María Esther Scherman Leaño es especialista en números, dirigió la Lotería Nacional y fue diputada federal en cuatro ocasiones. En ellas, fue parte de las comisiones encargadas del presupuesto y la cuenta pública. Hoy los números la favorecen, su lugar en las listas plurinominales le aseguran su quinta diputación. Su caso está lejos de ser la regla, se calcula que el 80 por ciento de los diputados de la próxima legislatura serán novatos y muchos de ellos es posible que no vuelvan a ocupar cargo alguno en su vida. En contraste, hay un puñado que aspira a una senaduría para 2018, de lograrlo serán los primeros en poder reelegirse.
Detrás de Scherman Leaño los legisladores con más experiencia en la Cámara baja —con cuatro legislaturas cada uno— serán, de ganar en las próximas elecciones intermedias: Ricardo Canavati (PVEM), Fernando Espino (PRI), Óscar González Yáñez (PT), Javier Guerrero (PRI), Alejandro Guevara (PRI), José Narro (PRD) y Julián Nazar (PRI). En total, la próxima legislatura podría tener 33 diputados que lo han sido dos o más veces y 171 que han estado ahí cuando menos una vez en su vida, sin contar experiencias como legisladores locales o senadores.
En un sentido maniqueo y simplista se ha dado en llamar a estas personas “chapulines”, por brincar de un puesto a otro; sin embargo, si tuvieran un empleo convencional, se diría que tienen experiencia. Los datos anteriores se obtuvieron luego de comparar las legislaturas de 1979 a 2012 (LI-LXII) y entrecruzarlos con los 4524 candidatos registrados ante el INE para los comicios de 2015. Los resultados nos permiten entender cómo funciona los sistemas político y legislativo mexicanos.
La burbuja legislativa
“Todas las legislaturas del mundo requieren un conjunto de personas que tomen decisiones rápidas”, asegura el Dr. Khemvirg Puente, académico de la UNAM especializado en análisis del Poder Legislativo. Los grupos parlamentarios se rigen jerárquicamente pero, como explica el politólogo, quien manda no siempre es quien tiene más experiencia legislativa, sino quien tiene mayor capacidad de negociar con otros actores: los diferentes partidos, gobiernos —a escala federal y local—, grupos de poder económicos y empresariales y demás sectores de la sociedad.
A esos actores con experiencia, poder político o capacidad de negociación se les conoce dentro de la Cámara como la burbuja legislativa. Son un grupo de entre diez y veinte personas que negocian a nombre de los demás y llevan de alguna manera las riendas del Congreso.
Asesores de la Cámara de Diputados de diversos partidos políticos y académicos entrevistados por Newsweek en Español consideran que durante la próxima legislatura quienes conformarán la burbuja serían: por el PAN, Gustavo Madero (segunda diputación), María Talavera (segunda), Jesús Díaz Mena (segunda), Jorge Zermeño (segunda) y Alejandro Zapata Perogordo (tercera); por el PRI, César Camacho Quiroz (segunda), Jorge Carlos Ramírez Marín (tercera), Enrique Jackson (segunda) y María Esther Scherman (quinta); por el PRD, Jesús Zambrano (tercera), Guadalupe Acosta Naranjo (segunda), Agustín Basave (segunda) y José Narro (cuarta).
Así, quienes posiblemente se encargarán de llevar las riendas en materia legislativa y, en teoría, de fiscalizar al presidente de la república, además de funcionar como su apoyo o su oposición, no son novatos, saben cómo negociar y no se deberían intimidar ante el poder presidencial. Son hombres y mujeres fuertes dentro de sus partidos donde han ocupado puestos de responsabilidad. Pero son los menos.
Líderes, dinosaurios e incondicionales
Si observamos con detenimiento la lista de los diputados con mayor experiencia, señala el analista político Pedro Arturo Aguirre, podremos encontrar que una buena cantidad de ellos en realidad no influye. Más aun, si tomamos en cuenta que de 1979 a la actualidad tuvimos 6428 diputados y solo 642 lo han sido más de dos veces, hasta un máximo de cinco: el 90 por ciento lo fue una sola vez. Y si realizáramos un estudio minucioso de sus trayectorias descubriríamos que muchos de ellos no volvieron a ocupar cargo político alguno.
La pregunta obvia es, si quienes más veces han estado en las cámaras no siempre son los que toman decisiones importantes, ¿cómo llegaron y por qué llegaron? Una de las explicaciones más comunes es que los legisladores en México son premiados por su lealtad al partido y no tanto por sus conocimientos. No obstante, Jeffrey Allen Weldon, director de la carrera de Ciencia Política en el ITAM y estudioso de la disciplina partidista de los legisladores, le pone matices a esa afirmación:
“En términos generales sí influye la disciplina en la elección de candidatos, el tema es que casi nadie tiene baja disciplina, entonces no hay nadie para castigar, sobre todo en los partidos grandes.” Como ejemplo señala al PRD, donde se han registrado la mayor cantidad de votos en contra de la postura oficial del partido; sin embargo, ese grupo estaba siendo disciplinado con quienes hoy conforman el partido Morena.
En ese caso, la disciplina va más con la corriente que con el partido. O como en el Partido Verde, que cuando alguien vota diferente es porque, en realidad, está votando con el PRI, que de acuerdo con las mediciones de Allen Weldon tiene una disciplina del 99.9 por ciento, mientras que la del PAN es del 98 por ciento.
El Informe Parlamentario Mundial del Programa Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su análisis sobre México señala que el principio de no reelección consecutiva, que fue implementado en 1932, tenía como objetivo debilitar el control de los partidos políticos y hacer que los legisladores fueran más representativos del pueblo. “En la práctica, esta reforma ha producido un efecto diametralmente opuesto. En vista de que los políticos no pueden buscar la reelección, no tienen incentivos para poner atención a las demandas o aspiraciones de sus votantes”, apunta.
Hasta 1979 el PRI fue el partido casi único en las cámaras, pero a partir de esta fecha entra en vigor la Ley de Participación Política y Electoral (Lope), que permitió la legalización de las formaciones de izquierda hasta ese momento ilegalizadas. Esa es la razón por la que en este trabajo partimos de ese momento histórico que nos permite entender el Congreso dentro de su etapa democrática y de mayor pluralidad.
Quienes han ejercido una diputación más veces (cinco) desde entonces son: los priistas Arely Madrid Tovilla, Armando Neyra Chávez y César Augusto Santiago Ramírez; luego tenemos diez políticos que la han tenido en cuatro ocasiones, de los cuales destacan el petista Alberto Anaya; los perredistas Miguel Alonso Raya y Pablo Gómez; el panista Juan de Dios Castro; el resto de la lista son priistas como Scherman Leaño y Beatriz Paredes.
Si sumamos aquellos que además han sido senadores en el mismo periodo de tiempo, encontraremos que la lista la encabeza el poderoso líder de los petroleros, Carlos Romero Deschamps (PRI), con tres diputaciones y tres senadurías; repiten, con cuatro diputaciones y dos senadurías, el fundador del PT, Alberto Anaya, el panista Juan de Dios Castro Lozano, el priista Sami David David, quien llegó a dirigir los servicios de inteligencia del país; o su correligionario Fernando Ortiz Arana, bajo cuya administración al frente del PRI asesinaron al candidato presidencial Luis Donaldo Colosio.
A partir de lo anterior, y de acuerdo con los analistas entrevistados, existen cinco constantes en el sistema político mexicano que pueden llevar a alguien a repetir en el Congreso mexicano. Una de ellas es la experiencia, que se traduce en legisladores eficaces, como es el caso de César Augusto Santiago y, para la elección en puerta, podríamos considerar a los panistas Alejandro Zapata y Jorge Zermeño, o bien al tricolor Carlos Ramírez Marín. Todos ellos ya ocuparon puestos directivos tanto en la Cámara de Diputados como en la administración federal.
El segundo supuesto es pertenecer a un sindicato, verbigracia, Romero Deschamps, o Fernando Espino Arévalo, quien desde 1978 se mantiene en la cúpula del sindicato de trabajadores del metro de la Ciudad de México y que buscará su cuarta diputación en este 2015. Pero también funciona la pertenencia a organizaciones fuertes como la Confederación Nacional de Organizaciones Populares del PRI (CNOP), que aglutina a las clases medias urbanas y populares. De ahí han surgido por lo menos cinco candidatos de entre los más experimentados.
El tercer caso corresponde a los líderes de los partidos minoritarios, es decir, que tienen pocos cuadros o son dueños del partido. Ahí encontraríamos a los hermanos petistas Óscar y Alejandro González Yáñez, ambos en busca de su cuarta y tercera curul, respectivamente.
Existe una cuarta categoría que responde a los liderazgos locales, aquí se encontrarían el priista Heliodoro Díaz (tercera vez), quien pertenece a la CNOP, es de origen oaxaqueño y cercano al exgobernador de la entidad José Murat, quien a su vez ha sido tres veces diputado y dos más senador; pero también encontramos a la priista Carolina Viggiano Austria, con gran arraigo en Hidalgo, miembro de la Confederación Nacional Campesina y esposa del exgobernador de Coahuila Rubén Moreira.
Finalmente, existe el caso de operadores políticos hábiles que se han movido de un partido al otro, aquí encontraríamos a Miguel Ángel Yunes, cercano a la otrora líder sindical del magisterio, Elba Esther Gordillo. Cuando esta fue expulsada del PRI, Yunes se refugió en el PAN; o Rubén Mendoza Ayala, quien inició su carrera en la CNOP, del PRI, luego se mudó al PAN, y tras perder la elección a gobernador del Estado de México frente al actual presidente de la república, Enrique Peña Nieto, fue a engrosar las filas del PRD.
El dilema de las cámaras
Según el Informe Parlamentario Mundial, los congresos de todo el mundo se cuentan entre las instituciones que menos gozan del agrado del público, y sólo los partidos políticos registran niveles más bajos de aprobación pública. La explicación que da el estudio frente a este fenómeno radica, por un lado, en que en todo el mundo los niveles de rendición de cuentas de los congresos son bastante bajos. Y, por el otro, en que existen cada vez más vías de expresión y resolución de demandas de la sociedad civil.
En el caso mexicano es posible que exista, además, una idea de derroche y abuso de parte de los políticos respecto a la labor legislativa. De acuerdo con el citado informe, el presupuesto del Congreso mexicano es el cuarto más abultado del mundo, debajo de Estados Unidos, Nigeria y Japón. Pero no sólo eso, los diputados mexicanos son los que más caros le cuestan a sus ciudadanos (catorce veces más que a los españoles). Esto último dentro de las treinta y cuatro economías más desarrolladas del planeta, integradas en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Nuestro país también es el tercero del mundo con más personal en el Congreso: 7527. Y mientras que el promedio de comisiones legislativas de las cámaras del planeta son de diecisiete, la Cámara de Diputados cuenta con cincuenta y un comisiones ordinarias, treinta y seis especiales y cuatro bicamerales.
Visto lo anterior, el Dr. Puente explica que está muy mal visto el salto de un cargo al otro, porque parece que se deslindan las responsabilidades del primer cargo. Y de alguna manera así es porque quien hoy es jefe delegacional no se somete a escrutinio por sus propios electores para que lo ratifiquen en el cargo, ya que se postula para un cargo distinto, y entonces puede hacer otro tipo de propuestas o promesas, dado que lo que va a hacer es una labor legislativa y no ejecutiva.
De esta manera, no hay una posibilidad de sanción directa por parte de los electores para el desempeño del cargo inmediato anterior. Esas son las reglas de juego que tenemos, son las formas institucionales del sistema político mexicano. Aunque según advierte el analista y editor Pedro Aguirre, en las democracias avanzadas donde hay reelección existe el riesgo de los diputados que se eligen ad eternum,algunos de ellos no por su capacidad política, sino por sus vínculos con la sociedad. “Existen legisladores que se reúnen a platicar casi a diario con sus electores, desde los problemas de la comunidad hasta escucharles que les salió un hijo borracho, y por ello la gente los sigue votando”, explica Aguirre.
Igualmente perjudicial es el hecho de que la no reelección restringe la memoria institucional del Parlamento. Sin la reelección, cada nueva legislatura se llena de novatos, como demuestra la base de datos con la que se elaboró este reportaje. Pues de los doscientos cuatro candidatos con experiencia que compiten es posible que menos de la mitad queden —los analistas consideran incluso que es posible que Movimiento Ciudadano y el PT puedan perder el registro ante la aparición de Morena—. Así, alrededor de cuatrocientos diputados estarán por primera vez en la Cámara, sin importar su paso por los congresos locales.
En esos casos, el PNUD considera que existe una escasa jerarquía institucional, mientras que los diputados nuevos carecen, en términos generales, de la pericia como para desafiar al presidente, hacer un análisis adecuado de la legislación y representar a sus votantes.
Han sido diputados tres o cuatro veces
María Esther de Jesús Scherman Leaño. Fue cuatro veces diputada federal y ocupó una senaduría. Su trabajo legislativo se ha orientado principalmente a las comisiones de Hacienda, cuenta pública y rendición de cuentas. Originaria de Jalisco y de profesión abogada, fue directora de la Lotería Nacional y coordinadora general del Fideicomiso de Liquidación al Subsidio de la Tortilla. Su carrera política se desarrolló dentro de la CNOP del PRI y hoy se le ve como una persona cercana al presidente Enrique Peña.
Jesús Ricardo Canavati Tafich. Fue tres veces diputado federal y senador en dos ocasiones. Inició su carrera dentro de la CNOP del PRI, partido que lo llevó a ser alcalde de San Nicolás de los Garza (1979-82) y de Monterrey (2003-05), ambos en Nuevo León. También fue subdirector del Metro de la Ciudad de México. Destaca que, con su larga trayectoria dentro del PRI, hoy se postule como candidato del Partido Verde.
Fernando Espino Arévalo. Fue tres veces diputado federal y dos veces asambleísta del DF. Este ingeniero electricista, graduado del IPN, es oriundo de Michoacán; su carrera política va de la mano de su trayectoria sindical, desde 1978 ha desarrollado labores de liderazgo en el sindicato de trabajadores del Metro de la Ciudad de México. Su trayectoria ha estado marcada por diversos escándalos y ha sido la piedra en el zapato de los gobiernos perredistas en la ciudad. Sus candidaturas han sido por el PRI y en una ocasión por el Partido Verde.
Óscar González Yáñez. Fue tres veces diputado federal. Fundador del Partido del Trabajo, este economista egresado de la UNAM es un político formado en las líneas del maoísmo. Fue integrante activo de la Comisión de Concordia y Pacificación en Chiapas que llevó a los acuerdos de San Andrés. Como parte de su carrera política fue presidente municipal de Metepec, en el Estado de México. En 2010 se hizo de fama nacional, cuando otro diputado publicó en redes sociales una foto de González Yáñez durmiendo en plena sesión del congreso.
Javier Guerrero García. Fue tres veces diputado federal. Originario de Coahuila, se ha desempeñado dentro de las secretarías de Desarrollo Social, la Reforma Agraria, Gobernación, Programación y Presupuesto, así como el DIF nacional. Maestro en ciencia política y administración pública, es cercano a la otrora lideresa nacional del PRI, Beatriz Paredes.
Luis Alejandro Guevara Cobos. Fue tres veces diputado federal. Tiene la marca de haber sido el diputado más joven en pisar San Lázaro. Fue también dirigente estatal y nacional del Frente Juvenil Revolucionario y se desempeñó como funcionario federal en el área de giras y agenda privada del presidente Peña Nieto. Su segunda vez en San Lázaro fue en calidad de suplente del ahora magistrado Carlos Chaurand.
José Narro Céspedes. Fue tres veces diputado. Fundador del Partido del Trabajo. Fue dirigente campesino en el Frente Popular de Lucha de Zacatecas y dirigente de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala. En 2009 renunció al PT y desde entonces milita en las filas del PRD.
Julián Nazar Morales.Fue diputado federal en tres ocasiones. Este profesor de primaria es una de las cartas fuertes de la CNC del PRI, incluso ha llegado a ser vicecoordinador de la fracción parlamentaria de su partido. Sus orígenes en la política fueron al cobijo de los políticos chiapanecos Juan Sabines y Germán Jiménez.