Más de 119,000 personas resultaron heridas por gas lacrimógeno y otros irritantes químicos durante las protestas en todo el mundo de 2015 a 2022. Mientras, al menos 2,190 personas han resultado heridas por balas de goma y otros tipos de proyectiles de impacto cinético, según una nueva investigación publicada este jueves 23 de marzo por Médicos por los Derechos Humanos (PHR) y la Red Internacional de Organizaciones de Libertades Civiles (INC).
El documento “Lethal in Disguise” (letalidad disfrazada) es el estudio más completo sobre las armas de control de multitudes hasta la fecha. El estudio muestra pruebas sobre el daño a la salud y a los derechos de reunión, asociación y libertad de expresión causados por estas armas.
A su vez, el informe detalla el perfil de las armas, el mecanismo de acción, los efectos en la salud y lo que ha cambiado desde 2016 para las armas de control de multitudes más utilizadas en el mercado.
GAS LACRIMÓGENO Y SPRAY DE PIMIENTA
Se analizan irritantes químicos como el gas lacrimógeno y el spray de pimienta; proyectiles de impacto cinético como las balas de goma; otras armas de control de multitudes como cañones de agua, dispositivos de desorientación, porras y armas acústicas; y fronteras nuevas y emergentes en armas de control de multitudes como drones y dispositivos de conducción electrónica.
Desde Washington hasta Chile, desde Bielorrusia hasta Hong Kong, los movimientos de protesta se han vuelto cada vez más comunes en los últimos años, al igual que las violentas medidas de represión por parte de los gobiernos y las fuerzas de seguridad.
“El uso innecesario, excesivo y desproporcionado de la fuerza, incluidas las armas de control de multitudes, a menudo no sirve para dispersar a las multitudes y sofocar la disidencia, sino que más bien intensifica el conflicto”, indica el informe.
EL EFECTO “ESCALOFRIANTE” DE LA VIOLENCIA EN PROTESTAS
Además, documenta cómo miles de personas en todo el mundo han resultado gravemente heridas o muertas en los últimos años por estas armas en gran medida no reguladas, así como el efecto “escalofriante” de esta violencia en millones más.
“Las armas de control de la multitud mutilan y matan. Incluso como alguien que ha estudiado las armas de control de multitudes y sus impactos durante la última década, sigo asombrado por la total ausencia de datos o transparencia de los fabricantes de estas armas, que operan y se benefician con total impunidad”, señala Rohini Haar, autor principal del informe.
Añade: “A pesar de la frecuencia con la que se utilizan en protestas en todo el mundo y de las miles de heridas y muertes como resultado, casi no hay regulaciones significativas o requisitos de presentación de informes para las agencias de aplicación de la ley sobre armas de control de multitudes en la gran mayoría de los países”. N