EN LOS LITORALES de Sonora, en el Golfo de California, vive Ariana Sánchez, una mujer que toda su vida se ha dedicado a ser parte del sector pesquero. Actualmente es monitora de los recursos que se obtienen del mar, específicamente de la curvina golfina (Cynoscion othonoperus), un pez que pertenece a la familia Sciaenidae.
Ariana, al igual que su esposo, son pescadores y dedican su vida al mar. Sin embargo, para ella el trabajo no solo se limita al mar, ya que, antes de salir a trabajar, tiene que levantarse temprano para preparar el almuerzo a su esposo e hijos.
“Eso de ser mujer sí es difícil, pero nosotras estamos ahí porque queremos ver un cambio para nuestra comunidad y que nuestras familias e hijos vean que todavía hay curvina más adelante”, señala Ariana en entrevista con Newsweek México.
Para esta joven pescadora, quien ha aprendido a trabajar tanto en el mar como en la planta de recepción de la curvina golfina, la comunidad en la que vive no ha presenciado actos discriminatorios de género a sus compañeras por parte de sus congéneres varones. Al contrario, son tratadas con respeto.
También lee: Totoaba: un pescado legal y muy mexicano
Las dificultades llegan cuando también les toca encargarse del hogar y la crianza de hijas e hijos, como sucede al momento de acompañarlos para realizar las tareas de la escuela.
Casos similares suceden con mujeres pescadoras que, aunque iniciaron desarrollándose en la actividad pesquera desde niñas, hoy día se enfrentan a otras formas de machismo en el sector pesquero, como sucede al momento de negociar fuera de México y con clientes de otros países, China entre ellos, donde en repetidas ocasiones les ha tocado explicar que ellas son propietarias de la empresa que representan.
Sin embargo, a pesar de estos embates, las pescadoras del Golfo de California dedican sus habilidades para mejorar la actividad pesquera, cuidar del recurso marino, propiciar y respaldar las vedas a los productos marinos que comercian y, muy importante, ver por la economía de sus comunidades y mantenerse alertas de la caza furtiva o pesca ilegal en los litorales a los que se adentran.
Para Celina Domínguez García, subsecretaria de Pesca y Acuacultura del estado de Baja California, el papel de la mujer en la pesca mexicana ha tomado cierta relevancia, pero no la suficiente. Una de las dificultades que se dan sucede cuando una mujer intenta llegar con nuevos proyectos.
No te pierdas: Pescadores llaman a crear conciencia ante el impacto de la pesca en la crisis climática
Hoy día esto ha cambiado, ya que en reuniones de trabajo con el sector pesquero la presencia de las mujeres interesadas en la pesca comienza a tener mayor relevancia, desde los distintos ámbitos en que se aborda esta actividad.
“Nos falta mucho camino por recorrer. Nuestro trabajo tiene que tener más ese compromiso, sobretodo el clic que tienes que hacer con el sector que es un poco complicado en algunos aspectos”, comenta la subsecretaría Domínguez García en entrevista con este medio.
Celina Domínguez forma parte de la tercera generación de pescadores en su familia y se ha dedicado a la comercialización y fomento de consumo de productos pesqueros de Baja California. Actualmente, es la primera mujer en ocupar un cargo de alta dirección de pesca en el estado.
“En mi vida he estado inmersa en este ámbito de la pesca. Sé que es muy difícil poder sobresalir en este medio porque, básicamente, está dominado por hombres que han forjado un perfil de trabajo muy cuadrado”, añade.
PESCADORAS EMPRENDEDORAS EN EL GOLFO
Minerva Pérez, pescadora y exportadora de almeja generosa, posee la primera planta con certificación de aguas para exportar hacia Asia, bajo el sello de Atenea en el Mar, una empresa que fundó y en la que las mujeres predominan en los puestos directivos.
Atenea en el Mar inició exportando almeja generosa, pero ahora ha expandido su cartera de productos y clientes con langosta y otras almejas de alto valor.
Esta aventura se inició en el año 2000, cuando se descubrió una especie marina en la ciudad portuaria de San Felipe, en Baja California. Esta especie no era conocida por los habitantes.
Al no tener suficiente información al respecto, en la zona empezaron a emitir permisos de pesca de fomento, es decir, licencias especiales que permiten realizar la pesca de esta especie con fines de investigación, exploración, experimentación, conservación, evaluación de los recursos acuáticos, creación, mantenimiento y reposición de colecciones científicas y desarrollo de nuevas tecnologías, según establece la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca).
Te interesa: Buen pescado para ti y el medioambiente: cómo comprar el mejor
En 2002, Minerva Pérez obtuvo el permiso de pesca de fomento de la almeja generosa con el que comenzó a generar la información requerida. Entre los retos que se le presentaron fue el parentesco de este molusco con la almeja del norte, sin ser la misma especie, ya que la detectada en el Golfo de California es de aguas cálidas. Luego de que comenzaron a importar el producto y los compradores lo catalogaron como de mala calidad, les tomó dos años encontrar un nicho propio en el mercado. “Nosotros tuvimos el primer permiso comercial para esa especie en el Golfo”, declara la fundadora de Atenea en el Mar.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Pesca, a las almejas de sifón (Panopea spp) erróneamente se le ha llamado generosa por ser un término que atiende solo a una de las dos especies que existen. Este es uno de los moluscos de mayor demanda en el ramo pesquero en las costas de la Península de Baja California y Sonora, desde sus inicios en el año 2002, cuando se reportó una captura de 19 toneladas. En el mercado alcanza ventas superiores a los 19 millones de dólares.
Atenea en el Mar es la primera planta diseñada, específicamente, para esta especie, además de ser la única en el país con almacenamiento y certificación para importar a Estados Unidos, Europa, Brasil y Canadá. Esto las ha llevado a trabajar en el primer Proyecto de Mejora Pesquera (FIP, por sus siglas en inglés) de Almeja Generosa.
En cuanto a la aplicación de prácticas sostenibles para pescar este molusco, Atenea en el Mar cuenta con diversos esquemas de reglamentación, como un programa de manejo donde cada permisionario tiene un polígono asignado para pescar y administrar los recursos de esa área.
“Nuestra responsabilidad es cuidar lo que está en ese polígono. Tenemos tres reglas principales: talla mínima, rotación de bancos y cuota de captura”, explica.
HERENCIA JAPONESA PARA PESCAR
En la Isla de Cedros, en Baja California, vive Leonor Masuda, pescadora permisionaria que desde niña ha dedicado su vida a la pesca empleando las prácticas pesqueras que heredó de familiares japoneses que llegaron a México a inicios del Siglo XX.
Leonor y su familia aprendieron a mejorar técnicas de pesca como el buceo por escafandra. En entrevista con Newsweek México, Masuda relata que toda su vida la ha dedicado a la pesca, incluso narra que, cuando nació, ella dormía en trampas de langosta que usaban como cunas.
Cuenta Masuda que sus padres llegaron a México en 1927 y se instalaron en la Isla de Cedros para trabajar el abulón y la langosta con buzos escafandra. “Les enseñaron a los mexicanos la técnica de ser buzo”.
Hasta ahora, 37 personas se encuentran trabajando con Masuda, quien en el año 2008 obtuvo su licencia como permisionaria de almeja generosa. Actualmente, en su cooperativa se preocupan por el manejo y conservación del recurso marino con el objetivo de heredar este negocio pesquero a hijos y nietos con la implementación de prácticas sostenibles en la pesca.
Te recomendamos: Pesca en México: rezagos y poco análisis de impacto a las especies marinas
“El reto principal y la lucha de cada pescador es con las propias dependencias ante los trámites burocráticos”, como sucede con la renovación de un permiso, que se vuelve un calvario con el envío de la documentación y empezar de nuevo, cuenta.
Leonor también señala que los apoyos del gobierno deberían acompañar a los pescadores hasta que entreguen su primera cosecha, así como el combate a la pesca furtiva.
Para el sector pesquero, la pandemia también implicó retos importantes. Leonor cuenta que, aunque mantuvieron una producción baja, esto no evitó que estuvieran al día y los ahorros fueran pocos. “Vamos saliendo, independientemente de que nos quitaron muchos apoyos. Tuvimos una producción estándar y tranquila”, dice.
Actualmente, uno de los problemas que también aquejan en la cooperativa que preside es la vigilancia, pues señala que al litoral lo tienen sin supervisión. Entre sus peticiones está la actuación de las autoridades, que cuando se levante un acta se le dé seguimiento y que esa acta tenga efectos legales y fuertes.
No te pierdas: Pescar responsablemente
“Si no tenemos esos seguimientos a las actas y que realmente se aplique la ley nunca nos vamos a ordenar. Esto referente a la pesca ilegal, que a veces son los que tienen más venta de langosta, abulón, y en todas las especies son los que tienen más producción que uno como permisionario. Ellos trabajan todo el año y no respetan vedas ni nada, esa es la importancia de la vigilancia”, denuncia.
El pasado 24 de mayo, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) informó que durante el mes de abril se logró la incautación precautoria de 513,692 kilogramos de producto marino porque los portadores no acreditaron su legal procedencia.
En el informe de acciones y resultados del organismo de la Sader se señala que las entidades que registraron el mayor número de producto decomisado fueron: Sonora, con 352,674 kilogramos; Ciudad de México, con 89,349 kilogramos; Baja California, con 40,103 kilogramos, y Campeche, con 19,000 kilogramos.
Además, a través de la Dirección General de Inspección y Vigilancia (DGIyV) se atendieron las denuncias presentadas mediante el Sistema Virtual de Denuncia de Pesca Ilegal, lo que llevó a la realización de 293 recorridos acuáticos y 1,173 recorridos terrestres en diversas entidades de la república mexicana.
CADA VEZ MÁS CERCA DE LA AGENDA 2030
De acuerdo con Celina Domínguez, subsecretaria de Pesca y Acuacultura de Baja California, falta mucho por revisar ante los rezagos de la Carta Nacional Pesquera y las acciones a cumplir de frente a la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas para el sector pesquero, que aboga por una pesca sostenible. “Quiero que mis hijos y nietos sigan viviendo de la pesca, entonces la responsabilidad es grande”, añade.
Con una agenda internacional establecida y enfocada en el Objetivo 14 para el sector pesquero, en la que México se compromete a conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos, la protección de los océanos debe ser prioridad.
Por ello, la pesca irresponsable es la actividad a la que más trabajo se le debe dedicar. En ese aspecto, las mujeres se preocupan más por buscar la sostenibilidad de los recursos.
“Sabemos que, aunque nos rige la Carta Nacional Pesquera, necesitamos que se actualice porque si bien es cierto algunas pesquerías ya están cerradas, no podemos sobreexplotarlas. También hay pesquerías a las que hay que darles una buena revisada porque también están acotando el desarrollo de alguna comunidad”, explica.
Te interesa: Los tiburones están desapareciendo debido al exceso de pesca mundial
En ese sentido, la subsecretaria hace un llamado a continuar trabajando de manera coordinada los tres diferentes niveles de gobierno del país, de la mano de asociaciones de la sociedad civil, academia y comunidades para que, entre todos, se tengan las herramientas necesarias para seguir manejando una pesquería de manera sana y sostenible que reditúe el futuro de la pesca con prácticas sustentables para que el recurso dure.
Incluso, resalta la importancia del monitoreo en la pesca ya que presenta la radiografía de cómo están las diferentes pesquerías del país y cuáles están más vulnerables o frágiles.
También, cabe destacar la importancia del seguimiento a las vedas ya que, varias especies se rigen por la NORMA Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, de las que se debe tener sumo cuidado.
“Tenemos que hacer un esfuerzo en conjunto porque las próximas generaciones sigan viviendo de eso, pero que sea de una manera muy responsable”, concluye Domínguez García. N