El ‘Sound Tracker’ Gordon Hempton habla de la importancia del silencio conforme el mundo empieza a agitarse de nuevo.
DESPUÉS de que el Gran Silencio descendió durante el confinamiento por el covid-19, vimos lo que podía hacer el poder del silencio, tanto para nuestros cerebros sobreestimulados como para el mundo natural. Hubo tanto silencio de marzo a mayo de 2020, que los científicos determinaron que este “silencio radical” era el periodo más prolongado en los anales de la historia.
Aun cuando quizá nos volvimos más creativos, las ballenas migraron más cerca de la costa a falta del ruido de los barcos que interfería con su ubicación sonora, la vida silvestre pudo deambular con libertad —un puma se paseó por la desierta ciudad capital de Chile, se vieron coyotes cerca del puente Golden Gate de San Francisco— y en la Ciudad de Nueva York los residentes oyeron más aves que tráfico.
Pero, conforme el mundo se reabre y aumenta el rugido de los motores de los aviones, ¿podemos mantener los últimos lugares silenciosos… silenciosos?
EN UNA CRUZADA SILENCIOSA
Gordon Hempton, el Sound Tracker (rastreador del sonido), así lo espera. Él es un ecologista acústico que ha pasado las últimas cuatro décadas buscando los evanescentes paisajes sonoros naturales de todo el mundo, y tiene la misión de salvar los últimos lugares silenciosos del mundo. Hempton habló con Newsweek sobre la labor de su vida para salvar el silencio.
Como cofundador de Quiet Parks International (QPI), una organización sin fines de lucro que busca un acceso diario al silencio alrededor del mundo, ayudó a establecer el primer “Parque Silencioso” del mundo en 2019, en la selva amazónica ecuatoriana, y busca establecer 265 más alrededor del orbe, incluidos algunos en lugares urbanos y densamente poblados, como el primer Parque Silencioso Urbano en Taiwán.
El rastreo del sonido de Hempton empezó con su proyecto Una Pulgada Cuadrada de Silencio en el Parque Nacional Olímpico, el cual enfatizó lo que consideraba en 2005 como el lugar más silencioso de Estados Unidos. Él llama a esta porción sónicamente prístina de tierra salvaje como su historia de registro y su hogar.
Hempton no se propuso estudiar los paisajes sonoros, pero dos sonidos le cambiaron la vida. El primero fue una tormenta eléctrica en Madison, Wisconsin; oír el estruendo de los truenos fue tan transformador que pasó de estudiar la patología de las plantas a la ecología acústica.
“Al sostener un micrófono en mi mano oí al mundo como era en realidad, y eso fue mágico”, dice Hempton. “Fue como nadar en un lago o el océano y, de repente, te pones una máscara protectora, y piensas: ‘Oh, por Dios. En verdad es un mundo asombroso e increíble’”.
Luego, un segundo sonido cambió su vida. Mientras esperaba que un tren de carga entrara en una estación, escuchó el trino de un pradero occidental afuera del patio de maniobras en Wenatchee, Washington.
“Fue entonces que empecé a registrar más y más hondo en la naturaleza y la tierra salvaje, y cuanto más me alejaba de la contaminación del ruido, con más claridad oía. Empecé a entender que la naturaleza está muy ocupada comunicándose como nosotros”.
QUÉ NOS DICE EL PIAR DE LAS AVES
“Las aves y su trinar es el indicador primario de hábitats prósperos para los humanos”, dice Hempton. “Si las aves cantan, hay comida, agua y una estación más que favorable para criar a los polluelos en el nido y toda esa magia”.
Pero no tenemos que ser científicos para entender nuestra relación con la tierra, añade. “Cuando hallamos lugares en el planeta Tierra que están relativamente libres de contaminación por ruido, también hallamos los lugares más sanos. Los ecosistemas están intactos, la biodiversidad está allí. Las plantas retiran el carbono de la atmósfera. Se produce oxígeno para los animales y pata nosotros”.
¿El valor del silencio en la salud humana y la felicidad? La ciencia muestra que mejora las habilidades cognitivas y la creatividad, reduce los niveles de estrés y aumenta nuestra posibilidad de vivir más tiempo. El silencio nos hace felices al instante en un mundo cada vez más ruidoso.
La designación “Parque Silencioso” de QPI también ayuda a proteger los lugares que ya ofrecen sonidos naturales puros de los usos adicionales de la tierra y el desarrollo, incluso obligando a los aviones a cambiar su ruta alrededor de áreas protegidas de tierra salvaje.
EL VALOR DE LO SILENCIOSO
“Si el silencio es oro, entonces un lugar silencioso es un lingote”, dice Hempton sobre el valor económico de lo silencioso. “Mientras el resto del mundo se hace más ruidoso, los buscadores de silencio que entran en el mercado del turismo ecológico para experimentar el antídoto al ruido tóxico van a valer millones de dólares”.
Y este recurso valioso —el silencio— puede ayudar a distribuir la riqueza en áreas ecológicamente vulnerables para que puedan preservar todos sus recursos naturales.
“A veces me hacen la pregunta: ‘¿En verdad quieres que me preocupe por el silencio cuando tenemos el calentamiento global, los desperdicios tóxicos, la pérdida de hábitats y especies que se están extinguiendo?’”, dice Hempton.
“Sí, exactamente, porque el silencio no solo nos permite ser mejores: pensadores más claros, más inteligentes, más creativos, más socialmente dispuestos a ayudarnos unos a otros”.
“Cuando salvamos el silencio salvamos todo lo demás”, comenta Hempton.
UN RECURSO NATURAL SUSTENTABLE
El primer “Parque Silencioso” certificado del mundo alberga a los cofán, un pueblo indígena de Ecuador, quienes suman 1,200 personas hoy día, menos de los cálculos anteriores de 30,000. Mientras ellos luchan por preservar su tierra, ahora tienen la capacidad de exportar el silencio, un recurso natural sustentable.
“Los cofán quieren desarrollar su turismo ecológico para que puedan generar el dinero para defender su tierra de la minería ilegal de oro”, explica Hempton, quien añade: “Ellos sienten la presión del mundo moderno por sus recursos, no quieren ceder su modo tradicional de vida. Así que cada dólar cuenta para su defensa legal y el turismo ecológico.
“El silencio es un recurso, y es un recurso que necesitan los industrializados y más ruidosos países occidentales alrededor del mundo, porque es sano, es transformador”.
Si quieres experimentar el primer parque silencioso del mundo, Hempton, junto con guías cofán, encabeza un grupo pequeño de viajes de Explorer X a lo largo del río Zabalo en la cuenca del Amazonas.
“La única manera de salvar el medioambiente es que la gente se ocupe de este y en verdad lo haga parte de sus vidas. Y la única manera en que nos ocuparemos de él es mediante estar en ese medioambiente para experimentarlo”. N
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek