LA CÁMARA de Diputados aprobó anoche la legalización del aborto en Argentina, pero el proyecto, impulsado por el presidente Alberto Fernández, aún debe someterse a la votación del Senado, que hace dos años rechazó una iniciativa similar.
La aprobación fue recibida con un estallido de alegría por miles de jóvenes de pañuelo verde, emblema de la campaña a favor de la legalización del aborto, que pasaron toda la noche en las afueras del Congreso, en Buenos Aires, a la espera de la votación en este país de mayoría católica y cuna del papa Francisco.
“El 29 de diciembre es la fecha prevista de votación en el Senado”, declaró a El Destape Radio la senadora peronista (oficialista) Norma Durango, titular de la Banca de la Mujer, espacio interpartidario creado para promover derechos con perspectiva de género.
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El proyecto de ley permite el aborto hasta la semana 14 de gestación. Tuvo 131 votos a favor, 117 en contra y seis abstenciones. La diferencia fue mayor que en 2018, cuando hubo 129 votos a favor, 125 en contra y una abstención.
Durango agregó: “Esta vez tenemos posibilidades de lograr la sanción en el Senado”.
Aunque el oficialismo tiene 41 de las 72 bancadas en la Cámara Alta, la aprobación del proyecto sigue siendo una incógnita. En 2018 no todos los votos siguieron líneas partidistas.
Hasta el momento las fuerzas en el Senado están parejas, aunque “hay indecisos”, subrayó la senadora.
VIGILIA DE 20 HORAS
Al ritmo de los bombos y en clima festivo, miles y miles de mujeres de pañuelo verde hicieron vigilia en los alrededores del Congreso.
Separadas por una valla, manifestantes del pañuelo celeste, que se oponen a la iniciativa, también aguardaron el resultado de la votación, que recibieron con frustración.
La legalización del aborto se discutió por primera vez en el parlamento argentino en 2018, durante el gobierno del liberal Mauricio Macri (2015-19), cuando fue aprobada por los diputados, pero rechazada en el Senado en medio de enormes movilizaciones de mujeres.
Este año, la iniciativa de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) fue presentada por el presidente peronista de centroizquierda Alberto Fernández como un modo de “garantizar que todas las mujeres accedan al derecho a la salud integral”.
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“El aborto es legal en países del primer mundo y otros desarrollados y con fuerte religiosidad, como Italia, España e Irlanda. Ahora avanzamos en Argentina. Si esto fuera un problema masculino, habría sido resuelto hace mucho tiempo”, declaró a la televisión el ministro de Salud, Ginés González García.
En la sesión, la diputada Ana Carolina Gaillard, del oficialista Frente de Todos, enfatizó que “el debate es sobre aborto seguro o aborto inseguro”, al evocar las muertes por interrupciones clandestinas del embarazo, unas 3,000 desde 1983, según el presidente Fernández.
“Soy católico, pero tengo que legislar para todos. Es un tema de salud pública muy serio”, declaró Fernández.
Se calculan entre 370,000 y 520,000 abortos clandestinos anuales en Argentina, con 39,000 internaciones cada año, según el gobierno.
VERDES CONTRA CELESTES
“Creemos que las mujeres tienen derecho a decidir sobre su cuerpo, que el Estado las proteja. Que sepan los legisladores que votan en contra que cargarán en sus manos la sangre de las mujeres que mueran por abortos clandestinos”, dijo a AFP Melisa Ramos, de 21 años, frente al Congreso.
“¡Aborto legal ya, gratuito y en el hospital!”, se leía en pancartas.
Del otro lado de las vallas, se manifestaron las “celestes”, bajo la consigna “¡Salvemos las dos vidas!”. Exhibían muñecos que representaban bebés con sangre.
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En Argentina, el aborto solo se permite en caso de violación o peligro de vida para la mujer, legislación vigente desde 1921.
Si el Senado aprueba el aborto legal, Argentina se sumará a Cuba, Uruguay y Guyana como países que lo permiten en América Latina. También está autorizado en Ciudad de México. N