En medio de las protestas ocurridas en todo Estados Unidos tras la muerte de George Floyd, el Procurador General de Minnesota la semana pasada, Keith Ellison elevó el cargo principal contra Derek Chauvin, el oficial que presiono con la rodilla el cuello de Floyd durante casi nueve minutos, a asesinato involuntario en segundo grado, con lo que podría alcanzar una pena máxima de 40 años. Ellison también presentó cargos contra los otros tres oficiales que se encontraban en la escena, a los que acusó de complicidad e instigación de un asesinato involuntario en segundo grado.
Ahora que se han presentado cargos de asesinato contra los cuatro oficiales, la pregunta es: ¿se mantendrán? Las acusaciones contra oficiales de policía son notablemente difíciles de ganar, y los cargos de asesinato en segundo grado en este caso son bastante agresivos, y ni siquiera serían legalmente posibles en la mayoría de los estados de Estados Unidos, pero los fiscales tienen la oportunidad real de encarcelar a Chauvin, señalan expertos legales. Sin embargo, será difícil obtener un veredicto del jurado contra al menos dos de sus presuntos cómplices. (Todos los oficiales fueron despedidos poco después del incidente y, tras las acusaciones de la semana pasada, se encuentran actualmente bajo custodia. Sus abogados declinaron comentar o no respondieron a los mensajes enviados por Newsweek).
Las probables estrategias de defensa de los oficiales acusados han comenzado a salir a la luz. Resulta claro que la “causa de muerte” será un tema importante. El médico legista del Condado de Hennepin encontró que Floyd murió de un “paro cardiorrespiratorio” provocado por una confluencia de circunstancias. Entre ellas, está haber sido inmovilizado por los oficiales con técnicas de “compresión del cuello”, pero también la presencia de una cardiopatía “grave” preexistente y la presencia de drogas potentes en su sistema, entre ellas, fentanilo y metanfetamina. El informe de la autopsia del Condado también abrió unas algunas vías evidentes de ataque para los abogados defensores, que no encontraron “lesiones que pusieran en riesgo la vida” mi lesiones específicas en el cuello. (En contraste, dos expertos médicos contratados por la familia Floyd encontraron que Floyd murió por “asfixia provocada por presión sostenida”).
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Otro enfoque probable para los dos oficiales más inexpertos, que, según informes, obtuvieron su licencia como oficiales de la ley apenas en agosto pasado es el de “cadena de mando”. Durante el incidente, Thomas K. Lane, uno de los oficiales novatos, instó repetidamente a colocar a Floyd sobre su costado, aparentemente para permitirle respirar más fácilmente, pero fue desautorizado por Chauvin, el veterano con 19 años en el cargo. Es probable que al jurado se le pida determinar si los oficiales novatos estaban justificados al subordinarse a un oficial con mucho más experiencia, o si debieron desobedecerlo en esas circunstancias de vida o muerte.
La defensa de Chauvin será más desafiante. Los escalofriantes videos podrían ser demasiado incriminadores como para ser superados por cualquier argumento de la defensa. En palabras de veterano abogado penalista de Minneapolis Joe Friedberg: “¿Cuándo fue la última vez que vimos a un tipo asesinado en video mientras ruega por su vida?”
Para comprender los cargos y las estrategias de la defensa, revisemos primero los macabros hechos. La información básica está bastante clara gracias a los registros de los escáneres policíacos y a los videos de vigilancia de los edificios cercanos (obtenidos por los diarios York Times y Washington Post): la transcripción de una llamada al 911, un informe sobre un incidente al departamento de bomberos, las acusaciones criminales, los informes de la autopsia, y al menos dos videos grabados por transeúntes, especialmente el estremecedor video que se volvió viral y que la transeúnte Darnella Frasier publicó en su página de Facebook. (Es posible que salgan a la luz videos más reveladores. De acuerdo con las acusaciones penales, las cámaras que portaban en su uniforme los dos oficiales novatos, Lane, de 37 años, y J. Alexander Kueng, de 26, estaban funcionando durante el incidente).
Alrededor de las 8:01 pm del 25 de mayo, un empleado de la tienda Cup Foods, ubicada en la esquina de las calles 38 Este y la avenida Chicago en Minneapolis, llamo al 911. Un hombre acababa de comprar cigarrillos con un billete falso de 20 dólares, dijo. El hombre todavía estaba al otro lado de la calle en una camioneta Mercedes aparcada. Dos empleados de la tienda le habían pedido que devolviera los cigarrillos, pero se rehusó. El hombre estaba “totalmente ebrio y no está en control de sí mismo”, señaló el empleado que llamó al 911.
El primer autopatrulla, en el que viajaban Lane y Kueng, llegó al lugar a las 8:08. Dos oficiales se acercaron a la camioneta. George Floyd, de 46 años, estaba en el asiento del conductor. (Otro hombre se encontraba en el asiento del copiloto, y una mujer estaba atrás). Mientras Lane hablaba con Floyd, el oficial “sacó su arma y la apuntó a la ventana abierta del señor Floyd, ordenándole a éste que mostrará las manos”, de acuerdo con las acusaciones.
Después de que Floyd pusiera las manos en el volante, Lane guardó su arma. Después, sacó a Floyd del auto y lo esposó. Floyd “se resistió activamente”, según la acusación original presentada contra Chauvin, pero “comenzó a quejarse” tras ser esposado. (En la segunda acusación no se menciona ninguna resistencia en esta etapa. Los relatos de la primera y la segunda acusación son parecidos, pero no idénticos).
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Lane condujo a Floyd a una acera y lo hizo sentarse en el suelo. Floyd dijo “gracias, hombre”, y se encontraba “calmado”, de acuerdo con la segunda acusación. Lane vio “espuma” en las comisuras de los labios de Floyd. Puso a Floyd bajo arresto por falsificación.
A las 8:14, Lane y Kueng condujeron a Floyd al lado del conductor de su autopatrulla. Floyd “se puso tieso” y cayó al piso, de acuerdo con las acusaciones. Los oficiales volvieron a ponerlo de pie. Floyd les dijo que no se estaba resistiendo, pero que no se subiría al autopatrulla, afirmando que era claustrofóbico.
En ese momento, cerca de las 8:17 pm, según una reconstrucción de hechos del New York Times, Chauvin, de 44 años, y el cuarto oficial, Tou Thao, de 34, llegaron en otro autopatrulla. Los cuatro oficiales trataron de obligar a Floyd a entrar al asiento trasero del primer autopatrulla, pero él se resistía, se afirma en las acusaciones. (Floyd media 1.95 m y pesaba 101 kg, de acuerdo con la autopsia que se realizó posteriormente).
En ese momento, ocurrió algo importante que la defensa de los oficiales probablemente señalará. Ya sea “mientras [Floyd estaba] de pie fuera de la autopatrulla (según la primera acusación) o “mientras los oficiales trataban de obligar al señor Floyd a entrar [a] la parte trasera”, Floyd comenzó a protestar, diciendo que no podía respirar. La defensa podría argumentar que esto muestra que Floyd comenzó a sufrir algún tipo de crisis médica incluso antes de que Chauvin le pusiera la rodilla en el cuello.
En un momento dado, Chauvin caminó hacia el lado del copiloto de la autopatrulla. Trataba de introducir a Floyd desde ese lado, mientras que los otros lo empujaban desde el lado del conductor. A las 8:19:38, por razones que aún no están claras, Chauvin sacó a Floyd del auto desde el lado del copiloto, donde Floyd cayó al suelo, con la cara hacia abajo y, desde luego, todavía esposado.
Fue entonces que comenzó el calvario que muchos de nosotros hemos visto. Lane sostuvo las piernas Floyd, Kueng lo sostuvo de la espalda, y Chauvin “puso su rodilla izquierda en el área de la cabeza y el cuello del señor Floyd”, de acuerdo con las acusaciones (y con un vídeo grabado por un transeúnte). “Los policías están entrenados para saber que este tipo de técnicas de inmovilización, con la persona boca abajo, son inherentemente peligrosas”, de acuerdo con ambas acusaciones.
Thao, el cuarto oficial, se mantuvo a cierta distancia de Chauvin, de acuerdo con los videos de vigilancia y los grabados por los transeúntes. Se encargaba de mantener alejado a un creciente número de curiosos, y pasó por alto sus súplicas, cada vez más urgentes, a favor de Floyd.
Mientras estaba en el piso, Floyd repetía continuamente “no puedo respirar”, 16 veces, de acuerdo con el análisis de los videos realizado por el New York Times . También dijo varias veces “mamá” y “por favor”, de acuerdo con las acusaciones. En una ocasión dijo “voy a morir”.
En un momento dado, un oficial no identificado le respondió a Floyd, “Puedes hablar bien”, según las acusaciones. Pero el oficial Lane, uno de los más inexpertos, se sentía claramente incómodo con lo que veía.
“¿Por qué no lo ponemos de costado?”, preguntó.
“No, dejémoslo como está”, respondió Chauvin.
“Me preocupa que esté delirando o algo”, dijo Lane.
“Por eso lo mantenemos boca abajo, respondió Chauvin.
A las 8:22, dos oficiales pidieron asistencia médica no emergente e informaron que Floyd sangraba de la boca, según los relatos del Times y el Post. Un minuto después, la llamada pasó a ser de emergencia.
Con extraordinaria precisión, en las acusaciones se informa que Floyd dejó de moverse a las 8:24:24, y que el “video”, presuntamente de la cámara que portaba uno de los oficiales en su uniforme, “parece mostrar que el señor Floyd dejó de respirar” a las 8:25:31.
“Pongámoslo de costado”, dijo Lane en ese momento, en lo que fue su tercer comentario.
Kueng revisó el pulso de Floyd y dijo, “no puedo encontrarlo”. Ninguno de los oficiales se movió de su lugar, de acuerdo con las acusaciones.
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Chauvin no retiró la rodilla del cuello de Floyd sino hasta las 8:27:24, cuando llegó la ambulancia de servicios de emergencia. Floyd fue introducido a ella en una camilla, pero nunca recobró la conciencia. Fue declarado muerto en un hospital cercano a las 9:25 pm.
Chauvin mantuvo su rodilla en el cuello de Floyd durante 8 minutos y 46 segundos en total, según las acusaciones. “Dos minutos y 53 segundos de ese tiempo transcurrieron después de que Floyd había dejado de reaccionar”, se informa en las acusaciones.
Los cargos
Los cargos iniciales se presentaron el 29 de mayo, acusando únicamente a Chauvin. Mike Freeman, Procurador del Condado de Hennepin, lo acusó de asesinato involuntario en tercer grado y de homicidio en segundo grado. Ambas categorías incluyen los llamados crímenes “no intencionados”, que no requieren pruebas de que el acusado tuviera la intención de provocar la muerte, o siquiera de hacer daño.
El cargo de homicidio, con una pena de hasta 10 años, puede ser demostrado si Chauvin le quitó la vida a Floyd por “negligencia culpable”, es decir, al “generar un riesgo no razonable y [arriesgarse] conscientemente a provocar la muerte o un daño corporal importante” a la víctima.
El cargo de asesinato involuntario en tercer grado, conocido como asesinato involuntario por “mente depravada”, exige una mentalidad peor, pero tampoco requiere la intención de matar. El ejemplo clásico, explica el abogado defensor de Minneapolis Peter Wold entrevista con Newsweek, “es cuando alguien toma una ametralladora y dispara continuamente contra un tren en marcha. No tiene ninguna víctima específica en mente, pero el ataque es enfermizo y depravado, sin una preocupación por la vida”. El asesinato por mente depravada conlleva una sentencia máxima de 25 años.
Aunque el término “mente depravada” podría parecer una descripción perfecta de la evidente indiferencia de Chauvin ante las desesperadas súplicas de Floyd, podría haber un importante obstáculo técnico legal para usar esa acusación en el caso de Chauvin.
“La ley no apoya esa acusación”, dice Friedberg, abogado defensor veterano que ha trabajado en Minneapolis durante más de 50 años. Señala una decisión tomada en 2006 por la Corte Suprema del estado en la que se sostiene que “el asesinato por mente depravada no puede ocurrir cuando las acciones del acusado se centran en una persona específica”.
Sin embargo, la ley no es muy clara al respecto. De hecho, otro oficial de policía de Minneapolis llamado Mohamed Noor fue acusado por asesinato por mente depravada apenas el año pasado por matar a tiros a una mujer desarmada, Justine Ruszczyk, que había llamado al 911 para denunciar un posible ataque. Sin embargo, el caso de Noor está actualmente en apelación, y la idoneidad legal del cargo de asesinato por mente depravada es uno de los aspectos que se han puesto en duda.
Mientras crecían las exigencias para que los otros tres oficiales también fueran acusados, los fiscales enfrentaron un segundo posible problema legal con la acusación de asesinato por mente depravada.
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Desde el punto de vista legal, no está claro si es posible acusar a una persona como cómplice de un crimen no intencionado, como el asesinato por mente depravada, o incluso, como el homicidio, que es un crimen de negligencia. Para ser acusado de complicidad, el acusado necesita tener la intención de ayudar a otra persona a cometer un crimen.
“No tiene sentido ayudar a alguien intencionadamente a ser negligente”, señala Friedberg, el abogado defensor.
“Este es uno de los enigmas clásicos del derecho penal”, afirma Richard Frase, catedrático de derecho penal de la Facultad de Derecho de la Universidad de Minnesota. “¿Puede alguien ayudar e incitar a cometer un crimen no intencionado?”, dice. “En ninguno de los casos de asesinato involuntario en tercer grado que he visto ha habido ningún cómplice”.
El Procurador General Ellison podría haber resuelto esos problemas con los nuevos cargos que añadió esta semana. El 3 de junio, dos días después de que el gobernador de Minnesota Tim Walz ordenara a Ellison que asumiera la función principal en la fiscalía, Ellison añadió un cargo de “homicidio agravado” en segundo grado contra Chauvin, al tiempo que acusó a Lane, Kueng y Thao de cómplices de ese delito. (Aunque la familia ha exigido una un cargo de asesinato en primer grado, que puede recibir una pena de prisión perpetua, ello exigiría pruebas de que Chauvin asesinó a Floyd con “premeditación”, lo cual sería extremadamente difícil de demostrar según los hechos del caso).
El cargo de “delito agravado” se puede imponer cuando una persona muere de manera no intencionada durante la realización de un delito “subyacente”. En muchos estados se exige que el delito subyacente sea un crimen inherentemente violento, como el robo o la violación.
Sin embargo, la ley de delito agravado de Minnesota es una de las más amplias de todo Estados Unidos, de acuerdo con el profesor Frase. Ese es uno de los pocos estados que permite que un ataque físico sea considerado como delito subyacente, lo que hizo posible que Ellison acusara a todos los oficiales de delito agravado. Dado que Chauvin tuvo la intención de introducir “daño corporal” a Floyd (ataque físico), y, de hecho, infligió “un daño corporal importante” (ataque agravado), también se le puede acusar de cometer un delito agravado si ello produjo la muerte de Floyd, aun de manera no intencionada. Si los otros oficiales tuvieron la intención de ayudar a Chauvin a cometer el delito agravado, se les puede acusar de complicidad en un delito agravado.
Por supuesto, sin importar lo que diga la ley, el jurado puede encontrar que la lógica acumulativa del delito agravado sería injusta y sin fundamentos, especialmente en relación con los presuntos cómplices. Para empezar, es notoriamente difícil condenar a oficiales de policía por cometer algún crimen. Se piensa que el oficial Noor, sentenciado en mayo pasado, es el primer oficial de policía de Minnesota condenado por asesinato tras matar a una persona mientras realizaba su trabajo. Y aunque fue acusado de asesinato por mente depravada, fue absuelto de la principal acusación, delito agravado. (El oficial Noor es afroestadounidense, mientras que su víctima era de raza blanca, que es lo opuesto a la situación del oficial Chauvin y de Floyd, su víctima; esto podría influir en el jurado). De manera similar, el oficial de policía de Minnesota que mató a Philando Castile en las afueras de St. Paul en 2016, el trágico suceso transmitido en vivo por Facebook, fue absuelto de todos los cargos en 2017.
Construyendo una defensa
La “causa de muerte” será un elemento central de la defensa de todos los oficiales, de acuerdo con los abogados defensores Friedberg y Wold. Hasta ahora, los hallazgos de las autopsias han sido confusos, y aún no tenemos noticias de los expertos médicos que, sin duda, serán presentados por los acusados.
En la acusación original contra Chauvin, presentada el 29 de mayo, se indica que en la autopsia del Médico Legista del Condado de Hennepin no se muestra “ningún hallazgo físico que apoye un diagnóstico de asfixia traumática o estrangulación”. (En ese momento, el informe de la autopsia era preliminar y estaba “pendiente”, debido a que no se habían completado las pruebas toxicológicas). En la acusación se dice que “los efectos combinados del sometimiento del señor Floyd por parte de la policía, sus condiciones de salud preexistentes, y cualesquier elementos posiblemente intoxicantes en su sistema probablemente contribuyeron a su muerte”.
Ese lenguaje se retiró de la acusación más reciente contra Chauvin. En la nueva acusación simplemente se dice que “el sometimiento del señor Floyd por parte del oficial Chauvin… durante un período prolongado, fue una causa importante de la pérdida de conciencia del señor Floyd, lo que provocó un daño corporal importante, así como la muerte del señor Floyd”.
Tras realizar las pruebas toxicológicas, la oficina del Médico Legista emitió un comunicado de prensa y un informe final en el que se determinaba la causa de muerte como “paro cardiorrespiratorio complicado por el sometimiento por parte de la policía, así como la inmovilización y la compresión del cuello”. Aun así, en el informe final se indica que “no existen lesiones que pusieran en riesgo la vida” ni lesiones específicas en el cuello. Los problemas de salud subyacentes se identificaron como “cardiopatía arteriosclerótica”, caracterizada como “grave” y “cardiopatía hipertensiva”. Los principales intoxicantes se identificaron como fentanilo, el poderoso opioide sintético, y metanfetaminas.
Los expertos médicos contratados por la familia de manera privada obtuvieron conclusiones muy diferentes. Llegaron a la conclusión de que Floyd murió por “asfixia por presión sostenida” cuando su cuello y su espalda fueron comprimidos durante su arresto. Un abogado de la familia declaró a CNN que cualesquier intoxicantes o medicamentos en su sistema eran “irrelevantes para la causa de su muerte”. Michael Baden, uno de los expertos de la familia, que fue el médico legista de la Ciudad de Nueva York de 1978 a 1979, declaró a CNN que no había “ningún problema de salud que pudiera provocar o contribuir a su muerte”.
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En medio de estas perspectivas contradictorias que, sin duda, habrán de intensificarse una vez que intervengan los expertos de los acusados, parece probable que la defensa de Chauvin pondrá en duda la causa de la muerte. Aunque el médico legista del Condado y los expertos de la familia declararon que “la forma de muerte” fue “homicidio”, esas determinaciones no serán legalmente vinculantes ante el jurado.
Es probable que los oficiales afirmen que Floyd experimentaba alguna crisis médica independientemente de sus acciones, la cual se reflejó en el hecho de que Floyd ya tenía problemas para respirar antes de que Chauvin le pusiera la rodilla en el cuello. El argumento sería que “si Floyd no hubiera tenido esas condiciones preexistentes, las acciones [de Chauvin] no le habrían provocado la muerte”, explica Friedberg. Aún si este argumento no logra la absolución de los acusados, indica, “podría ayudar a obtener un veredicto donde ambas partes ganen”.
Los presuntos cómplices
En cuanto a los presuntos cómplices, sus defensas, especialmente las de los novatos Lane y Kueng, probablemente se centrarán en la “cadena de mando”. Pueden afirmar que se sometieron al juicio de Chauvin, que era el oficial más experimentado, afirma Friedberg.
Un punto contencioso clave serán las declaraciones de Lane durante el suceso, ya que le preguntó repetidamente a Chauvin si deberían colocar a Floyd de costado. Sin embargo, no es seguro el sentido que tomarán esas declaraciones.
Los fiscales pueden argumentar que esas declaraciones podrían perjudicar el caso de Lane. “Ello muestra que sabía que el tipo estaba en peligro”, señala el profesor Frase imaginando el argumento del Estado. “Los oficiales de policía tienen el deber de proteger al público, incluidos los sospechosos, contra un daño grave injustificado”, continúa Frase. Los fiscales podrán afirmar que “a pesar de ser un oficial inexperto, debió haber intervenido”.
Por otra parte, a los miembros del jurado les podría parecer que “eso es mucho pedir”, dice Frase. De hecho, si los miembros del jurado piensan que Lane hizo un “esfuerzo razonable” para evitar que Chauvin cometiera el crimen, podrían encontrar que Lane “abandonó” cualquier propósito criminal que pudo haber tenido, por lo que no puede ser condenado como cómplice.
En conclusión, las declaraciones de Lane probablemente serán favorables para él y desfavorables para la fiscalía, opina Wold, el abogado defensor. “Los fiscales necesitan demostrar que Lane sabía que estaba contribuyendo e instigando un ataque”, dice. ¿Cómo van a demostrarlo, pregunta retóricamente, si Lane parecía pedirle a Chauvin que se detuviera? “Naturalmente, en esa situación [los novatos] obedecerían a los oficiales más experimentados”, afirma Wold, pronosticando el argumento de la defensa.
Eso nos deja a Thao, el oficial que se interpuso entre Chauvin y los curiosos. Él nunca tocó a Floyd. ¿Acaso esto lo coloca en la mejor posición legal de todas?
No, señalan Friedberg y Wold. “Se encontraba a menos de un metro de Floyd”, dice Friedberg. “Escuchó lo que Floyd decía. Ni siquiera sentía curiosidad. Y es más veterano que los otros”
No solo eso, continúa Friedberg, sino que Thao “se aseguró de que nadie pudiera ayudar a Floyd. Eso equivale a ser el vigilante durante un atraco. Para mí, las cosas parecen peores para él que para los otros dos”.
Habrá más giros y vueltas de evidencias en este caso, así como importantes cambios de procedimiento. El más importante podría ser si los acusados buscan y obtienen un cambio de sede, de manera que el caso pueda ser juzgado ante un jurado de otra parte del estado. Todos los condados de Minnesota fuera de las Ciudades Gemelas son más blancos y conservadores que Minneapolis. (Sin embargo, los cambios de sede se conceden muy raramente en Minnesota, de acuerdo con Friedberg).
Aun así, parece factible que Chauvin reciba una condena importante; es posible que al menos dos de los presuntos cómplices sean exonerados.
¿Eso sería hacer justicia? ¿Cómo se recibirá un resultado dividido en Minneapolis y en todo el mundo? Estas cuestiones podrían tener un impacto aun mayor que las de tipo legal.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek