “devoradores de hombres de Tsavo”, dos grandes machos sin melena, aterrorizaron a los trabajadores que construían el ferrocarril entre Kenia y Uganda, hasta que fueron asesinados a tiros por un administrador del tren, el teniente John Henry Patterson.
“Se desconoce el número exacto de sus víctimas, pero probablemente mataron al menos a 31 personas cerca del río Tsavo en Kenia. Estos leones terminaron en exhibición en el Museo Field de Chicago, Illinois, y en 2001 se habían extraído miles de pelos de una cavidad en uno de sus dientes”, refiere un nuevo artículo de la revista académica Nature.
En ese momento, agrega Nature, lo mejor que podían hacer los científicos era observar los cabellos bajo un microscopio. Pero en palabras del genetista antropólogo de la Universidad de Illinois en Urabana-Champaign, Estados Unidos, Ripan S. Malhi, “el ADN antiguo ha avanzado mucho”.
“Ya no se necesita una célula folicular en un cabello para extraer y leer el material genético. Se puede hacer a partir del propio tallo del cabello”, pormenoriza Malhi.
Al utilizar estas técnicas, Malhi y sus colegas identificaron cabello de jirafa, órix, antílope acuático, ñu, cebra y humano en la muestra. El informe retomado por la revista fue publicado originalmente en Current Biology.
LA SORPRENDENTE DIETA DE LOS LEONES QUE INCLUYE ÑUS
Aunque la noticia de los humanos fue impactante, la mayor sorpresa fueron los ñus. No había ninguno cerca del lugar donde se encontraba el campamento de los trabajadores del ferrocarril, apunta la coautora Alida de Flamingh, bióloga evolutiva de la Universidad de Illinois.
Las manadas más cercanas estaban a 90 kilómetros de distancia. Por tanto, estos leones vagaban por áreas más grandes o, históricamente, los ñus sí estaban presentes en la región de Tsavo.
Aunque los investigadores podrían realizar más análisis para descubrir más información sobre el ADN humano, incluyeron detalles mínimos al respecto en el artículo.
En tanto, Graham Kerley, ecologista y especialista en leones de la Universidad Nelson Mandela en Gqeberha, Sudáfrica, afirma que la lista de especies cuyo ADN sigue presente en los dientes del depredador no es particularmente sorprendente.
La verdadera noticia, en voz del experto, es la importancia de preservar los especímenes biológicos para que puedan volver a analizarse a medida que las herramientas mejoren con el tiempo.
“Cuando Patterson mató a tiros a estos leones, no tenía ni idea de la increíble información que surgiría cien años después”, concluye. N