“De algo te vas a morir, mejor disfruta la vida”… Basta de este tipo de comentarios. Dejemos de llevarnos por la mercadotecnia y los eventos sociales, en donde todo lo que te rodea es comida procesada y te hacen pensar que su consumo es “normal”.
Cada vez es más recurrente llevar una dieta “saludable”, pero ¿realmente la estás llevando a cabo?
Veamos un ejemplo: ¿Qué es un consumo de chatarra moderado? El comer dos o tres veces por semana comida chatarra o procesada no debería de ser normal ni saludable. Porque este consumo “moderado” afecta de manera silenciosa el aumento de citoquinas proinflamatorias, especies reactivas de oxígeno, alteraciones hormonales y alteraciones de la microbiota intestinal que no podemos detectar.
Estos efectos en tu cuerpo no los podrás sentir instantáneamente, por lo que estarás pensando que tu consumo “moderado” de comida procesada no te estará afectando.
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El problema viene cuando, después de 30 años, empiezan las consecuencias, como el subir de peso sin haber comido de más, diabetes, hipertensión, alergias, problemas intestinales, cáncer, etcétera.
La mayoría de las enfermedades se ven desencadenadas por nuestro estilo de vida, no por el azar.
Dejemos de contar calorías y contemos nutrientes. Es impresionante cómo la gente se preocupa más por el azúcar de un plátano que de un muffin “light” de 30 calorías y 5 gramos de azúcar.
Lo que no saben es que ese muffin tiene harina de trigo, aceites vegetales, edulcorantes artificiales y muchas más cosas dañinas para su organismo.
¡Aprendamos a comer y dejemos las dietas en paz!
Calidad o cantidad
Siempre hago mucho énfasis en este tema porque la obsesión de cuidarnos y de contar calorías cada vez es más fuerte.
Dos alimentos con la misma cantidad de calorías tendrán diferentes afectos hormonales de grelina, leptina, insulina, glucagón, etcétera.
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Estas hormonas son las que regulan nuestra cantidad de grasa corporal, no las calorías.
Por lo tanto, según el efecto del alimento en nuestro organismo, tendrán más o menos poder de acumular grasa.
Es casi imposible saber exactamente cuántas calorías debemos de comer porque una cosa es la que dice la etiqueta nutrimental y otra es la que realmente absorbe o metaboliza nuestro cuerpo.
Cuando dejamos de comer y reducimos calorías, el cuerpo responde con una reducción de calorías gastadas (mecanismo de sobrevivencia).
Por ello, las dietas hipocalóricas a largo plazo son imposibles de mantener y es cuando existe el efecto de rebote, atracones, ansia por comer, etcétera.
No hay como una dieta libre de alimentos procesados, todo natural, aprendiendo a balancear una comida y mantenerte activo físicamente.