Durante años, los científicos debatieron si los humanos o el clima causaron que la población de grandes mamíferos haya disminuido drásticamente. Sin embargo, un nuevo estudio de la Universidad de Aarhus, Dinamarca, refiere que la capacidad del ser humano para cazar animales grandes llevó a su decremento.
Hace unos 100,000 años, los primeros humanos modernos emigraron de África en grandes cantidades. Fueron eminentes en adaptarse a nuevos hábitats y se asentaron en prácticamente todo tipo de paisaje, desde desiertos hasta selvas y la taiga helada en el extremo norte.
Parte del éxito fue gracias a su capacidad para cazar animales grandes. Con inteligentes técnicas de caza y armas especialmente construidas, perfeccionaron el arte de matar incluso a los mamíferos más peligrosos, según el artículo publicado el pasado 7 de diciembre.
“Lamentablemente, el gran éxito de nuestros antepasados se produjo a expensas de los otros grandes mamíferos. Es bien sabido que numerosas especies de gran tamaño se extinguieron durante la época de la colonización mundial por parte del hombre moderno”, detalla la institución educativa.
Ahora, la nueva investigación de la Universidad de Aarhus revela que los grandes mamíferos que sobrevivieron también experimentaron una disminución dramática. Al estudiar el ADN de 139 especies vivas de este grupo de animales, los investigadores demostraron que la abundancia de casi todas las especies disminuyó de manera exponencial hace unos 50,000 años.
“Hemos estudiado la evolución de grandes poblaciones de mamíferos durante los últimos 750,000 años. Durante los primeros 700,000 años, las poblaciones se mantuvieron bastante estables, pero hace 50,000 años la curva se rompió y las poblaciones cayeron dramáticamente y nunca se recuperaron”, explica Jens-Christian Svenning, profesor y director del Centro de Dinámica Ecológica en una Nueva Biosfera (ECONOVO) de la Fundación Nacional Danesa de Investigación de la Universidad de Aarhus.
EL MATERIAL GENÉTICO DE LOS GRANDES MAMÍFEROS
En palabras del docente, durante los últimos 800,000 años, el planeta ha fluctuado entre edades de hielo y periodos interglaciales aproximadamente cada 100,000 años. Si el clima fuera la causa, “deberíamos ver mayores fluctuaciones cuando el clima cambió antes de hace 50,000 años, pero no lo hacemos”. Por lo tanto, los humanos son la explicación más probable.
En las últimas dos décadas, ha existido una revolución en la secuenciación del ADN. Mapear genomas completos se ha vuelto fácil y económico. Como resultado, ahora se ha mapeado el material genético de muchas especies.
Los genomas mapeados de especies de todo el mundo son de libre acceso en internet y estos son los datos que utiliza el grupo de investigación de la Universidad de Aarhus, según Juraj Bergman, investigador principal del estudio.
“Hay aproximadamente 3,000 millones de puntos de datos de cada especie, por lo que tomó mucho tiempo y potencia informática (…) Al agrupar las mutaciones y construir un árbol genealógico, podemos estimar el tamaño de la población de una especie específica a lo largo del tiempo. Cuanto mayor sea la población de un animal, más mutaciones ocurrirán. Es realmente una cuestión de matemáticas simples”, añade.
EL MAMUT LANUDO, UN MAL EJEMPLO PARA LA INVESTIGACIÓN
Gran parte del debate sobre qué causó que los animales grandes se extinguieran o disminuyeran se ha centrado en el mamut lanudo. Sin embargo, este es un mal ejemplo, apunta la universidad, porque la mayoría de las especies de megafauna que desaparecieron estaban asociadas con climas templados o tropicales, como explica Jens-Christian Svenning.
“Los argumentos clásicos a favor del clima como modelo explicativo se basan en el hecho de que el mamut lanudo y otras especies asociadas con la llamada ‘estepa de mamut’ desapareció cuando el hielo se derritió y el tipo de hábitat desapareció”, dice.
Y continúa: “Este es básicamente un modelo explicativo insatisfactorio, como lo hicieron la gran mayoría de las especies de megafauna extintas de ese periodo. Vivían en regiones cálidas, como bosques o sabanas templadas y tropicales. En nuestro estudio, también mostramos una fuerte disminución durante este periodo en las poblaciones de muchas especies de megafauna que sobrevivieron y provienen de todo tipo de regiones y hábitats diferentes”.
En conclusión, a Jens-Christian Svenning le resulta difícil entender cómo pueden continuar los argumentos a favor del clima como explicación. Para el director ECONOVO, parece inconcebible que sea posible llegar a un acuerdo con un modelo climático que explica cómo, en todos los continentes y grupos de animales grandes, se han producido extinciones y un declive continuo desde hace unos 50,000 años. Y cómo esta pérdida selectiva de megafauna es única en los últimos 66 millones de años, a pesar del enorme cambio climático. N