La lectura es una de las herramientas que más se utilizamos en la vida diaria, pues esta forma de comunicación es una constante entre los seres humanos. Libros, revistas, periódicos, portales de noticias, páginas web, redes sociales, anuncios espectaculares, avisos, correos electrónicos, el menú de un restaurante… leer es parte fundamental de la interacción con el mundo y las personas que lo habitan.
Sin embargo, no toda la población lee de la misma forma o con el mismo grado de entendimiento. Según expertos, existen ciertas habilidades que se deben fomentar y ejercitar constantemente.
La plataforma en línea de aprendizaje Smartick señala que existen cinco puntos esenciales para demostrar que eres un buen lector: conciencia fonológica, ortografía, etimología, vocabulario y comprensión lectora.
Javier Arroyo, cofundador de la plataforma, explica por qué dichos puntos demuestran que una persona posee un buen grado de habilidad para leer.
CONCIENCIA FONOLÓGICA: LEE EN VOZ ALTA
Los fonemas, la unidad más pequeña del lenguaje verbal, funcionan para crear sílabas y palabras. La habilidad para generarlos se desarrolla durante la infancia temprana, lo que permite al cerebro leer palabras que incluso nunca habías visto, y aumenta el flujo de tu lectura.
“Leer en voz alta necesita cierto aprendizaje para que el cerebro automatice la relación entre la grafía y el sonido. Así se puede leer sin detenerse a pensar como tal. Esto repercute en la comprensión de una buena lectura y en la capacidad de aprendizaje.
“Por ejemplo, un niño que tiene mermada la habilidad lectora también va a tener complicaciones para aprender“, comparte Arroyo.
ORTOGRAFÍA: LA IMPORTANCIA DE UNA TILDE
La acentuación puede cambiar completamente el significado de las palabras. Por eso, aprender a poner acentos es parte importante para tener una comunicación sin confusiones. Los lectores con buena habilidad ortográfica saben por qué los acentos, signos de puntuación y las letras tienen un significado específico y entienden la relevancia que pueden dar en el énfasis de las ideas.
“Una palabra la asimilas cuando la lees tres o cuatro veces, y este proceso se facilita cuando ves esas palabras escritas siempre de la misma forma. Cuando cambias algo mínimo, incluso una tilde, esa mecanización se complica”, agrega el experto.
Arroyo añade que para que un niño adquiera fluidez en la lectura hay que tener en cuenta dos conceptos: la velocidad y la entonación. Porque “cuando un niño lee con buena velocidad y buena entonación, decimos que tiene una buena fluidez lectora”.
Con base en estudios realizados por la empresa, la fluidez lectora es clave para mejorar la comprensión de un texto. Esta velocidad y precisión se puede medir con la cantidad de palabras que un niño puede leer en un determinado tiempo.
“¿Cómo se mejora la velocidad lectora? Es un poco obvia la respuesta: leyendo. Un buen lector tiene tan automatizada la relación entre las letras y sonidos que prácticamente no tiene que leer la palabra que aparece en sus ojos”.
ETIMOLOGÍA: LA RAÍZ DE LAS PALABRAS
Conocer el origen del lenguaje ayuda a deducir el significado de las palabras, detectando las sílabas que las conforman y su connotación. La etimología, ciencia que estudia el principio de las palabras individuales, así como su cronología e incorporación al idioma, es un atajo para los lectores.
Arroyo indica que la etimología también ayuda a enriquecer el vocabulario del lector con el paso de los años. Luego del proceso inicial de mecanizar y mejorar la lectura, el lector entra en una fase de enriquecer el vocabulario e incrementar la comprensión de palabras más sofisticadas.
“El profesor de español Gregorio Luri dice que ‘hay que pasar de aprender a leer a aprender leyendo’. Me parece muy acertada esta forma de ver el aprendizaje del lector”.
VOCABULARIO: MIL Y UNA EXPRESIONES
Mientras más amplio sea el vocabulario del lector, sea escrito o hablado, su comprensión al momento de leer un texto va a tener más complejidad y rapidez. De acuerdo con la investigación de Smartick, una buena manera de expandir el vocabulario es tener a la mano un diccionario o una herramienta que te permita encontrar el significado de palabras que resulten nuevas.
“Cuanto más lees, mayor es tu vocabulario. El vocabulario escrito es distinto al hablado, tiende a ser más culto, más sofisticado y más ordenado. Tú, hablando, aprendes menos que leyendo, especialmente porque usamos las mismas palabras y nos relacionamos con la misma gente. Cuanto más vocabulario tienes, mejor te expresas y mejor te entienden”, concreta el cofundador.
COMPRENSIÓN LECTORA: MEDALLA DE ORO
El último punto, y el más complicado, cuando se habla de aprendizaje en la lectura es la capacidad de leer una oración y comprender correctamente su significado. En pocas palabras, la comprensión lectora. De acuerdo con un informe de PISA, el programa internacional para la evaluación de estudiantes, el 90 por ciento de los alumnos que terminan secundaria no pueden diferenciar entre un hecho y una opinión.
Arroyo indica que “cuando no entiendes lo que lees, tu capacidad lectora disminuye porque se ralentiza al momento de volver a leer una oración que no comprendiste”. La comprensión lectora es el examen final de la habilidad de lectura porque es el punto donde conectan las demás herramientas del lector para entender el lenguaje escrito.
Por otro lado, la comprensión lectora también implementa el sentido común en los lectores. “Una persona con una buena comprensión lectora es menos manipulable y menos influenciable. El lector puede ser más crítico y tener mayor información para no ser manipulado. Es claramente un elemento diferenciador”, comparte Arroyo.
Como conclusión, el experto agrega que generar una cultura de lectura y buenos lectores en la sociedad es primordial para contrarrestar las confusiones que generan el exceso de información y el exceso de fuentes que muchas veces no son fiables. N