Cientos de migrantes bloqueados en barcos humanitarios consiguieron desembarcar el martes 8 de noviembre en Italia, aunque la gestión del caso por parte del nuevo gobierno de Italia provocó una riña diplomática entre Roma y París.
Casi 500 inmigrantes han estado en el limbo tras ser rescatados el mes pasado por tres barcos de organizaciones diferentes cuando intentaban una peligrosa travesía desde el norte de África hacia las costas de Italia.
El martes por la noche, los buques Geo Barents y Humanity 1 consiguieron finalmente desembarcar a cerca de 250 migrantes después de que las autoridades sanitarias italianas les dieran luz verde.
“¡He recuperado mi vida!”, gritó uno de los migrantes al comenzar el proceso de desembarco, según Médicos Sin Fronteras (MSF), que opera el buque Geo Barents.
Tanto el Geo Barents como el Humanity 1, gestionado por la organización no gubernamental SOS Humanity, atracaron el fin de semana en el puerto de Catania, en el este de Sicilia, y desembarcaron a unos 500 de los migrantes más vulnerables.
Pero las autoridades italianas denegaron la entrada a otros 250 aproximadamente y dijeron a los barcos que volvieran al mar con ellos a bordo, una decisión que ambos grupos rechazaron.
Un tercer barco, el Ocean Viking, dijo el martes que abandonaba las aguas de Sicilia y se dirigía a Francia con 234 migrantes a bordo, después de que sus llamamientos a Italia desde el 27 de octubre quedaran sin respuesta.
“Ante el silencio de Italia y la excepcionalidad de la situación, el Ocean Viking reforzó su solicitud de un lugar seguro en Francia”, dijo la ONG SOS Méditerranée, que opera bajo bandera noruega.
“Esperamos que el Ocean Viking llegue a aguas internacionales cerca de Córcega el 10 de noviembre”, señaló en un comunicado.
PRIMERA PRUEBA PARA EL GOBIERNO DE ITALIA
La gestión de los barcos de migrantes es una primera prueba para el nuevo gobierno italiano de la primera ministra ultraderechista Giorgia Meloni, que ha prometido detener a las decenas de miles de migrantes que llegan a las costas del país cada año.
Pero también provocó una riña diplomática después de que Meloni agradeciera a Francia la apertura de un puerto para el Ocean Viking antes de que París se pronunciara.
“Expresamos nuestro aprecio de corazón por la decisión de Francia de compartir la responsabilidad por la emergencia migratoria”, dijo Meloni en un comunicado.
El Ministerio de Interior francés declinó comentar y la ONG SOS Méditerranée señaló que no tenían confirmación de que puedan atracar. Una fuente gubernamental francesa dijo a la AFP que el comportamiento de Italia era “inaceptable, contrario a las leyes marítimas y al espíritu de solidaridad europea” y señaló que Roma era la principal beneficiaria de los fondos de recuperación europeos poscovid.
La agencia italiana AGI, sin citar fuentes, señaló que Francia acordó aceptar el Ocean Viking en Marsella. Según esta información, Meloni lo pactó con el presidente francés Emmanuel Macron en la COP27 en Egipto.
ELECCIÓN DE MIGRANTES
A primera hora del martes, una cuarta embarcación desembarcó con éxito a sus 89 migrantes en el puerto de Reggio Calabria. Los migrantes del Rise Above, operado por el grupo humanitario alemán Mission Lifeline, eran “casi todos menores de edad”, explicó a la AFP una fuente gubernamental.
Las ONG consideran ilegal un decreto italiano que hace que el Geo Barents y el Humanity 1 puedan atracar solamente durante el tiempo necesario para ayudar a los migrantes con necesidades urgentes.
SOS Méditerranée dijo el martes que la elección de los migrantes a los que se permite desembarcar es “selectiva y discriminatoria”. Las organizaciones humanitarias indicaron que los migrantes a bordo sufrían estrés psicológico agudo.
El lunes, los migrantes organizaron una protesta improvisada desde la popa del Geo Barents, mostrando pancartas y coreando “¡Ayúdennos!”. Dos sirios incluso saltaron al agua y fueron subidos al muelle, donde pasaron la noche rechazando comida y bebida, dijo MSF.
Los barcos fletados por organizaciones humanitarias recogen regularmente a los migrantes de embarcaciones superpobladas que intentan cruzar a Europa desde el norte de África y que están en peligro.
Sin embargo, sus pasajeros solo representan el 14 por ciento de las más de 87,000 personas que han desembarcado en Italia en lo que va de año, según el Ministerio del Interior.
El ministro del Interior italiano, Matteo Piantedosi, dijo el lunes que el gobierno está actuando “con humanidad pero firmemente basándonos en nuestros principios”. N