Aunque menos de la mitad de la población estadounidense ha tratado de tener citas en línea, el “abandono digital” ha dado origen a una terminología que se ha introducido profundamente en el lenguaje cotidiano.
Según una encuesta del Centro de Investigaciones Pew, aun cuando solo 30 por ciento de los adultos estadounidenses confesó haber utilizado apps para citas, más de 60 por ciento de los usuarios encuestados conocía el significado de expresiones como “catfishing”, “ghosting” y “amigos con beneficios”.
La investigación Pew identificó “amigos con beneficios” como el término más conocido, ya que 89 por ciento de los encuestados conocía bien su definición. Mientras que “amigos con beneficios” se refiere al contacto íntimo sin que exista una relación más allá de la amistad, los vocablos “ghosting” y “catfishing” son prácticas crueles para romper con una persona o bien, para asumir la identidad de alguien más, de modo que los tres términos forman parte de un nuevo repertorio para describir a los individuos que buscan relaciones de pareja sin compromiso.
“Estas expresiones son reflejo de la creciente incomodidad que causan la intimidad y la vulnerabilidad, razón por la muchos optan por una ‘solución rápida’”, explica el Dr. Adam Sheck, terapeuta de parejas mejor conocido como The Passion Doctor [el doctor de la pasión]. “Por desgracia, esas evasivas no nos permiten madurar ni hacer frente a los desafíos que pueden convertirnos en mejores personas y que, con el tiempo, nos permiten establecer relaciones auténticas, íntimas y a largo plazo cuando realmente las deseamos”.
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Aplicaciones como Tinder, Hinge o Bumble ciertamente brindan una “solución rápida” para las citas pues, en cuestión de segundos, los usuarios pueden obtener coincidencias con posibles intereses amorosos y después, tomarse todo el tiempo que necesiten para concertar una entrevista personal. Sin embargo, en muchos casos, las citas en línea nunca llegan muy lejos. Según la encuesta, solo 12 por ciento de los usuarios de apps han iniciado una relación seria con alguien a quien contactaron en línea.
Sheck explica que la tendencia a evitar el compromiso va mucho más allá de las aplicaciones para citas, y señala que incluso algunos clientes que tienen relaciones comprometidas suelen rechazar la monogamia.
“En mi práctica como terapeuta, la mayor parte de las personas que buscan mi asesoramiento son parejas (incluso tríos o más) que quieren ‘abrir’ y explorar alternativas consensuales fuera de la monogamia”, informa. “El problema es que toda decisión conlleva un precio y semejante opción, si bien válida, crea grandes dificultades para que la intimidad pueda sobrevivir y crecer”.
Por su parte, la ilustradora Samantha Rothenberg ha desatado un acalorado debate sobre la cultura moderna de las citas. Sus dibujos, en los que recrea conversaciones en línea, están centrados sobre todo en la cultura de las apps para citas, y en el inherente proceso de prueba y error. A tal fin, ha creado una serie muy popular llamada “Historias de capturas de pantalla”. Publicada regularmente en la cuenta Instagram de Rothenberg, la serie consiste en personajes solteros que “comparten” sus peores citas con los seguidores de la ilustradora; muchos de los cuales parecen haber tenido experiencias igual de terribles.
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De manera muy parecida a las sesiones de terapia de Sheck, Rothenberg ha topado con numerosas conservaciones en las que sus seguidores se lamentan de las interacciones románticas engañosas. “Hay una frustración enorme. Muchas personas se quejan de que no las tratan como seres humanos, ya sea porque reciben el mismo saludo genérico enviado a otros cientos de usuarios de la app, porque se sienten cosificadas, o porque alguien escribe alguna vulgaridad que jamás se atrevería a pronunciar en persona”, informa la ilustradora, en entrevista con Newsweek.
Las ilustraciones de Rothenberg también han contribuido a la terminología de las citas en línea: en octubre de 2019, la artista creó el concepto de “paperclipping”.
Dicha expresión está inspirada en Clippy [Clipo]: una animación que funcionaba como asistente de Microsoft Word, y que solía aparecer de manera repentina en las pantallas de las computadoras. Rothenberg adoptó el encantador icono para personificar a un individuo que alguna vez fuera candidato para citas y que, luego de desaparecer, retoma la conversación cibernética al cabo de meses o incluso años sin el menor contacto.
En cuanto a la forma como nacen las nuevas palabras, Rothenberg advierte que la tendencia empieza a volverse excesiva debido a la superposición de temas. “Muchos están abusando de la nueva terminología, pues utilizan varios términos para describir la misma afrenta o hasta una variación minúscula de la misma afrenta”, declara.
Si bien “paperclipping” no es una de las principales tendencias en línea, el término se utiliza para expresar la capacidad de compartir experiencias comunes que generan empatía en las redes sociales. De hecho, un puñado de publicaciones han usado el dibujo de Rothenberg para apuntar a las dificultades que presentan las relaciones en línea, así como al consuelo que una frustración común ofrece a quienes intentan interactuar con parejas potenciales.
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Igual que las conversaciones en línea, la cultura popular también ha inspirado nuevos términos. La expresión “catfishing” derivó de un documental que dio origen a una serie de MTV que lleva el mismo nombre. Ahora en su octava temporada, el programa pretende desenterrar las identidades reales de amantes que mienten en línea. Es más, el sitio dictionary.com define dicha palabra como “engañar, estafar, etcétera, asumiendo una identidad o personalidad virtual falsa”. Según la encuesta Pew, hasta 63 por ciento de los adultos entrevistados sabía qué significaba el vocablo “catfishing”.
Entre tanto, Sheck señala que, debido a la dependencia estadounidense de los medios sociales y la cultura popular, no es de extrañar que los nuevos términos se hayan introducido en la conversación cotidiana.
“Hoy día, los programas de realidad televisivos y las redes sociales están en todas partes, así que es lógico que términos como ‘ghosting’ y ‘catfishing’ se hayan infiltrado en el vocabulario moderno”, declaró.
“Lo lamentable es que dichas expresiones se refieren a intentos para evitar la intimidad y la honestidad. Esa actitud propicia que las citas se convierten en un juego que debemos ‘ganar’ y así evitar la incomodidad de habernos metido en el mercado de la soltería. Ser vulnerable es arriesgarte a que te lastimen. Y aunque esas prácticas pretenden evitar el dolor de ser rechazados, lo que en realidad hacen es lastimar a otros y perpetuar el ciclo”, concluyó Sheck.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek