Mensajes manipulados, mentiras disfrazadas de una posibilidad de verdad, calificativos y denostaciones entre opositores, más de parte de quien va atrás y desesperado busca acercarse mientras lo miran por el espejo retrovisor; estas son situaciones normalizadas en los procesos electorales, realizadas con cierto recato, aunque en las últimas semanas en las campañas se han presentado de manera abierta.
Denuncias sobre la calidad de los instrumentos de votación, la confección de los padrones, la validez de los votos, los documentos permitidos para votar son temas recurrentes para inhibir la participación electoral.
La experiencia y percepción individual suele además generalizar situaciones y difundir conclusiones que, sin dolo, desinforman a la ciudadanía. En otras ocasiones, la información falsa se propaga con un claro objetivo político.
Muchas ocasiones, al pensar en desinformación la atención se coloca en mensajes de redes sociales, generados o compartidos por cualquier usuario real o bot, pero no todo corresponde al espacio virtual. También se incluyen comunicadores, candidatos, funcionarios o líderes de opinión.
De acuerdo con una encuesta de la Unesco, 87 por ciento de la población de 16 países con elecciones este año, entre ellos México, considera que las fake news podrían afectar los resultados de los comicios.
DURANTE LAS CAMPAÑAS SE PROPAGAN MENTIRAS Y FALSEDADES
Las falsedades y omisiones propagadas en el espacio digital con mayor rapidez y sin la verificación necesaria —la mayoría de las veces en atención a simpatías o antipatías partidistas o al simple deseo de participar en la conversación virtual— amenazan la participación ciudadana y el voto libre en estas elecciones.
Un estudio de la revista Science reveló que por cada 100 usuarios de X (antes Twitter) consumidores de fake news solo uno accedió a información verídica.
Generación de dudas dolosas, donde la verdad queda en segundo plano mientras haya un mínimo de afectación reputacional, o la promoción de narrativas de odio insultan la inteligencia de las y los votantes, así como limitan la oportunidad de evaluar críticamente las propuestas de candidatas y candidatos.
Ante la desinformación, la ciudadanía tiene la posibilidad de aplicar el sentido común, corroborar la veracidad en fuentes oficiales antes de compartir un mensaje.
Este 2 de junio se disputan 20,708 cargos, desde la presidencia, senadurías, diputaciones, gubernaturas hasta presidencias municipales, sindicaturas y regidurías, aunque la atención se concentra en la elección presidencial y en la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.
Las encuestas de Reforma y El País colocan a Claudia Sheinbaum y Clara Brugada con ventaja de 24 y 15 puntos, respectivamente, frente a Xóchitl Gálvez y Santiago Taboada. Votar informadamente y sin mentiras es el reto. N
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Salvador Guerrero Chiprés es doctor en Teoría Política por la Universidad de Essex, Inglaterra, y presidente del Consejo Ciudadano. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.