A nivel mundial, la tasa de embarazo en los adolescentes disminuyó de 64.5 nacimientos por cada 1,000 mujeres en el año 2000 a 42.5 en 2021. En México, durante 2022, el 5.8 por ciento de madres fueron menores de edad (de 10 a 17 años), según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Si bien las cifras van a la baja, este fenómeno social sigue existiendo. Además, según especialistas, muchas mujeres acuden al parto con temor, pues nunca asistieron a una consulta ginecológica o exploración mamaria previa.
De acuerdo con la Dra. Lucía Aguirre Antonio, ginecoobstetra y directora de la Clínica Hospital Emiliano Zapata de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México, idealmente este grupo de edad tendría que acudir a valoración, mínimo a nueve consultas durante el embarazo, en primer nivel de atención.
Como las adolescentes no están acostumbradas a hablar de sexualidad, comenta en entrevista con Newsweek en Español, postergan la noticia con la familia. Ello provoca que se retarde la atención correcta de control prenatal y solo alcanzan a ir a cuatro o cinco revisiones.
“Al momento de llegar al nosocomio, que ya es para la resolución del embarazo, tienen mucho miedo porque hay desconocimiento. Nunca han ido a una consulta ginecológica, no saben qué es un tacto vaginal o exploración mamaria”, dice la Dra. Aguirre en entrevista.
Otro de los factores negativos del embarazo en adolescentes es la corresponsabilidad con la pareja. La mayoría de los hombres no son responsables ante la noticia, por lo que la madre de la menor embarazada generalmente es quien suele sustituir este acompañamiento.
MATRIMONIO INFANTIL Y ABUSOS, ENTRE LAS CAUSAS DEL EMBARAZO EN ADOLESCENTES
A tenor de la Estadística de Nacimientos Registrados (ENR) del Inegi, para realizar el registro de nacimiento, en 81 por ciento de los casos acudieron ambos padres y, en 14.3 por ciento, solo asistió la madre.
El embarazo en la adolescencia —considerado de 10 a 19 años— tiende a ser mayor en personas con menos educación o de bajo estatus económico, indica la Organización Mundial de la Salud (OMS). El matrimonio infantil y el abuso sexual de niñas ponen a este grupo en mayor riesgo de embarazo no deseado.
Aunado a eso, en distintos lugares existen obstáculos para obtener y usar anticonceptivos. Y si tienen acceso a ellos, pueden carecer de los medios o los recursos para pagarlos, así como del conocimiento sobre dónde comprar y cómo utilizarlos correctamente.
“También debemos empoderar a las y los adolescentes con el objetivo de retrasar la reproducción hasta una edad que sea sana en todos los aspectos. Que se prevenga sobre todo en la adolescencia temprana (10 a 14 años), aquí se relaciona más con agresiones o pacientes víctimas de violación sexual”, agrega Aguirre Antonio.
No obstante, dependiendo las regiones, hay enormes diferencias en la tasa de nacimientos en mujeres de 10 a 19 años. En América Latina y el Caribe, por ejemplo, Nicaragua registró la tasa de nacimientos en la adolescencia más alta, con 85.6 por cada 1,000 adolescentes hace dos años. Mientras, en Chile esta cifra fue de 24.1 por cada 1,000 jóvenes. Según datos de la OMS, en 2022 el número estimado de esposas infantiles a escala global fue de 650 millones.
ERRADICAR EL FENÓMENO AL 100 POR CIENTO, EL OBJETIVO
“En este hospital de la Secretaría de Salud, que tiene más o menos 12 años, cuando empezamos el porcentaje de embarazadas adolescentes llegó a 33 por ciento. Quiere decir que, de 100 mujeres que acudieron a la resolución del embarazo por parto o cesárea, 33 eran menores de 19. A lo largo de los años, México ha trabajo con la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes, y en este momento nuestro porcentaje es de 22.5”, menciona la ginecoobstetra en específico sobre el nosocomio Emiliano Zapata.
Aunque los números van a la baja, resalta que no se ha conseguido uno de los objetivos principales: erradicar el fenómeno al 100 por ciento. “No deberíamos tener una niña de menos de 15 años embarazada”, dice Lucía Aguirre. Sobre el porcentaje de adolescentes tempranas en esta clínica, el total es de 2 por ciento, “aunque influye la localización geográfica; estamos en la CDMX, pero los datos serán distintos en la sierra, en Guerrero o Chiapas”.
El sector poblacional adolescente tiene mayor riesgo de eclampsia (presión arterial alta), endometritis puerperal (una infección uterina, típicamente causada por bacterias que ascienden desde el tracto genital inferior o gastrointestinal) e infecciones sistémicas, que las mujeres de 20 a 24 años. Y los bebés de madres adolescentes tienen un mayor riesgo de padecer bajo peso al nacer, nacimiento prematuro y afección neonatal grave.
DISCRIMACIÓN EN MADRES ADOLESCENTES
Si ya el embarazo es un estado de constantes cambios, otro al que deben “adaptarse” las madres adolescentes es a la crítica y, en algunas ocasiones, discriminación y violencia obstétrica. Martina Juárez —nombre al que contesta para mantener su anonimato— tenía 16 años cuando se enteró de su embarazo, un hecho que recuerda con nostalgia por las complicaciones económicas, sueños interrumpidos y burlas de familiares y círculo cercano.
“Me decían: ‘Estás bien chiquita, cómo fuiste a quedar embarazada’. Había sarcasmo incluso hacia mis papás. Todo mi proceso lo llevé en un hospital particular, el trato fue bueno, a excepción de una enferma. Me obligó a colocarme el dispositivo intrauterino (DIU) para que ‘no me llenara de chamacos’”, recuerda en una breve conversación con este medio.
PREVENCIÓN DEL EMBARAZO NO PLANIFICADO EN ADOLESCENTES
Bonnie Elizarraraz tenía 17 años cuando también se enteró de su embarazo. Con rabia, relata que sufrió negligencia médica que como consecuencia dejó a su hijo con daño neurológico. Hasta el día de hoy sigue habiendo secuelas.
“Sufrí bastante discriminación. En las consultas no, pero ya en el momento que nació mi hijo, sí, esos comentarios que se escuchan comúnmente: ‘Cuando lo estabas haciendo no gritabas así’ o ‘Quién las manda a tener hijas tan chicas’. También recuerdo que a cada rato me llamaban señora, pero con el afán de hacerme sentir mal”, comparte.
En el marco del Día Mundial para la Prevención del Embarazo No Planificado en Adolescentes, conmemorado cada 26 de septiembre, el Instituto Europeo de Inteligencias Eficientes (IEIE) informa que algunas maneras de prevenir el embarazo en adolescentes son el retraso en el inicio de la vida sexual, educación desde casa, creación de programas y servicios en salud pública y mayor capacitación del personal de salud, así como fomentar el acceso a la información sobre sexualidad a gran escala y prestar apoyo a las poblaciones indígenas y otras minorías. N