La vacuna inhalada detiene la infección por el virus SARS-CoV-2, según un nuevo estudio en monos, retomada por la revista Nature. La investigación ofrece un impulso a la ola de vacunas “mucosas” contra el coronavirus, que se encuentran actualmente en desarrollo, y proporciona pistas sobre cómo podrían mejorarse.
Hasta ahora, existe poca evidencia de que las vacunas mucosas, que se administran por la nariz o la boca, protejan a las personas contra el virus mejor que las inyecciones de covid-19. Estados Unidos es unos de los países que está realizando ensayos clave.
En conjunto, los estudios muestran cómo y dónde se administran las vacunas puede tener un efecto profundo en la inmunidad generada y la protección conferida. Los últimos resultados también generan esperanzas de que las vacunas mucosas que ofrecen inmunidad “esterilizante” (bloqueo completo de la infección) se conviertan en una realidad.
“Estos estudios demuestran que se puede llegar a una inmunidad casi esterilizante. No es ciencia ficción pensar en desarrollar vacunas que detengan la transmisión y la infección “, dice Akiko Iwasaki, inmunóloga de la Facultad de Medicina de Yale en New Haven, Connecticut.
Si bien las inyecciones de covid salvaron millones de vidas durante la pandemia, incluso las versiones actualizadas de las vacunas existentes ofrecen una protección escasa y de corta duración, según los científicos.
Los investigadores creen que esto se debe a que las vacunas por vía intramuscular hacen un buen trabajo al detener la propagación del SARS-CoV-2 en lo profundo de los pulmones, pero son menos efectivas en el resto de las vías respiratorias, donde probablemente comienzan las infecciones.
LOS ÚLTIMOS ESTUDIOS EN MONOS OFRECEN PISTAS SOBRE CÓMO PODRÍA MEJORAR LA VACUNA INHALADA
En ese sentido, las vacunas mucosas tienen como objetivo desencadenar la producción de anticuerpos y otros agentes inmunes en las membranas mucosas que recubren la nariz y el resto del tracto respiratorio.
A tenor de Nature, se están desarrollando decenas de vacunas mucosas (vacuna inhalada) y varias han sido aprobadas en países como China e India. Sin embargo, según un informe del 8 de diciembre de la empresa de análisis y datos Airfinity, con sede en Londres, la eficacia de estos biológicos ha sido decepcionante y los datos disponibles sugieren que “no ofrecen un aumento significativo en la protección contra la infección”.
No obstante, los últimos estudios en monos y otros animales de laboratorio ofrecen pistas sobre cómo se podrían mejorar estas vacunas. Un equipo dirigido por Dan Barouch, científico de vacunas del Centro Médico Beth Israel Deaconess en Boston, Massachusetts, probó dos enfoques en monos que habían recibido previamente inyecciones de covid-19.
La primera fue rociar una vacuna líquida en la nariz de los animales y, la segunda, aplicarla directamente en sus tráqueas. Solo la vacuna administrada por la tráquea aumentó sustancialmente la inmunidad de la mucosa y la protección contra la infección por SARS-CoV-2.
“Creemos que el problema con la administración intranasal es que la mayor parte de la vacuna se traga o se estornuda”, dice Barouch.
VACUNAS EN AEROSOL EN LOS PULMONES
Administrar vacunas en aerosol en los pulmones podría ser la mejor estrategia para las vacunas mucosas contra el coronavirus, dice Zhou Xing, inmunólogo de vacunas de la Universidad McMaster en Hamilton, Canadá. Pero añade que podría ser necesario desarrollar dispositivos de administración simples y portátiles para que dichas vacunas se distribuyan ampliamente.
Además, es necesario optimizar las propias vacunas, afirma Seder. Muchos de los biológicos inyectables actuales contienen ARN del SARS-CoV-2. Pero el equipo de Seder descubrió que las formulaciones de ARN utilizadas en esas vacunas no son efectivas cuando se inhalan.
El gobierno de Estados Unidos está apoyando ensayos de vacunas mucosas basadas en otros virus: una que aprovecha el virus de la enfermedad de Newcastle, que infecta a las aves, y una segunda basada en una cepa de SARS-CoV-2 que ha sido alterada para replicarse demasiado lentamente como para causar la enfermedad. N