El gobierno de Afganistán y los talibán han alcanzado un acuerdo para el inicio del intercambio de presos a finales de marzo, tras iniciar sus contactos a raíz del histórico acuerdo de paz del 29 de febrero entre Estados Unidos y los insurgentes.
La Oficina del Consejo de Seguridad Nacional de Afganistán (ONSC) ha indicado en una serie de mensajes en Twitter que el acuerdo ha tenido lugar durante una videoconferencia en la que se han abogado los “pasos técnicos iniciales” para las excarcelaciones.
Así, ha detallado que un total de cien reos serán liberados “por motivos humanitarios”, incluidos de salud, edad y vulnerabilidad al coronavirus, antes del 31 de marzo, después de que los talibán y los presos hayan garantizar que “no volverán al campo de batalla”.
La ONSC ha indicado que “para continuar las discusiones, un equipo de los talibán se reunirá en persona con el gobierno en Afganistán durante los próximos días”, sin dar más detalles al respecto.
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Por último, ha manifestado que en la videoconferencia han participado el enviado especial de Estados Unidos para Afganistán, Zalmay Khalilzad; el enviado de Qatar para Mediación en Conflicto y Lucha Antiterrorista, Mutlaq al Qahtani; y el jefe de la delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en el país, Juan Pedro Schaerer.
El portavoz de la oficina política de los talibán, Shuhail Shahin, ha confirmado la videoconferencia y el acuerdo para el inicio del proceso de liberaciones de presos.
En este sentido, Shahin ha desvelado que los insurgentes enviarán una “delegación técnica” a la base de Bagram para “confirmar la identidad de los detenidos” que serán puestos en libertad.
Durante la jornada del martes, el portavoz talibán había hecho hincapié en que este proceso “allanará el camino a la liberación de los 5.000 presos del Emirato Islámico y la Administración de Kabul, en línea con el acuerdo firmado con Estados Unidos”.
Condiciones de las liberaciones
El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, firmó un decreto el 11 de marzo que contemplaba la liberación de cien presos talibán cada día hasta el 24 de marzo, cuando se alcanzará la cifra de 1,500 liberados.
“Tras el inicio de las negociaciones directas entre la delegación designada por Afganistán y los talibán, 500 detenidos talibán serán liberados cada dos semanas, hasta un total de 3,500, siempre y cuando el nivel de violencia sea reducido de forma dramática o eliminado”, dijo el portavoz de la Presidencia, Sediq Sediqqi.
Sediqqi agregó además que, según el decreto, “los prisioneros liberados deben firmar un compromiso escrito de que no volverán al campo de batalla” para participar en un conflicto, antes de agregar que las excarcelaciones tendrán lugar tras la finalización del proceso biométrico.
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Sin embargo, los talibán rechazaron el decreto y recalcaron que el acuerdo con Estados Unidos contempla la excarcelación de 5,000 reos antes del inicio de conversaciones, por lo que las liberaciones no tuvieron lugar.
El acuerdo firmado entre Estados Unidos y los talibán contempla que Washington “se compromete a iniciar inmediatamente los trabajos con las partes relevantes para la liberación de prisioneros políticos y combatientes como parte de una medida de creación de confianza con la coordinación y aprobación de las partes”.
“Hasta 5,000 presos del Emirato Islámico de Afganistán, no reconocido por Estados Unidos como Estado y conocido como los talibán, y hasta mil presos de la otra parte serán liberados antes del 10 de marzo de 2020, el primer día de negociaciones intraafganas”, agrega.
Por contra, la Presidencia afgana ha condicionado estas liberaciones y ha pedido a los talibán que “reduzcan la violencia” y “el asesinato de afganos”. “Se ha visto que los ataques por parte de los talibán está aumentando nuevamente”, criticó Sediqi en respuesta a las afirmaciones de los insurgentes.
Incremento de los ataques
De hecho, los talibán ordenaron el 2 de marzo el reinicio de operaciones contra las fuerzas de seguridad, al dar por concluidos los siete días de “reducción de la violencia”, si bien resaltaron que las tropas internacionales no deben ser objetivo de ataques.
En respuesta, el Gobierno de Afganistán ordenó el 19 de marzo a sus fuerzas reiniciar las operaciones contra los talibán argumentando que los insurgentes mantienen sus ataques a pesar del acuerdo del 29 de febrero y de los intentos por lanzar un proceso de conversaciones directas.
Por su parte, el general Scott Miller, jefe de las fuerzas de Estados Unidos en Afganistán y de la misión de la OTAN ‘Apoyo Decidido’, recalcó el martes que los talibán “recibirán una respuesta” si “incrementan los ataques” en el país.
“Por nuestra parte, los talibán saben de forma explícita y están de acuerdo en que tenemos derecho a defender no sólo a nosotros mismos, si no a los socios de las fuerzas de seguridad afganas”, zanjó.