Hoy, en el Día Internacional de la Salud de la Mujer, Médicos Sin Fronteras (MSF) pone en relieve la vulnerabilidad de las mujeres y la violencia en su contra, en los diferentes países donde las atiende, como República Democrática del Congo, Bangladés, República Centroafricana, Líbano, Honduras y México.
A nuestros hospitales, centros de salud y lugares donde ofrecemos atención llegan todos los días mujeres con condiciones médicas que amenazan sus vidas. Otras muchas, millones en todo el mundo, no llegan a tiempo para que las atendamos o llegan demasiado tarde.
En estos escenarios, las mujeres se enfrentan a ataques brutales y deliberados, como agresiones sexuales, secuestros, trata y otras formas de violencia. Esto lo hemos documentado y denunciado reiteradas veces a partir de testimonios de nuestras pacientes y datos que reflejan la gravedad de la problemática.
En México, donde trabajamos con población migrante, detectamos que las mujeres son las víctimas principales de violencia sexual. En 2018 atendimos 172 sobrevivientes, de las cuales dos de cada tres eran mujeres. El 58 por ciento de los casos fueron violaciones. En 2019, el número de casos (277) que atendimos aumentó 134 por ciento en relación al mismo periodo del año anterior.
En Honduras, nuestros equipos asisten todos los días a mujeres y niñas que han sufrido este flagelo y que, en muchos casos, han pasado años de silencio por miedo o falta de atención. De los 628 casos que tratamos en 2019, 88 por ciento eran mujeres.
El cuidado de la salud mental debe ser parte integral de la ayuda humanitaria y de la atención médica que proporcionamos a las mujeres y niñas que viven en zonas de conflicto o huyen de ellas. Gracias a esta atención, les ayudamos a encontrar la fuerza y las herramientas para manejar su situación y reestablecer cierta normalidad para que puedan seguir con sus vidas en lo que a menudo siguen siendo circunstancias difíciles.
Sin embargo, los esfuerzos para atacar y atender la violencia, que ha sufrido el 35 por ciento de las mujeres en el mundo, según datos de la ONU, demanda mayor responsabilidad de todas las instituciones a enfrentar esta “epidemia” mundial y apoyar a las víctimas a tiempo.
Las historias de estas fotografías provienen de los hospitales, centros, albergues y clínicas donde MSF ofrece servicios de salud integral y es testigo de los miles de casos de mujeres con condiciones médicas que amenazan sus vidas, relacionadas, la gran mayoría, con la violencia y las graves necesidades de recursos médicos en sus localidades.