Una situación “muy muy grave”.
Con esas palabras la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, comunicó la decisión de su país de sacrificar a 17 millones de visones por una mutación del coronavirus que podía propagarse a los humanos.
Frederiksen explicó que el virus mutado representaba un “riesgo para la eficacia” de una futura vacuna contra la COVID-19.
Sin embargo, durante una conferencia de prensa, el ministro de Sanidad danés, Magnus Heunicke, aseguró que aún no había datos de que dicha mutación causara síntomas más graves de COVID-19.
En concreto, este cambio genético se produce en una parte del virus conocida como proteína espiga, importante para la inmunidad y objetivo de futuras vacunas y tratamientos.
A los científicos daneses les preocupa que esta mutación específica es menos sensible a los anticuerpos protectores, poniendo en riesgo la efectividad de una vacuna futura.
Durante el verano, España y Países Bajos también sacrificaron centenares de miles y decenas de miles de visones respectivamente.
“Sabemos que los visones se contagian de personas, pueden infectarse y luego transmitirse el virus entre ellos. Y ahora está volviendo a los humanos”, dijo a la BBC la profesora Joanne Santini de la University College of London (UCL).
La revista New Scientist indica que hay reportes científicos sobre visones de criaderos contagiándose de humanos.
El sacrificio de los visones genera preguntas sobre qué tan comunes sin estas mutaciones y qué implicaciones tienen las transmisiones de virus desde humanos a animales, un fenómeno conocido como “derrame inverso”.
Una “historia idiota”
Las reacciones a la decisión de Dinamarca no tardaron en emerger desde parte de la comunidad científica.
El profesor Francois Balloux, director del Instituto de Genética de UCL, criticó la “confusión” generada.
“Existen miles de mutaciones de SARS CoV2 emergiendo constantemente. El hecho de que se observen algunas en visones no cambiará las cepas que circulan entre humanos”, dijo Balloux en un hilo en Twitter.
There are thousands of mutations in #SARSCoV2 arising constantly. The fact that a few have been observed in minks will not change the strains in circulation in humans. If they were beneficial for the virus to infect its human host, they would be at high frequency already.
6/— Prof Francois Balloux (@BallouxFrancois) November 4, 2020
Para el experto, que ha analizado estas mutaciones junto a su colega de UCL Lucy van Dorp, no hay pruebas de que estas supongan una preocupación para los humanos.
“La población de SARS Cov2 es tan amplia que cualquier mutación viable para el virus ya ha surgido varias veces. No hay evidencia de que ninguna de estas mutaciones afecte a la transmisibilidad en humanos” continuó Balloux.
Para concluir, calificó como “idiota” la justificación de que la mutación podría afectar la eficacia de la vacuna, “ya que las mutaciones frente a la vacuna pueden suceder (o no) en el futuro si estas son beneficiosas para el virus una vez que la vacuna esté desarrollada”.
“Esto es un ejemplo típico de lo que funciona mal con la ciencia y la comunicación en la época de la COVID-19. Una observación interesante se malinterpreta y estalla fuera de proporciones, terminando en una historia boba y confusa que alimenta miedos y más confusión en el público“, apuntó Baloux.
Más investigación
El profesor James Wood, jefe del departamento de medicina veterinaria de la Universidad de Cambridge en Reino Unido, también precisa la necesidad de más investigación respecto a los cambios genéticos descritos.
Es por ello que, en su opinión, la gestión de los visones requería “una mejorada bioseguridad o una suspensión” en este momento.
“La amenaza a la salud pública de tener a una reserva animal numerosa que no puede aislarse de forma efectiva de los humanos es para muchos una justificación clara para decidir sacrificarlos“, dijo Wood a BBC Mundo.
Dirk Pfeiffer, profesor del Colegio Real de Veterinaria en Londres, dijo que las mutaciones se dan todo el tiempo en los virus cuando se propagan, pero lo que importa es saber si estas cambian las características del virus.
“En este punto, parece que puede haber problemas con la efectividad de la vacuna, pero no está claro del todo”, dijo Pfeiffer.
Ya son seis países los que han reportado brotes de coronavirus en granjas de visones: Países Bajos, Dinamarca, España, Suecia, Italia y Estados Unidos.
El Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades anunció que publicaría una evaluación de los riesgos de transmisión del coronavirus en las granjas de visones.
Los peligros del “derrame inverso”
El fenómeno conocido como “derrame inverso” describe la transmisión de un virus desde humanos a animales.
Esto es algo que los científicos ya están estudiando, cómo puede afectar los efectos de la COVID-19 en la vida animal y las repercusiones futuras que esto puede ocasionar en humanos.
El pasado mes de octubre, un estudio publicado por The Mammal Society de Reino Unido, alertó que ante la falta de evidencia suficiente sobre la mortalidad en la mayoría de especies mamíferas, “se necesitaba gran precaución, sobre todo para prevenir la transmisión del SARS CoV-2 a especies amenazadas”.
Dicha investigación también advirtió que, de propagarse el virus en varias especies, también suponía un daño significativo en la población humana.
“Una nueva, mucho menos controlable fuente animal tendría el potencial de empezar nuevas epidemias en humanos, incluso cuando la transmisión entre humanos se haya detenido en esa zona. También puede facilitar nuevas oportunidades para cambios evolutivos en el virus, con consecuencias potenciales en la transmisión del patógeno en humanos y la efectividad de una vacuna“, concluye el estudio.
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