La puesta en marcha del Tratado de México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) está todavía en suspenso. Entre las diferencias que tienen los involucrados están algunas demandas en materia laboral de congresistas estadounidenses que, según el principal gremio empresarial mexicano, “resultan extremas y son totalmente inaceptables”.
El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) emitió un comunicado el lunes por la noche en el que dijo que observaba “con gran preocupación” las demandas por parte de los legisladores de Estados Unidos y que “podrían afectar severamente la competitividad de México y de sus socios en América del Norte”.
El CCE no menciona cuáles son las demandas propuestas que, afirma, afectarían a las cadenas de suministro creadas en la región, pero aseguró que “el respeto a la soberanía de México no es negociable”.
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“El gobierno mexicano tendrá nuestro apoyo para generar contrapropuestas y mantener una postura firme en defensa de la competitividad de nuestro país”, señaló el texto.
Miembros del partido Demócrata, responsable de la ratificación del tratado en Estados Unidos, han propuesto la creación de un cuerpo de inspectores que supervise la aplicación de la reforma laboral, con capacidades para investigar y auditar a las empresas.
Un reporte de la semana pasada de Bloomberg señala que, además, los demócratas han presionado para expandir los poderes de los agentes de aduanas de Estados Unidos para bloquear la importación de bienes de Canadá y México de fábricas que violan los estándares laborales del tratado.
México ha mantenido negativa ante una propuesta de este tipo que afectaría la soberanía, pero el negociador mexicano, Jesús Seade, dijo el miércoles pasado estar dispuesto a ajustar el proceso del panel de arbitraje del T-MEC para facilitar las decisiones en disputas de derechos laborales, informó el medio.
En su conferencia matutina de este martes, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que México no acepta que “haya una especie de inspectores para ver si una empresa cumple con lo establecido en la ley, si realmente se llevó a cabo la elección (en un sindicato) de manera democrática, no se aceptó”.
“Si hay una controversia en una empresa”, consideró, “no en todo el sector empresarial, no en toda la industria de México, que pueda haber un panel, que es distinto, donde participemos de manera conjunta, un representante de Estados Unidos y un representante de México, y un tercero, para que si no se cumplió con la norma, en un plazo considerable (…) estos panelistas, que son como jueces, ya deciden si realmente hubo una violación o incumplimiento en materia laboral”.
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El CCE dijo este lunes que “tenemos la percepción de que algunos actores estadounidenses están tratando de presionar para que no haya un acuerdo“.
En un comunicado posterior, el grupo empresarial alertó por la aprobación de una reforma que prohíbe la figura de la subcontratación, conocida como outsourcing. “Se trata de una iniciativa preocupante, totalmente inadecuada y desproporcionada, que tendría consecuencias gravísimas para la economía de México”.
Negociado a instancias del presidente estadounidense, Donald Trump, para reemplazar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), vigente desde 1994, el T-MEC fue firmado en noviembre de 2018 por los tres países.
Pero hasta ahora solo fue ratificado en junio por el Senado mexicano, a pesar de la disposición y el optimismo que han mostrado los equipos negociadores.