Seguro has escuchado hablar de la dieta mediterránea, pero ¿qué hay de su prima, la dieta atlántica? Desde principios de 2024, la dieta atlántica ha recibido un gran interés a medida que los usuarios e influentes de TikTok se percataron de la última tendencia en dietas.
Pero ¿en qué consiste y qué dice la ciencia al respecto? Newsweek habló con expertos para averiguarlo. “La dieta atlántica, originaria del noroeste de España y norte de Portugal, se caracteriza por apostar por ingredientes frescos, de temporada y de proximidad“, explica María del Mar Calvo Malvar, especialista en Medicina de Laboratorio del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, en España, quien ha publicado varios artículos sobre esta forma de alimentación.
“Los alimentos básicos incluyen frutas, verduras, especialmente verduras de la familia Brassica, cereales integrales (principalmente pan), legumbres, papas, productos lácteos y pescado. Y el pescado y los mariscos se consumen al menos tres o cuatro veces por semana”, menciona.
SE USA ACEITE DE OLIVA Y NO SE FRÍE
“El aceite de oliva es la principal grasa para cocinar y se prefiere el vino a la cerveza. Se prefieren métodos de cocción como cocinar al vapor, hervir, hornear, asar o guisar en vez de freír, además de para preservar el valor nutricional”.
Es similar a la dieta mediterránea, rica en cereales integrales, frutas, verduras, legumbres y aceite de oliva. También incluye una ingesta moderada de quesos y pescados y una ingesta limitada de carnes rojas y procesadas. Pero son los alimentos consumidos dentro de estos grupos los que distinguen a estas dos dietas.
“A diferencia de la dieta mediterránea, que también apuesta por los ingredientes frescos y de temporada y el uso de aceite de oliva, la atlántica presenta una selección diferente de verduras y frutas, junto con un consumo variado de cereales”, afirma Calvo Malvar.
“Las verduras de la familia Brassica [brócoli, col, kale y otras verduras de hojas verdes] se consumen en abundancia en la cocina atlántica, con reconocidos beneficios para prevenir enfermedades. El consumo de pescado y lácteos es mayor en la gastronomía atlántica, y el vino tiene prioridad sobre la cerveza”.
LO QUE DICEN LOS CIENTÍFICOS SOBRE LA DIETA ATLÁNTICA
Alberto Coelho, catedrático de Química de la Universidad de Santiago de Compostela, añade que los tipos de pescado que se consumen en la dieta atlántica también difieren de los que se ingieren en la dieta mediterránea tradicional.
“Si bien tanto la dieta mediterránea como la atlántica del sur de Europa incluyen el consumo de pescado y mariscos frescos, la atlántica del sur de Europa puede enfatizar más el consumo de mariscos típicos del Atlántico, como bacalao, sardinas y mariscos locales”, dice Coelho a Newsweek.
“Dado el acceso a los océanos, la dieta atlántica tiende a incluir una cantidad significativa de pescados y mariscos frescos, como salmón, bacalao, sardinas, mejillones y camarones. Aunque el pescado es una parte central, también puede incluir una cantidad moderada de carnes magras como aves y caza”.
Ahora que hemos establecido qué es la dieta atlántica, ¿cuáles son los beneficios para la salud asociados con esta forma de alimentación? “El principal beneficio que proporciona es bienestar y longevidad”, dice Coelho.
“Los datos muestran evidencia de actividad anticancerígena y antioxidante gracias a diferentes componentes de la dieta atlántica del sur de Europa, presentes en el pulpo, mejillones, brasicáceas, aceite de oliva local, pimientos de padrón, entre otros alimentos de amplio consumo”, añade.
UNA MENOR MORTALIDAD CON LA DIETA ATLÁNTICA
De hecho, un estudio realizado por investigadores de Madria, Oporto y Harvard, publicado en la revista BMC Medicine en 2021, encontró que la adherencia a la dieta atlántica en adultos mayores de 60 años se asoció con una menor mortalidad por todas las causas. Y una investigación del laboratorio de la María del Mar Calvo Malvar demostró que esta dieta también puede beneficiar la salud metabólica.
“En nuestro último estudio, publicado en JAMA Network, encontramos que una intervención nutricional en familias que seguían la dieta atlántica redujo el riesgo de desarrollar síndrome metabólico en un tercio en el grupo de intervención en comparación con los grupos de control”, explica.
“Este es un hallazgo importante porque el síndrome metabólico afecta a casi 25 por ciento de la población adulta general en todo el mundo, y su diagnóstico aumenta en gran medida la probabilidad de desarrollar enfermedades como diabetes tipo 2, padecimientos cardiovasculares y cerebrovasculares.
“Específicamente, la dieta atlántica se correlaciona con una microbiota intestinal saludable y niveles bajos de varios factores de riesgo cardiovascular, como colesterol, triglicéridos, proteína C reactiva (un marcador de inflamación), resistencia a la insulina, presión arterial, peso corporal y circunferencia de la cintura, entre otros”, agrega Alberto Coelho
ENTONCES, ¿ESTO HACE QUE LA DIETA ATLÁNTICA SEA MEJOR QUE LA MEDITERRÁNEA?
“No centraría el discurso en sí una es mejor que la otra”, responde Coelho. “Son dietas complementarias y ambas muy saludables, la elección entre la dieta del Atlántico sur y la dieta mediterránea puede depender de una variedad de factores personales y contextuales”.
Calvo Malvar coincide: “Ambas pautas dietéticas demuestran ser saludables y agradables. Creo que la cuestión no es determinar cuál es más o menos saludable, o más o menos agradable, sino qué patrón dietético se adapta mejor a la población en la que se promueve.
“La dieta es uno de los factores de riesgo modificables más importantes para las enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas, y los cambios en la dieta son una estrategia clave para prevenir millones de muertes al año en todo el mundo.
“Los principios básicos de la dieta atlántica ofrecen una combinación única de flexibilidad, palatabilidad, capacidad de saciedad y asequibilidad, lo que la convierte en una opción atractiva para las personas que buscan opciones dietéticas saludables. Además, su tradición culinaria, caracterizada por platos imaginativos pero simples, se presta bien a las limitaciones de tiempo que prevalecen en los ajetreados estilos de vida actuales”, concluye Calvo Malvar. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)