En una esquina de la Ciudad de México, entre el bullicio del tránsito y el murmullo incesante de los transeúntes, se observa una escena repetitiva: personas de todas las edades tienen los ojos fijos en el teléfono celular; caminando, sentadas en cafeterías o esperando en paradas de autobús, es una imagen que ha llegado a definir la vida urbana contemporánea. Para Mario Campos, autor de Batalla por la atención. Cómo dejar de perderse entre pantallas y redes sociales (Aguilar, 2024), el consumidor finalmente es el producto de grandes empresas tecnológicas.
En el transcurso de ocho capítulos se exploran diversos temas, incluyendo: costos sociales y políticos de la acción frente a las pantallas, la dieta de información, el hackeo de cerebros y la inteligencia artificial (IA).
Para el periodista y docente, hoy en día nadie es capaz de concentrarse en una tarea durante periodos prolongados debido al dispositivo móvil. De acuerdo con la Iglesia, Dios es omnipresente; según Campos, la omnipresencia del celular también es evidente, incluso en quienes conducen.
“El proceso de escritura llevó 18 meses, aunque la reflexión sobre la batalla por la atención tiene más años. Nace en un primer momento en las aulas; en 2024 cumplo 20 años dando clases en la Universidad Iberoamericana, y un tema recurrente para mí era cómo cambió la manera en que se produce, consume y distribuye la información. El celular se ha comido cientos de objetos que estaban a su alrededor y su tarea expansiva no ha terminado”, dice en entrevista con Newsweek en español.
LA ECONOMÍA DE LA CONDUCTA, TEMA PLASMADO EN “BATALLA POR LA ATENCIÓN”
Actualmente el teléfono ejecuta desde tareas elementales, como suplir un papel por la herramienta de notas y el trabajo de una calculadora, hasta funciones cada vez más especializadas: realiza electrocardiogramas, cumple con tareas creativas mediante IA, sirve de GPS, etcétera. La facilidad de acceso a información inmediata y la capacidad de aprender en tiempo real es una de las grandes ventajas. Sin embargo, este proceso ha tenido un precio muy alto: hemos perdido el control de nuestra atención.
“La llegada de los celulares y de las pantallas en general ha detonado una guerra en la que las empresas dependen de que nuestra mirada se mantenga pegada a estos dispositivos el mayor tiempo posible. Miles de millones de millones de dólares dependen de ello”, refiere la introducción de esta obra.
Sin duda, este fenómeno se intensificó aún más en los últimos años debido a una circunstancia inesperada: la pandemia de covid-19. Campos explica que la vida privada dejó de serlo en muchos sentidos.
Aplicaciones como Instagram permitieron trasladar los álbumes privados a los espacios públicos, diversas mascotas se volvieron figuras públicas, “hasta nuestras comidas, vacaciones o actividades de fin de semana se convirtieron en material digno, según nosotros, de producción y distribución”.
“Muchos de los fenómenos que en el libro están planteados es como si les hubieran puesto esteroides durante la pandemia. En los últimos años se ha estudiado desde diversas disciplinas, que van desde la psicología, economía y sociología, cuáles son las formas en que tomamos decisiones y por qué nos comportamos en un sentido u otro”, agrega el también conductor de radio y televisión respondiendo al término ‘Economía de la conducta’.
Mario Campos analiza los patrones emocionales y de comportamiento para comprender mejor los procesos de toma de decisiones y tratar de influir en ellos. Este campo de conocimiento se aplica en múltiples terrenos, por ejemplo, desde cómo se seleccionan los alimentos en una aplicación —el diseño de la interfaz—, la interacción a la hora de sacar el dinero de un cajero; si retiras primero la tarjeta o los billetes antes de irte, “este análisis se ve muy reflejado en el diseño de las redes sociales para aumentar nuestro tiempo en pantalla”.
“NO ES UN LIBRO TESTIMONIAL, PERO SOY PARTE DEL FENÓMENO”
—En las primeras páginas describes cómo recibiste una notificación en tu celular informándote que tu tiempo de pantalla aumentó un 36 por ciento en la semana, alcanzando un promedio de 10 horas y ocho minutos diarios. Al finalizar este libro, ¿qué reflexión te queda en cuanto al uso del dispositivo móvil? —preguntamos.
—Sí tomé algunas decisiones. Sí he reducido notablemente mi uso frente a pantalla y lo he orientado más a mis objetivos personales. Tomé la decisión de eliminar de mi pantalla de inicio una aplicación: TikTok, que me consumía más tiempo y no generaba mayor beneficio. Eliminé notificaciones de grupos donde participa mucha gente y no necesitaba seguir la conversación constantemente.
“Aunque no es un libro testimonial, es una obra de la que yo me siento parte no como alguien libre, sino que lidia con este tema y plantea algunas soluciones para quien quiera replantear su relación con las redes”, añade.
Para Campos, es una batalla asimétrica, “no solo mi fuerza de voluntad hará despegarme”. A diferencia de la televisión, por ejemplo, esta no acumula estímulos para que pasemos más tiempo y tampoco recibe información de nuestros y preferencias. En resumen, la lucha de los últimos 15 años tiene desventajas. De acuerdo con el portal de estadística en línea Statista, en 2023 los internautas de todo el mundo pasaron 6 horas y 37 minutos al día en internet, que va en mancuerna con el uso del celular.
Los internautas de Brasil, Argentina y Colombia destinan más de nueve horas diarias a surfear la web, incluidas las redes sociales. Los mexicanos, a su vez, dedican algo más de un tercio del día (ocho horas y siete minutos). Ante este panorama, algunas salidas que ofrece Campos en Batalla por la atención son: establecer horarios de navegación, aplicar controles de tiempo y construir espacios libres de dispositivos.
Hace poco, Mario Campos presentó su obra en la Librería Gandhi de Miguel Ángel de Quevedo junto a Emilio Saldaña. Y ahora trabaja en una nueva publicación, que todavía no tiene fecha.
“Estoy en el proceso de investigación de lo que representa vivir en un mundo donde será casi imposible distinguir lo verdadero de lo falso. Hoy es la batalla por la atención, la siguiente será por la verdad. Actualmente vemos el desarrollo de la IA, deepfakes, etcétera”, concluye. N