Lo discutido en los últimos meses en México en temas de energía es obsoleto. Ya no tiene una vigencia para el futuro ante la falta de un plan alineado a la nueva geopolítica. Como todos sabemos, en menos de 30 días esta cambió en el mundo.
Hoy estamos teniendo una guerra concentrada en un país, la cual se ha convertido, por primera vez, en una especie de primera guerra mundial del siglo XXI. Pero no de la misma magnitud desde el punto de vista bélico armamentista, sino que ha tenido una transfiguración al ser del tipo económico y energético.
Esta guerra mundial solo es bélica en Ucrania. En el resto del mundo se tratará de cómo mermar la capacidad económica de Rusia y afectar su parte financiera, energética, balanza comercial y la confianza de poder hacer negocios con ese país.
Expertos de Civitta, Easybusiness y Cer publican cifras estimadas sobre los costos de la guerra para Rusia. Estas indican que, a 29 días de la invasión, se ha tenido un costo de 22,500 millones de dólares en pérdidas militares directas.
Desde un punto de vista económico, esta tendencia continúa bajo enormes presiones derivado principalmente de las restricciones impuestas por varios países y empresas privadas. Eso ha traído como consecuencia directa la depreciación del rublo respecto al dólar, con un acumulado a la fecha de un 25 por ciento en pérdida desde que comenzó la invasión.
MÁS COSTOS PARA RUSIA
Hoy para comprar un dólar se requiere de alrededor de 90 a 100 rublos. Una de las estrategias al respecto fue que la mayoría de los estados europeos se negaron a realizar pagos de gas natural en rublos. Esto ha sido aprovechado en el sector energético por los países europeos que dependen en un 40 por ciento del gas y que dejarán de comprar en 2022 por la estrategia del envío de gas natural licuado al viejo continente por parte de Estados Unidos.
La imposición de un embargo a gran escala sobre el petróleo y el gas rusos en los próximos meses puede costarle a Rusia hasta 142,800 millones en pérdidas de ingresos.
Mientras tanto, la capitalización de mercado total de las empresas rusas se estancó en el nivel de 339,000 millones. Y ha tenido una contracción del 47 por ciento. Adicionalmente, si se llega a implementar una desconexión a gran escala del sistema financiero ruso de SWIFT (aunque la UE ya ha desconectado algunos de los principales bancos), aumentará la presión sobre la economía rusa. Eso afectará a alrededor de 100,000 millones de exportaciones rusas, y traerá como consecuencia un aumento de la inflación y la tasa de desempleo.
A todo esto, el estudio indica que es probable que el costo diario total de la guerra para Rusia supere los 20,000 a 25,000 millones dólares. Es decir, llevaría, a un mes de inicio de la beligerancia, un costo de 600,000 millones de dólares. Alrededor de 12.3 billones de pesos. Casi dos veces el presupuesto de 2022 de México.
¿CUÁNTO AGUANTARÁ SU ECONOMÍA?
Rusia tendrá un tiempo máximo para sostenerse. La única forma en la que podrá tener fondos será por medio de la venta del crudo a países como India y China, entre otros. La agencia internacional de energía ha pronosticado que saldrían del mercado alrededor de 3 millones de barriles diarios de este país. Para poder colocarlo deberá negociar tasas de descuento que estrían fluctuando entre los 20 a 25 dólares por barril.
Y eso sin dejar a un lado al cierre de ductos a Europa. Entonces ¿cuál fue el fin mediático económico o de relaciones comerciales con el mundo al crear una guerra mundial energética, económica por Rusia?
En el periodo 2020-2022 ha quedado demostrado que el mundo es muy vulnerable ante cualquier cambio geopolítico o de salud. Ambos afectan directamente las relaciones comerciales entre los países y dan lugar a un cambio estructural radical en el corto y mediano plazo en los mercados energéticos.
Otro factor que afectará directamente a Rusia será el tener una transición energética más rápida de lo esperado por el mundo. Dejará de utilizar en forma más rápida el carbón, y aminorará cada día más la utilización del gas natural para la generación de electricidad y obtener poder calorífico.
INVERTIRÁ EN UNA TRANSICIÓN
Hay un derivado de la declaración conjunta entre Estados Unidos y la Unión Europea al declarar: “Desarrollar una estrategia para acelerar el desarrollo de la fuerza laboral para apoyar el rápido despliegue de tecnologías de energía limpia, incluida una expansión de la energía solar y eólica”.
Eso afectará también a China, y debido a esto la vemos tomando decisiones, como que invertirá más para tener una seguridad energética y no dar pasos sin guarache.
El mundo invertirá en una transición al dejar de utilizar los combustibles fósiles para el transporte. El desafío es hacer un cambio para mejorar los kilómetros recorridos por cualquier motor, emplear biocombustibles y aditivos que mejoren la calidad de la reacción química de la combustión para tener una mejor calidad del aire.
Estar en una guerra cuesta. Pero más cuesta no entender y adaptarse a los cambios en forma rápida. N
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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Es autor del canal Energía sin política. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.