La infraestructura citadina de Baja California, México, ha sido durante mucho tiempo un tema de debate en la sociedad. Muchas personas se quejan de las condiciones de las calles, los servicios públicos y la falta de accesibilidad, entre otros problemas. Uno de los problemas poco tratados es el tránsito de los adultos mayores por las vialidades, hablamos pues del ciudadano de a pie.
Las personas mayores a menudo enfrentan múltiples barreras al moverse por la ciudad. Las calles y aceras rotas o en mal estado pueden hacer que caminar sea difícil o incluso peligroso para las personas mayores, especialmente para aquellos que utilizan andadores o sillas de ruedas. La falta de transporte público accesible y confiable también puede limitar la movilidad de las personas mayores, lo que puede afectar su capacidad para realizar actividades importantes como comprar alimentos, visitar amigos y familiares, así como asistir a citas médicas.
Además, la falta de espacios públicos bien diseñados y accesibles para las personas mayores puede limitar su capacidad para participar en la vida comunitaria. Muchas personas mayores tienen intereses y habilidades que les permiten contribuir de manera significativa a la sociedad, pero la falta de espacios públicos evita que puedan colaborar en el desarrollo social.
En su obra La soledad de los moribundos, el sociólogo alemán Nobert Elias examina la experiencia de la vejez y la muerte desde una perspectiva sociológica. Argumenta que en las sociedades modernas, el proceso de envejecimiento y la cercanía a la muerte se han vuelto cada vez más individualizados y privatizados. Destaca cómo estos aspectos de la vida son relegados a espacios ocultos o marginales de la sociedad, generando una sensación de soledad y alienación en las personas mayores.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en Baja California hay 379 mil 302 personas de 60 años y más -representan el 10.1% de la población-, de las cuales el 37.9 por ciento son económicamente activas. aproximadamente 57 mil individuos de 60 años y más viven en situación de soledad. Estas personas enfrentan grandes dificultades debido a la falta de recursos económicos, lo que impacta directamente en su acceso a una alimentación adecuada. De acuerdo con el informe, el 16.4% de estas personas se ven limitadas a consumir una dieta muy limitada en variedad de alimentos debido a sus limitaciones económicas. Además, el 9.8% ha experimentado episodios de hambre en los que no han tenido la oportunidad de comer, y un preocupante 9.1% se ve obligado a comer solo una vez al día o incluso pasa todo un día sin comer.
En la Ley de Movilidad Sustentable y Transporte del Estado de Baja California, se señala: El derecho de preferencia a los peatones, personas con discapacidad y sus perros guías, adultos mayores, mujeres embarazadas o con infantes, ciclistas y los usuarios del transporte público, quienes gozarán de preferencia sobre los vehículos en todos los cruceros o zonas de paso peatonal y se les brindarán obligatoriamente las facilidades necesarias para abordar el vehículo del transporte público en todas sus modalidades.
Sin embargo, poco se han preocupado las autoridades de los diversos municipios por dicha cuestión, puesto que la inclusión y la participación activa de las personas mayores en la vida comunitaria no solo beneficia a las personas mayores, sino que también puede tener un impacto positivo en la sociedad en su conjunto.
Para efectos de salvaguardar los derechos de las personas a la movilidad, los diversos órdenes de gobierno deberán observar y garantizar el establecimiento de “medidas necesarias, que garanticen al usuario el derecho el servicio público de transporte en forma regular, continua, uniforme, permanente e ininterrumpida y en las mejores condiciones de seguridad, comodidad, higiene y eficiencia en apego a la normatividad aplicable”, indica en la Ley de Movilidad.
La infraestructura citadina de Baja California, de otras regiones de México y el mundo enfrenta desafíos significativos en cuanto a la accesibilidad y la inclusión de las personas mayores. En este sentido es importante que los líderes gubernamentales trabajen para mejorar la infraestructura de la ciudad. Esto puede incluir reparar las calles y aceras, mejorar el transporte público, diseñar espacios públicos accesibles y promover la participación de las personas mayores en la planificación y el diseño urbano. N