Dos biólogos que trabajan en las laderas de los Andes identificaron dos nuevas especies de tarántulas que, por desgracia, ya se encuentran gravemente amenazadas. Según un estudio publicado en diciembre, en la revista ZooKeys, los investigadores de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) hallaron las tarántulas en las laderas noroeste y centro-oeste de la Cordillera Occidental de Ecuador, y ambas pertenecen al género Psalmopoeus.
Las tarántulas son un amplio grupo de arañas, grandes y velludas, que viven, sobre todo, en las regiones templadas de todo el mundo. Hasta ahora, se han documentado más de mil especies.
La primera especie recién identificada se detectó a fines de febrero de 2023, a poco menos de dos metros del suelo boscoso en una foresta situada en las faldas de la Cordillera Occidental, una de las dos cordilleras más importantes de los Andes ecuatorianos.
Ahora bien, a pesar de que la especie de tarántulas —hoy denominada Psalmopoeus cronoarachne— acaba de ser descubierta, las evidencias apuntan a que se encuentra gravemente amenazada por la actividad humana en la región; en particular, por la minería y la agricultura.
ESPECIES CON EL TIEMPO CONTADO
Es más, el nombre científico de la especie hace referencia a su vulnerabilidad: cronoarachne es un término que conjunta los vocablos griegos para “tiempo” y “araña”.
“El nombre compuesto es una referencia al hecho de que estas arañas podrían tener ‘el tiempo contado’ o, al menos, seriamente menguado a consecuencia del impacto de las actividades antropogénicas. El nombre resalta las inquietudes de conservación en cuanto a la supervivencia y la prevalencia de las especies arácnidas que habitan en entornos naturales”, escribieron los autores en su artículo.
La otra especie recién identificada se encontraba a más de 900 metros de altura en la ladera norte de Cordillera Occidental. Vista por primera vez en una cerca de bambú instalada en la parroquia rural de San José de Alluriquín (provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, en el centro noroeste de Ecuador), los investigadores dieron a la especie la denominación Psalmopoeus satanas: nombre inspirado en la actitud hostil que exhibiera el primer ejemplar con que toparon los científicos.
“El nombre nos pareció de lo más adecuado porque el primer individuo se mostró muy hostil”, explicó el comunicado de prensa de Roberto José León E., estudiante de biología en la Universidad de San Francisco de Quito, y uno de los autores del estudio.
RESTA PROTEGER A LAS TARÁNTULAS AMENAZADAS
“Esa conducta [defensiva] se transformó, casi de inmediato, en una respuesta de fuga, durante la cual la araña comenzó a realizar movimientos esporádicos, tan rápidos que apenas podíamos observarlos”, añadió.
Los investigadores del Laboratorio de Zoología Terrestre de la USFQ confiesan que, a pesar de su “mal genio y los ataques esporádicos”, ambos se “encariñaron mucho” con el espécimen macho.
Igual que Psalmopoeus cronoarachne, P. satanas también enfrenta graves amenazas debido a la degradación, pérdida y fragmentación de su hábitat, a resultas de la expansión agrícola, minera y urbana. Situación que se ve agravada por el hecho de que las leyes de protección ambiental no abarcan las áreas donde viven las dos tarántulas recién identificadas.
“Es indispensable implementar áreas protegidas en esas localidades, a fin de conservar lo que queda de la población de las especies amenazadas, y para fomentar la investigación de las especies de tarántulas aún desconocidas que habitan esas mismas regiones”, concluyó el comunicado de prensa que emitió Pedro Peñaherrera R, autor principal del estudio e investigador asociado en USFQ. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)