EL RETORNO de Estados Unidos a la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue una de las primeras acciones de Joe Biden como presidente, a esto sumó un agradecimiento al organismo internacional por liderar la respuesta mundial contra la pandemia del coronavirus y le garantizó de nuevo su apoyo financiero.
Estados Unidos “tiene la intención de honrar sus obligaciones financieras con la organización”, dijo el inmunólogo Anthony Fauci, en una reunión de Consejo ejecutivo de la institución de la ONU en Ginebra.
Con la decisión inmediata, el nuevo mandatario ha marcado una completa distancia de las políticas de su antecesor Donald Trump.
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“Estados Unidos está dispuesto a trabajar en colaboración y solidariamente para apoyar la respuesta internacional al COVID-19, atenuar su impacto en el mundo, reforzar nuestras instituciones, hacer que avance la preparación ante futuras epidemias y mejorar la salud y el bienestar de todos los pueblos del mundo”, dijo Anthony Fauci, que ha sido nombrado consejero por Biden.
Este miércoles, el número de muertes por COVID-19 en Estados Unidos superó los decesos de soldados estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial. Hasta ahora la pandemia ha dejado 405,500 fallecimientos y lo convierte en el país con mayor número de muertes en el mundo.
“Estamos entrando en la que quizás sea la fase más dura y mortífera del virus”, advirtió Biden el miércoles y decretó el uso obligatorio de cubrebocas en los edificios federales y los transportes interestatales y por parte de los empleados del gobierno central.
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A nivel mundial, el virus ha dejado por lo menos 2,07 millones de fallecimientos y las autoridades están alarmadas ante la aparición de las nuevas variantes del virus surgidas en el Reino Unido, Sudáfrica y Brasil, debido a su mayor capacidad de infección.
La cepa británica ya ha llegado al menos a 60 naciones, según la OMS, mientras que la sudafricana ha sido detectada en 23 países y territorios. N
