“EL ORGULLO está de vuelta en la Casa Blanca”, dijo el presidente Joe Biden a un grupo de activistas por los derechos sexuales y reproductivos, luego de anunciar el nombramiento de Jessica Stern como su enviada especial para la defensa de los derechos de la comunidad LGBT+ en el mundo.
Biden expresó su propio orgullo por liderar lo que llamó la administración “más pro-LGBT+ e igualitaria” en la historia de Estados Unidos, pero resaltó que aún hay “trabajo inconcluso” en la materia. “Cuando una pareja del mismo sexo puede casarse por la mañana, pero se le niega un contrato de arrendamiento por la tarde por ser homosexual, algo sigue mal”, señaló a modo de ejemplo.
Jessica Stern, actual directora de la organización civil OutRight Action International, estará adscrita al Departamento de Estado. Tendrá un papel “crucial” para garantizar que “la diplomacia estadounidense proteja y defienda los derechos de las personas LGBT+ en todo el mundo”, dijo la Casa Blanca.
También se espera que el presidente demócrata firme el viernes la legislación que convierte en “Monumento Nacional” a la discoteca gay de Orlando, Florida, objetivo de un atentado en 2016.
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El ataque a Pulse, perpetrado el 12 de junio de 2016 por un hombre fuertemente armado en nombre del grupo Estado Islámico, conmocionó profundamente al país y a la comunidad LGBT+, en pleno mes de celebración del Orgullo. La legislación fue aprobada por unanimidad en el Senado a principios de junio, en un raro momento de consenso político en Washington.
Junto a Biden estuvo el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, el primer miembro abiertamente gay de un gabinete presidencial.
“Ha habido grandes avances en este país”, sostuvo Buttigieg, aunque aclaró: “Pero hay recordatorios en todas partes sobre cómo se ve retroceder, no solo en actos de violencia impactantes como el tiroteo de Pulse que este país ahora conmemora con razón, sino en la rutina diaria de la política a medida que los derechos y la igualdad son objeto de debate”. N