Ahora una influyente artista, Elisa Carrillo Cabrera inició su carrera en Texcoco, Estado de México, y cuenta a Newsweek en Español que desde pequeña tuvo la inquietud de bailar.
“A los cinco años, sin saber que tenía las aptitudes para la danza clásica, entré en una academia porque me encantaba moverme, expresarme y actuar. Ya estando ahí fue cuando supe que tenía talento y me empezó a gustar mucho más.”
En poco tiempo, sus padres y ella misma decidieron trasladarse a la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea en la ciudad de México. Su talento pronto salió a relucir en presentaciones y competencias, incluso tres veces consecutivas ganó medallas en el Concurso Nacional de Danza Clásica Infantil y Juvenil, y en una ocasión fue premiada con una beca para estudiar en la English National Ballet School, de donde después se graduó en 1999.
El mismo año fue contratada para integrarse al Stuttgart Ballet, y ahí permaneció hasta convertirse en solista. Sin embargo, su carrera tomó una nueva dirección cuando se incorporó al Ballet de la Ópera de Berlín, compañía que la sigue acogiendo como bailarina principal (y muy querida, vale mencionar).
Desde entonces su vida como bailarina ha ido cuesta arriba, cada año mejor que el anterior. Su profesionalidad se hizo aún más patente con el espectáculo Ballettissimo, en el año 2010, cuando la Cámara de Diputados la designó embajadora de la cultura de México. Mientras, en Berlín fue elegida por el gobierno alemán como uno de los 50 personajes prominentes de la capital, en 2011, año en que fue promovida a primera bailarina.
Uno de sus logros más importantes como promotora de la cultura fue en 2013, con la creación de la ahora consolidada Fundación Elisa Carrillo A. C. Al preguntarle su interés en este proyecto, ella responde, con la calidez que la caracteriza, que “he tenido tantas cosas bellas y apoyo en mi vida, que lo menos que puedo hacer es tratar de regresarle algo a mi país de la manera en que yo sé. Y esto viene en forma de danza y de apoyar la cultura y las artes”.
Las actividades de su fundación, apoyada por el gobierno del Estado de México, se centran en dar impulso al talento de jóvenes bailarines, a través de ayuda económica, formación con reconocidos profesores y becas en algunas de las escuelas mas prestigiosas de danza del mundo.
En julio de este año, la bailarina mexicana presentó la gala “Elisa y amigos” en el teatro del Centro Cultural Mexiquense Bicentenario, que ahora lleva su nombre. No solo con un estupendo reparto, sino con una inmensa respuesta de la audiencia, de la cual ella asegura: “Año con año hay un público más grande en México y me da mucho gusto que cada vez hay más padres que apoyan a sus hijos. Ahora veo gente de diferentes edades y es muy importante para fomentar la asistencia a eventos artísticos”.
Elisa Carrillo, quien es miembro del Consejo Internacional de la Danza de la Unesco, regresó a México el mes pasado para recibir la Medalla al Mérito en Artes, por parte de la Asamblea Legislativa del DF, presea que coincide con la mención que este año le hizo la revista Forbescomo una de las 50 mujeres más poderosas de México.