En México, en los últimos años el fentanilo se ha convertido en un problema de salud pública particularmente grave debido a la facilidad con la que se puede obtener y a su bajo costo en comparación con otras drogas. Aunque el fentanilo se usa lícitamente en la atención médica para tratar el dolor, también se produce y vende ilegalmente como una droga “recreativa”.
La producción y venta ilegal de fentanilo ha crecido rápidamente, y su uso se ha relacionado con un aumento en las sobredosis y muertes relacionadas con drogas en todo el país. En 2021, el Observatorio Mexicano de Salud Mental y Consumo de Drogas realizó un diagnóstico para identificar el uso de esta sustancia en México. El estudio arrojó que entre 2013 y 2020 se registró un incremento importante en el número de personas que demandaron tratamiento en centros públicos, privados y organizaciones de la sociedad civil por consumo de fentanilo.
UNA DROGA QUE AFECTA EL CEREBRO
El fentanilo es una droga, es decir, una sustancia psicoactiva que cuando se introduce en el cuerpo puede afectar directamente el cerebro y alterar las funciones mentales. “Al igual que otras drogas, tiene un componente potencialmente adictivo capaz de generar un efecto psicotrópico. Es decir, genera algún cambio o alteración en la mente, ya sea en la forma en que pensamos, sentimos, nos comportamos o en la forma en que percibimos”, explica, en entrevista con Newsweek en Español, el psiquiatra Luis Carlos Faudoa, coordinador de la Clínica de Atención Integral de las Adicciones del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la UNAM.
Por su parte, la psicóloga clínica Nadia Robles, directora de Coordinación de Programas Nacionales y del Observatorio Mexicano de Salud Mental y Consumo de Drogas, expone que el fentanilo es un opioide sintético. “Los opioides, a su vez, se pueden clasificar entre sintéticos, semisintéticos y los opiáceos (naturales). El fentanilo es uno de los opioides sintéticos”.
El Dr. Faudoa también destaca que el fentanilo actúa de forma similar a la morfina o la heroína, pero tiene una estructura química diferente que lo vuelve más potente: “Se estima que es de 50 a 100 veces más potente que la heroína y que la morfina”.
Y menciona que el principal uso de esta sustancia es como medicamento en el cuidado paliativo. Sin embargo, poco a poco se ha incrementado su mal uso. Como droga, lo que se busca es la disminución del dolor psíquico.
La psicóloga Robles explica que hay tipos particulares de fentanilo. El legal “es el que está manufacturado lícitamente y que generalmente es utilizado para coadyuvar en la anestesia que se utiliza en la medicina, pues es una sustancia que modula muy bien los neurotransmisores que se encargan de la percepción del dolor”.
LAS DESGRACIAS DEL FENTANILO
Con el tiempo, el mercado ha ido cambiando y ahora también hay producción de fentanilo ilícito, el cual no tiene ninguna exigencia de elaboración, tampoco ningún estándar de ningún laboratorio farmacéutico. “A pesar de que tiene las mismas características, puede ser incluso muchísimo más letal porque al momento de ser fabricado no hay un estándar del contenido de fentanilo en cada una de las dosis que generalmente puede estar en presentación de pastilla, que simula ser un medicamento manufacturado desde un laboratorio certificado”, explica la experta.
El Dr. Faudoa, miembro de la Asociación Mexicana de Psiquiatría, explica que el fentanilo tiene efectos durante el consumo, en la abstinencia y por el consumo crónico.
“Durante el consumo el sujeto puede sentirse eufórico, tener una gran sensación de placer, rubor o sensación como de calor y la voz empieza a ser más grave. Posteriormente, puede comenzar a sentirse muy calmado, con sueño, y deja de lado los estímulos exteriores. Luego de unas horas, después de que el sujeto despierta, puede experimentar una sensación de bienestar. Finalmente, después de algunas horas, el efecto desaparece”.
El consumo de fentanilo también da pie a problemas como la disminución de la memoria, dificultades para hablar y disminución de los reflejos. Posterior al consumo se puede entrar en una fase de abstinencia, en la cual el sujeto se va a sentir mucho más irritable, se enojará con mucha facilidad, se puede sentir triste o ansioso, tener problemas para dormir, diarrea y experimentar el resfriado de los opioides.
SÍNTOMAS Y MUERTE
Después, por el uso crónico del fentanilo, se presenta el síndrome adictivo. En este punto el sujeto presentará una gran depresión y ansiedad. Tendrá problemas familiares, problemas sociales y pérdida de interés en actividades que solía realizar.
Además, puede llegar a presentarse el síndrome de intestino irritable, una mayor sensibilidad o un umbral más bajo de dolor, fibrosis hepática, síndromes amnésicos e, incluso, muerte por sobredosis.
La llegada de esta droga a México no necesariamente está relacionada con la transición del fentanilo lícito a su comercialización en el mercado ilícito. Más bien, se relaciona con la producción ilícita de origen, pues sintetizar una droga de esta naturaleza es muchísimo más barato que esperar todo el ciclo de reproducción de una planta.
En ese sentido, la Dra. Robles explica que quienes se dedican a la producción de fentanilo no tienen que esperar ningún ciclo de crecimiento como sucede con la amapola, la cual tarda en promedio tres meses para poder ser cosechada: “El fentanilo se manufactura en horas, producirlo es mucho más barato y lo pueden vender más caro”.
Por su parte, el Dr. Faudoa explica que “los laboratorios en los que se fabrica el fentanilo ocupan mucho menos espacio que los sembradíos de amapola. Son más fáciles de esconder y producen una sustancia mucho más potente. Por lo tanto, la producción es mucho más barata y con ganancias mayores”.
Otro motivo que ha propiciado la expansión del fentanilo en nuestro país ha sido la crisis de los opioides en Estados Unidos. Esta se originó “porque el uso de opioides para cuestiones médicas se empezó a prescribir demasiado. Medicamentos derivados del opio como la codeína y oxicodona fueron utilizados para el tratamiento del dolor como una primera instancia”, explica el experto.
CONDICIONES Y ENTORNOS DE CONSUMO
La prescripción y administración desmedida de este tipo de medicamentos dio pie a la generación de tolerancia y dependencia de quienes los consumían. Esto generó que se comenzaran a demandar dosis cada vez mayores de estos medicamentos.
Cuando el gobierno de Estados Unidos se dio cuenta del problema, empezó a restringir el acceso a los medicamentos opiáceos. Lo que a su vez propició que aumentaran las demandas de otras sustancias como la heroína y los derivados del opio sin receta.
Respecto a cuáles son las condiciones y entornos que propician el consumo de fentanilo, la Dra. Robles refiere que, en general, el consumo de drogas es multifactorial. Es decir, no existe una sola experiencia en el individuo que marque la determinación para consumir una sustancia psicotrópica.
“Son muchos elementos que influyen en que las personas, sobre todo los jóvenes, empiecen a consumir sustancias. Estamos hablando de que influyen las condiciones individuales, familiares y sociales”.
Dentro de los individuales sin duda alguna está el tema de la salud mental. Si hay problemas de ansiedad, depresión o algún trastorno mental que no está debidamente identificado puede haber un mayor riesgo de consumir alguna sustancia y, posteriormente, un riesgo de dependencia.
También, que al interior de la familia se consuman sustancias puede marcar una gran diferencia. Ser permisivo con el uso de sustancias, sobre todo las más comunes como el alcohol y el tabaco, marca una línea de acción o una pauta de comportamiento para los hijos de esa familia. Es decir, cuando se percibe que las sustancias son toleradas y aceptadas se abre la oportunidad para el consumo de este tipo sustancias.
FENTANILO Y FACTORES DE RIESGO
A escala social, las desventajas económicas y de educación, ambos elementos estructurales del funcionamiento del país, sin duda inciden de manera muy importante en el consumo de drogas. Estas condiciones repercuten en la salud mental de las personas. Además, la constante exposición a medios de comunicación que propagan el consumo de drogas, señalando características atractivas, pueden incitar al consumo de estas.
Finalmente, la experta señala que otro factor relevante para el consumo de drogas es justamente la disponibilidad de las sustancias. En ese sentido, la Dra. Robles señala como mecanismo para la prevención del consumo de fentanilo el fortalecimiento de los factores protectores como lo son la salud mental, el cuidado al interior de la familia, la restricción de la oferta y, por supuesto, mejorar las oportunidades de las personas.
Por otro lado, el Dr. Faudoa explica que los factores de riesgo y los protectores para evitar consumo de drogas, en general, se pueden dividir por etapas del ciclo vital de las personas. Es decir, niños, adolescentes, jóvenes adultos o adultos y adultos mayores. En cada una de las etapas hay diferentes factores de riesgo.
En la primera infancia, el principal factor de riesgo es la desintegración familiar, y el factor protector sería la integración familiar. Es decir, que el infante esté en un entorno familiar armónico, sano y sin violencia que permita el sano desarrollo.
GRUPOS DE MAYOR VULNERABILIDAD
En la adolescencia el principal factor de riesgo es la presión del entorno social. Entonces, será muy favorable rodearse de amigos que tengan conductas sanas. En esta y la posterior etapa de jóvenes adultos, la deserción escolar también es un factor de riesgo, pues hace a los sujetos más propensos a que se involucren en otro tipo de actividades en las que muchas veces se incluye consumo de sustancias nocivas. Para estos casos, una medida que favorece la prevención es la implementación de programas escolares que generen un sentido de pertenencia hacia la escuela.
Las enfermedades mentales no tratadas son otro factor de riesgo y que puede presentarse en cualquiera de las etapas de desarrollo. No atender este factor de riesgo hace a la persona más susceptibles de caer en ciertas prácticas como la automedicación y el consumo de drogas para aliviar problemas de ansiedad o depresión.
“Los jóvenes son el grupo más vulnerable ante las drogas, pues en esta etapa aún se está en el proceso de desarrollo cerebral y es posible que, al ingerir sustancias con potencial adictivo, se genere una mayor fijación del hábito de consumo”, señala el Dr. Faudoa.
CONSUMO DE FENTANILO EN EL NORTE DE MÉXICO
Por su lado, la Dra. Robles comparte que, de acuerdo con el monitoreo que hace la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) a través de su red de 335 centros que realizan intervenciones preventivas, se sabe que el consumo de fentanilo se da principalmente en la frontera norte del país. Y que este fenómeno se presenta principalmente en hombres de edad media, es decir, jóvenes, que viven en situación de calle.
“Además, muchas de estas personas habitualmente consumían heroína y empezaron a introducirse en el fentanilo porque se vendía la mezcla de fentanilo con heroína. Es decir, muchas personas empezaron a consumir fentanilo sin saber que realmente estaban consumiendo fentanilo”.
Finalmente, el Dr. Faudoa señala que México es un sitio de producción y de tránsito de fentanilo, por lo que estas se van estancando en la frontera. En ese sentido, los principales consumidores del fentanilo son aquellos integrantes de grupos poblacionales de mayor vulnerabilidad situados en la frontera norte del país.
“Por grupos vulnerables podemos entender a aquellas personas de ingresos económicos bajos, trabajadores y trabajadoras sexuales, migrantes y deportados situados principalmente en Tijuana, Ciudad Juárez y Sonora”, concluye. N