Cuando la directora de cine Kenya Márquez comenzó a buscar apoyos para Fecha de caducidad —su ópera prima, un thriller de suspenso con una buena dosis de humor negro—, se encontró con la “sugerencia” de construir una historia lineal, tradicional; sin embargo, no cedió ante esta presión y, aunque no consiguió el respaldo económico que necesitaba, se aferró a su discurso.
“Como si se tratara de un rompecabezas que poco a poco se va armando, la cinta reúne tres historias que hablan de lo común que es que los seres humanos nos juzguemos por apariencias, así como del daño que causa la falta de resignación y hasta dónde puede llevarnos. Además se abordan temas que me atañen como mexicana, como la corrupción y la violencia contra la mujer, pero a pesar de que se mantiene una crítica constante, se hace de manera sutil”, comenta Márquez sobre esta película, la cual cuenta con las actuaciones de Damián Alcázar, Ana Ofelia Murguía y Marisol Centeno.
Todo comienza con la desaparición de un hombre, cuya madre se da a la tarea de buscarlo por todos lados, incluso en la morgue. Una serie de casualidades la llevan a construir su propia versión de los acontecimientos, en donde se cruzan una muchacha que viene huyendo de una experiencia de maltrato y crimen, y un multiusos aficionado a la nota roja que termina convertido en antihéroe y víctima.
Ahí se hacen presentes circunstancias que, desafortunadamente, son muy comunes en una sociedad tan lastimada como la nuestra: violencia, “levantones”, corrupción y el menosprecio de unos hacia otros con base en lo que cada quien parece ser, sin importar las consecuencias.
Visión periodística
Reunir todos estos elementos para dar forma a un argumento que se hila de manera brillante sin dejar ningún cabo suelto no fue fácil. De formación periodística, Kenya Márquez aportó al guion el panorama de observación que esa profesión le brindó durante años para crear una película que dice mucho sin ser intensa.
“El espectador mismo contribuye a contar esta historia que bien podría ser cruda, pero en realidad prefiero relatar las anécdotas de manera absurda, con el término justo de humor negro, donde tienen cabida los personajes marginados, esos que nadie ve. Fecha de caducidad lleva a reflexionar sin ser un melodrama, no se trata de un trabajo pretencioso ni vacío”, explica la cineasta, cuyas historias, sin ser femeninas ni feministas, tienen siempre un personaje femenino fuerte, guerrero, con el que honra el hecho de haberse criado sola con su madre. “Retrato hombres nobles y mujeres decididas, a veces hasta perversas, pero nunca sumisas”, dice Kenya, quien anteriormente escribió y dirigió los cortometrajes Cruz, La mesa servida y Señas particulares.
El reto de llegar a las salas
Fecha de caducidad se produjo en México en 2011, el año pasado recorrió más de 40 festivales a nivel internacional y se convirtió en la película mexicana más premiada de 2012. Entre los galardones obtenidos se cuentan el Colón de Plata por mejor director en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva; el premio Mejor Ópera Prima Iberoamericana, en el Miami International Film Festival; mejor largometraje por la Asociación Brasileña de Críticos de Cine; premio especial del jurado “Silver George” en el Festival Internacional de Cine de Moscú; premio a la mejor ópera prima en el Vancouver Latino Film Festival; mención especial del jurado en la Semana Internacional de Cine de Valladolid, y premio especial del jurado y premio a la mejor interpretación (Damián Alcázar) en el Festival del Cinema Latinoamericano Trieste.
En nuestro país se ha presentado en el Festival Internacional de Cine de Morelia, donde obtuvo el Premio del Público y Mención Especial del Jurado a la Dirección y Fotografía, pero lo más importante es que este festival le abrió las puertas para hacerse notar en México. Posteriormente, la cinta se hizo acreedora a mejor largometraje jalisciense en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara.
“Es una película muy noble porque le ha ido bien con el público y la crítica en los festivales, donde ha provocado reacciones muy diversas: en Brasil y Cuba les pareció muy graciosa, y en Turquía los espectadores reían y lloraban. Es curioso, pero la entienden muy bien”, comparte Márquez, y agrega: “Eso me hace pensar en la situación del cine mexicano dentro de nuestro propio país, es muy triste que muchas películas de gran calidad se pierden por no tener una gran distribuidora que las lleve a las salas de cine”.
Con el apoyo del Estímulo a la Promoción del Cine, Eprocine, Fecha de caducidad al fin llegará a las salas comerciales de México, para concluir en casa el circuito que comenzó a recorrer hace más de un año.
“Después de todo este proceso, mi gran lección es que, como creador, uno tiene que contar sus historias como sienta que hay que hacerlo, ejecutar sus ideas y defender sus propuestas hasta el final”, concluye Kenya Márquez.