EL SUEÑO es un proceso fisiológico imprescindible para el ser humano. Al igual que la alimentación, debe cubrirse cada día en tiempo y en forma adecuados. Actúa sobre la mayoría de las funciones fisiológicas y psicológicas del organismo y, a su vez, es afectado por estas. La interacción de estas funciones hace que el dormir sea necesario para la salud física y mental, y es por lo que el sueño ocupa alrededor de una tercera parte de nuestra vida. El bien dormir es considerado uno de los pilares de la salud, junto con una dieta equilibrada y el ejercicio.
La pandemia que ha afectado a todo el mundo de distintas formas está ocasionando alteraciones del dormir que han aumentado la demanda de consulta especializada en las clínicas de sueño. El equilibrio físico y mental se ha afectado en muchas personas debido al estrés laboral, las preocupaciones económicas, académicas y familiares, la pérdida del empleo, las actividades canceladas, el aislamiento, así como el trabajo desde casa han aumentado los niveles de ansiedad y depresión en muchas personas.
No solo estos aspectos, además la posibilidad de ser contagiado, de poder contagiar a alguna persona, la enfermedad en algún ser querido, las secuelas con las que sobrevivieron, así como la pérdida de un ser querido o un familiar también ha afectado el estado general de las personas y, con ello, la manera de dormir.
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Entre las principales afectaciones al dormir en tiempos de pandemia se encuentran:
Insomnio. Consiste en dificultad para dormir, en la presencia de varios despertares con dificultad para volver a dormir, o en un despertar prematuro con incapacidad de volver a conciliar el sueño.
Durante el confinamiento ha aumentado el número de personas con insomnio debido a que llevan las preocupaciones a la hora de dormir generando aumento en el tiempo para conciliar el sueño. Después de lograr dormir presentan despertares durante la madrugada y vuelve a haber dificultad para dormir por pensar nuevamente en las preocupaciones, lo que fragmenta el dormir y reduce el tiempo de sueño.
Por si lo anterior fuera poco, también al llegar al sueño profundo en el que ocurren los sueños estos se ven matizados por las mismas preocupaciones, lo que da lugar a sueños de contenido ansioso o pesadillas que afectan aún más la duración, continuidad y profundidad del dormir.
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Hipersomnia o somnolencia excesiva diurna. Consiste en tener mucho sueño en el día a pesar de haber dormido tiempo suficiente durante la noche. Se acompaña de dificultad para mantenerse alerta en diferentes momentos del día o cabecear constantemente ante situaciones que requieren poca actividad como leer, ver el celular, tabletas electrónicas o televisión, estar en una sala virtual en el trabajo en casa o en clases a distancia, después de comer, e incluso al conducir un vehículo.
El aislamiento durante la pandemia y los cambios en horarios de actividades mediante el trabajo en casa aumentaron el uso de dispositivos electrónicos en el día y en la noche, lo que redujo el tiempo de sueño nocturno, provocando somnolencia durante el día.
Los horarios irregulares para acostarse y levantarse, así como los turnos laborales y escolares prolongados o cambiados, han sido también causantes de alteraciones en el reloj biológico conocidas como trastornos del ritmo circadiano, que han aumentado la somnolencia diurna en este periodo de confinamiento prolongado.
Ronquido y apnea de sueño. Hoy sabemos que la somnolencia diurna excesiva asociada a ronquido y a apnea de sueño está relacionada con sobrepeso y obesidad, aumento en niveles de colesterol, triglicéridos, de la presión arterial, inflamación, dolor, incremento en los niveles de ansiedad y depresión, problemas cognitivos, disminución de la energía, de la libido, y mayor riesgo de accidentes. El encierro y la disminución en la movilidad han provocado aumento de peso en muchas personas, incrementando así los casos de ronquido y de apnea de sueño.
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El ronquido es un ruido que se produce generalmente por la relajación del dormir en personas que tienen tejidos crecidos alrededor de la garganta. La relajación paulatina del organismo da cuenta de la caída de estos tejidos y con ello se presenta el ronquido.
Contrario a lo que se creyó durante siglos con relación a que una persona roncadora duerme bien, hoy se sabe que es todo lo contrario, pues mientras más intenso sea el ronquido, la respiración se ve afectada y puede interrumpirse durante algunos segundos, evento que se conoce como apnea de sueño. Apnea significa dejar de respirar y es lo que normalmente acompaña al ronquido estridente y puede ocurrir cientos de veces en alguien que ronca habitualmente. El ronquido y las apneas nocturnas provocan somnolencia excesiva en el día y, con ello, mayor riesgo de accidentes.
Pesadillas. Son un trastorno del sueño del grupo de trastornos de sueño conocidos como parasomnias que ocurren de manera predominante, como la mayoría de los sueños, durante la cuarta fase del dormir conocida como sueño MOR o de movimientos oculares rápidos, que hoy en muchas personas se presenta acompañada de angustia, y durante el día provoca problemas de funcionamiento o genera temor al irse a dormir.
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La contingencia nos ha generado un sinfín de preocupaciones, perjudicando así la capacidad de relajación y la posibilidad de lograr un sueño reparador. Los sueños de contenido ansioso o pesadillas afectan más a las personas que enfrentan de cerca el problema como el personal de salud, las personas contagiadas y sus familiares. No obstante, el temor a adquirir la enfermedad y las pérdidas humanas de familiares y amigos también están ocasionando estos sueños desagradables en la población general.
En conclusión, los trastornos de sueño han aumentado durante la pandemia, por eso hoy es importante reconocer su existencia y procurar mayor cobertura en materia de diagnóstico y tratamiento.
Siempre es posible dormir mejor, si existe un problema para dormir es importante tratarlo, ya que hoy existe solución para cualquier alteración en el dormir. N
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El Dr. Reyes Haro Valencia es neurofísico y director del Instituto Mexicano de Medicina Integral del Sueño.