EN UNA temporada trastocada por la pandemia, el tenor mexicano Javier Camarena, uno de los grandes nombres del panorama operístico actual, se dice “ávido” de escenario en vísperas de una gira por España que lo llena de “muchísima alegría”.
La situación sanitaria, que obligó a cerrar prestigiosos teatros en Europa, Latinoamérica y Estados Unidos, “nos ha hecho valorar enormemente este privilegio de carrera que tenemos”, y “yo amo compartirme a través del canto”, dice un sonriente Camarena en entrevista con AFP.
El tenor, nacido en Xalapa, Veracruz, México, en 1976 y reconocido por su virtuosismo vocal y sus brillantes sobreagudos, cantará este viernes en el Teatro Real de Madrid arias de Rossini, Donizetti, Gounod y Lalo.
Lo hará bajo la batuta de su compatriota Iván López-Reynoso, un talentoso maestro de 30 años recién nombrado director titular de la Orquesta del Palacio de Bellas Artes de México, y con el que Camarena lleva trabajando siete años.
También lee: Los Cojolites, herederos y protectores del son jarocho
La gira incluirá el debut del tenor lírico en el Palau de la Música de Barcelona el lunes 18 —”un escenario hermoso” por su acústica y su arquitectura modernista, dice—, y sendos conciertos en Bilbao (21) y Zaragoza (25).
De trato alegre y llano, Camarena ha triunfado en la Ópera de Viena, el Liceu de Barcelona, la Ópera de París o el Wigmore Hall de Londres, y es una celebridad en el Metropolitan Opera House (MET) de Nueva York, donde ha bisado hasta en 11 ocasiones.
En marzo de 2019 logró la hazaña de repetir allí, en siete funciones consecutivas y por aclamación del público, el aria “Ah! mes amis, quel jour de fête!” de la ópera “La hija del regimiento”, compuesta por Gaetano Donizetti.
Tras dos conciertos navideños para el MET y la Ópera de Montecarlo, la gira española supone su pleno regreso a los escenarios, después de sufrir, previo a la pandemia, unos problemas con las cuerdas vocales que lo obligaron a reposar y luego a reacondicionarse.
Un problema del que habló en su cuenta de Instagram, donde es muy activo, y que reivindica enérgicamente, porque “hay que romper con ese tabú” de las lesiones vocales.
EJERCICIO DE ALTO RENDIMIENTO
“El canto es un ejercicio de alto rendimiento, con toda la musculatura que interviene en la producción del sonido”, y el lesionarse “es algo supercomún” que no debe estigmatizarse como tampoco se hace con los deportistas de élite, explica el tenor.
A medio plazo, Camarena quiere evolucionar del fogoso bel canto italiano —que él mismo define como su “estándar” hasta ahora— a la ópera francesa, “una pasión muy mesurada, que no deja de ser muy intensa, y que me gusta mucho por esa idea de control” en el canto y la actuación.
En marzo cantará así en la Ópera de Berlín “Lakmé”, de Leo Delibes, y para más adelante se plantea “Romeo y Julieta” y “Fausto”, de Charles Gounod.
No te pierdas: Prince: un superhéroe en un cuerpo humano
Entre sus desafíos recientes, Camarena destaca “El pirata” de Bellini, que cantó por primera vez en el Teatro Real de Madrid a fines de 2019, y donde dijo no haber quedado 100 por ciento satisfecho con su rendimiento.
La obra tiene su dificultad específica, porque “fue compuesta para un cantante en particular” de la época, y porque entonces “la técnica vocal era otra y estaba más pegada al falsete, para apoyar los sobreagudos”.
Con la técnica actual, Camarena sentencia que “cantar esas óperas es un reto triplicado”. Pero tras lo del Real, asegura haberse “quitado la espinita” con una grabación de “El pirata” para el sello Prima Classic, que debe salir en primavera y de la que se dice “orgulloso”.
La entrada en el mundo de la ópera fue heterodoxa para este tenor residente en Zúrich desde hace años y criado en una familia que “jamás escuchaba ópera”.
Te interesa: Phoebe Bridgers: la pandemia no es para descansar
Cuenta Camarena que conoció lo que es una voz de tenor al escuchar, en 1984, al español Plácido Domingo, cantando piezas para niños del cantautor mexicano Francisco Gabilondo Soler (1907-1990), popularmente conocido como Cri-Cri.
Una pasión, la música popular, que el de Xalapa considera “parte de [su] esencia” y que ha cultivado, grabando discos de boleros y baladas (“Serenata”) y de canciones infantiles (“Javier Camarena canta a Cri-Cri”).
Y todo ello porque el círculo operístico es “bastante limitado”, y su objetivo es resueltamente ambicioso: “Mi intención es abarcar un público mucho más amplio”. N