¿Las gallinas tienen emociones? Un equipo de investigación del Instituto francés para la Agricultura, la Alimentación y el Medioambiente (INRAE) distinguió en la cara de estas aves de corral enrojecimientos más o menos importantes en función de su estado emocional, al tiempo que mostró que las gallinas acostumbradas a un humano conservaban una piel más clara, sinónimo de un estado más tranquilo, en su presencia.
Los resultados que dan claves para evaluar el bienestar animal se publicaron este 21 de abril en la revista Applied Animal Behaviour Science. El estudio de las emociones en los animales es un campo de investigación complejo, aún poco explorado en las aves, aunque se ha observado enrojecimiento durante trabajos anteriores en el guaraba azul (especie de mamífero carnívoro de la familia de los cánidos autóctono).
LAS GALLINAS TAMBIÉN TIENEN EMOCIONES
Un equipo de investigación de INRAE se interesó por las gallinas domésticas y más concretamente por la raza Sussex, para determinar si este fenómeno de las emociones también existía en estas aves.
El equipo observó y filmó seis gallinas Sussex de 3 a 4 meses de edad durante 3 semanas en diferentes situaciones, desde la provisión de alimentos muy apetitosos hasta las capturas. A partir de un trabajo minucioso que también se llevó a cabo en otras 2 razas de gallinas, el equipo aisló 18,000 imágenes para alimentar y desarrollar un programa capaz de detectar perfiles de gallinas y extraerlos automáticamente.
A continuación, un software de imágenes permitió medir en las fotos el nivel de rojo en las áreas de piel situadas en la cara de las gallinas. El resultado es que las gallinas expresan bien un enrojecimiento, que varía en función de su estado emocional.
COMIDA APETECIBLE Y MIEDO A LA CAPTURA
Frente a la comida apetecible, como los gusanos de harina, las gallinas se sonrojan pero se vuelven escarlatas en toda la cara cuando viven una experiencia negativa como la captura. Por otro lado, en un contexto de descanso, su piel parece mucho más clara.
Con estos nuevos conocimientos, los investigadores se interesaron por la relación humano-animal. En un marco experimental, acostumbraron a un grupo de 13 gallinas Sussex a la presencia de un experimentador durante 5 semanas.
A diferencia de otras gallinas que no habían tenido esta preparación, este grupo tenía posteriormente una cara más clara, lo que refleja un estado más tranquilo en su presencia. Este índice puede indicar una percepción más positiva de la presencia humana, en comparación con las gallinas no acostumbradas a los humanos, y puede ser una nueva herramienta para evaluar el bienestar animal. N