Raisi ganó los comicios con 61.95 por ciento de los votos, según los resultados definitivos anunciados este sábado por el ministro del Interior Abdolfazl Rahmani Fazli, un día después de celebrarse la elección.
La tasa de participación fue 48.8 por ciento, la más baja para una elección presidencial desde la instauración de la República islámica en 1979. Jefe de la autoridad judicial, Raisi, de 60 años, era el favorito ante la falta de competencia real tras la descalificación de sus principales adversarios.
El guía supremo iraní, el ayatola Alí Jamenei, celebró este sábado la elección ganada por Raisi como una victoria de la nación contra la “propaganda del enemigo”.
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La votación se extendió de manera considerable para permitir una máxima participación en buenas condiciones, teniendo en cuenta la pandemia de covid-19 que ha dejado oficialmente cerca de 83,000 muertos en una población de 83 millones de habitantes.
Raisi enfrentó a tres candidatos: el general Mohsen Rezai, excomandante en jefe de los Guardianes de la Revolución —ejército ideológico de la República Islámica—, el expresidente del Banco Central Abdolnaser Hemati y el diputado Amirhosein Ghazizadeh-Hashemi.
Raisi se presentó como el líder de la lucha anticorrupción y defensor de las clases populares que perdieron poder adquisitivo por la inflación. Fue el único de los cuatro candidatos que hizo una verdadera campaña.
Reelecto en 2017 en primer vuelta justamente frente a Raisi, que entonces obtuvo 38 por ciento de los votos, Rohani, un moderado que dejará la presidencia en agosto, termina su segundo mandato con un alto nivel de impopularidad.
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Sin llamar a la abstención, el expresidente Mahmud Ahmadineyad, populista cuya candidatura fue invalidada en mayo, denunció en un mensaje de video el viernes unas elecciones organizadas “contra los intereses del país”. “No quiero participar en este pecado”, dijo.
Para la oposición en el exilio y organizaciones civiles opositoras, Raisi es la encarnación de la represión y su nombre está asociado a las ejecuciones en masa de detenidos de izquierda en 1988, aunque él niega toda participación.
Raisi figura en la lista negra de responsables iraníes sancionados por Washington por “complicidad en graves violaciones de los derechos humanos”. N