Beber refresco de dieta es peor de lo que te imaginas. Esa promesa de cero kilocalorías puede convertirse en una pesadilla en tu intento por perder peso.
En cuanto al PH, el refresco es muy ácido para el cuerpo. Cuando lo bebes, este necesita alcalinizar el ambiente para poder ser digerido. Así, al ingerirlo, el cuerpo toma los minerales —como el yodo y calcio— para obtener el PH adecuado. Y estos minerales se reducen en el cuerpo, lo que te ocasiona una deficiencia de estos.
El problema radica en que el yodo es utilizado por la glándula tiroidea (órgano que regula el metabolismo), y si no hay suficiente de este mineral en el cuerpo, la glándula no puede trabajar como debe. Por ende, disminuye el metabolismo haciéndote subir de peso sin que consumas un exceso de calorías.
Otra de las razones por la cual no debes de consumir refrescos es por su alto contenido de edulcorantes artificiales, colorantes, sodio y químicos en general. Estos hacen que tu cuerpo e intestino tengan que trabajar de más para tratar de eliminarlos.
Y al hacerlo dejan de lado las funciones normales del cuerpo, lo que a largo plazo produce inflamación a nivel celular y daño a diferentes órganos.
Te recomiendo que evites consumirlos en tu dieta habitual. Conviértete en un experto en aguas naturales infusionadas con hierbas como romero, hierbabuena, limón, etcétera. Estas te mantienen hidratado y no estropean el normal funcionamiento de tu cuerpo. N
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Jessica Nasser es licenciada en nutrición clínica por la Universidad Anáhuac, certificada como entrenadora personal por la World Fitness Association y diplomada en nutrición vegetariana por el Instituto de Ciencias de Nutrición y Salud de España. Instagram: @nutrijessnasser. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad de la autora.