Miles de activistas a favor de las armas se comenzaron a reunir este lunes en la ciudad estadounidense de Richmond, Virginia, para una manifestación que sucede bajo una gran vigilancia y un estado de emergencia declarado por las autoridades que temen la violencia de los grupos de extrema derecha.
Los manifestantes se juntan frente al edificio del Capitolio para el llamado “Día del Lobby” organizado por la Liga de Defensa de los Ciudadanos de Virginia (VCDL por sus siglas en inglés), que se opone a las leyes de control de armas propuestas por los demócratas que controlan el gobierno de Virginia.
La VCDL ha condenado lo que considera una violación de la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense, que establece que “el derecho de las personas a tener y portar armas, no debe infringirse”. Esta enmienda ha sembrado controversia a lo largo de los años y ha sido objeto de muchas interpretaciones diferentes.
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La Corte Suprema dictaminó que las personas tienen derecho a tener armas de fuego en sus hogares, pero dejó que los estados determinen cómo se pueden transportar las armas.
El presidente Donald Trump, un importante aliado del lobby a favor de las armas, expresó su apoyo a los manifestantes el viernes en Twitter.
“Eso es lo que sucede cuando votas por los demócratas, te quitarán las armas. Los republicanos ganarán Virginia en 2020. ¡Gracias, demócratas!”, escribió.
Richmond era la capital de la Confederación pro esclavitud, y Virginia se ha inclinado tradicionalmente por los conservadores.
Pero el estado, que linda con Washington, pasó en noviembre a manos demócratas, que prometieron abordar lo que consideraban como una laxitud en torno a las leyes sobre armas de fuego, particularmente después de un tiroteo en mayo de 2019 en Virginia Beach que dejó 12 muertos.
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Las leyes propuestas prohibirán los cargadores con más de 10 rondas de municiones, la compra de más de un arma por mes, y permitirían a los jueces confiscar armas de individuos considerados peligrosos.
Sin embargo, se abandonó un proyecto de prohibición de la venta de fusiles semiautomáticos.
Las nuevas restricciones han sido duramente criticadas por todo el estado, y más de 100 condados y localidades se han declarado como santuarios de la Segunda Enmienda, amenazando con no aplicarlas.
Este lunes se aumentó la seguridad alrededor de la plaza del Capitolio, y las autoridades han dispuesto refuerzos policiales para evitar cualquier mala conducta, ya que varios grupos de extrema derecha han dicho que asistirán.
El gobernador demócrata Ralph Northam declaró el miércoles un estado de emergencia para el sitio de la manifestación, que ha estado vigente desde el viernes y continuará hasta el martes por la noche.