Más de 500 objetos, entre ellos numerosas ofrendas halladas en las últimas décadas en las ruinas del gran Templo Mayor mexica, serán expuestos a partir de este miércoles 3 de abril en el museo Quai Branly de París.
El 21 de febrero de 1978, el subsuelo de Ciudad de México reveló uno de los secretos más excepcionales de Mesoamérica. Se trata de los restos de la antigua ciudad de Tenochtitlan, capital de la civilización mexicana, sus murallas sagradas y el Templo Mayor.
El descubrimiento de un enorme monolito circular que representa a la diosa de la luna Coyolxauh inicia medio siglo de excavaciones arqueológicas a una escala sin precedentes. El Proyecto Templo Mayor permitió exhumar por completo el Templo Mayor. A ello se suman 14 edificios circundantes que ocupan una superficie de 1.51 hectáreas. Gracias a estas investigaciones, el conocimiento del imperio y del pensamiento mexicana aumenta día a día y llega a París.
EL TEMPLO MAYOR EN PARÍS
Organizada juntamente con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y con la contribución del Proyecto Templo Mayor, la exposición permite exponer los descubrimientos. Entre lo más destacado se encuentran las 209 ofrendas inéditas, descubiertas recientemente.
Se trata de composiciones cargadas de simbolismo de minerales, plantas, objetos culturales, animales y seres humanos que el pueblo mexica ofrecía a sus deidades más veneradas para rendirles homenaje y pedir sus favores a cambio.
Las ofrendas, colocadas en cavidades excavadas en el subsuelo o en el interior de cofres o cajas de piedra tallada, se depositaban bajo plazas o edificios religiosos, principalmente pirámides. Estos regalos revelan el extraordinario poder político y económico que ostentaba este imperio en el momento de la llegada de los conquistadores españoles en 1519.
SERÁN EXPUESTAS NUMEROSAS ESCULTURAS
Su estudio revela no solo una sociedad dinámica y expansiva, que extendió su dominio político y económico desde el Atlántico hasta el Pacífico y desde el oeste de México hasta la actual frontera con Guatemala, sino también su excelencia artística y su complejo pensamiento tanto simbólico como religioso.
Entre las numerosas esculturas de dioses expuestas sobresale la extraordinaria talla de terracota de Mictlantecuhtli, el dios de la muerte. Con casi un metro ochenta de altura, expresa con magnificencia la complejidad del pensamiento religioso mexica. Se suma una reproducción en 3D y una animación devideomapping de la Piedra del Sol, el famoso disco solar conservado en México. En ella se narra la visión mexicana de la creación de la Tierra.
Tras la conquista española y la desaparición del imperio Mexica, la exposición concluye con las prácticas (aún vigentes en el México actual) de ofrendar a los poderes del más allá y de la tierra, indica el museo Quai Branly. N