Un antiguo árbol descubierto en Nueva Zelanda guarda el registro de una inversión del campo magnético de la Tierra. Según informes del sitio Web stuff.co.nz, el árbol -una conífera de la especie Agathis australis, mejor conocida por el nombre maorí de kauri– fue encontrado en Ngawha Springs, pequeño asentamiento de la Isla Norte de Nueva Zelanda donde se llevan a cabo excavaciones para expandir una planta de energía geotérmica.
Con un diámetro de 2.44 metros y unos 20 metros de longitud, el kauri se encontraba enterrado bajo una capa de tierra de casi 8 metros de profundidad. La datación con radiocarbono reveló que el árbol creció hace 41,000 a 42,500 años, y que vivió alrededor de 1,500 años.
En entrevista con el sitio Web, Alan Hogg, director del Laboratorio para Datación por Radiocarbono en la Universidad de Waikato, Nueva Zelanda, declaró: “No hay algo parecido en todo el mundo. El kauri de Ngawha es único”.
La vida del kauri abarcó un periodo en que el campo magnético de la Tierra [o campo geomagnético] estuvo a punto de invertirse, lo que se conoce como una excursión geomagnética. Es decir, los polos norte y sur magnéticos empezaron a migrar, pero no concluyeron la inversión.
Se cree que el campo geomagnético es producido por el hierro que se encuentra en el núcleo de nuestro planeta donde, al moverse, genera corrientes eléctricas que se extienden hasta el espacio. El campo geomagnético hace las veces de un escudo que protege la Tierra de los vientos solares: corrientes de partículas solares cargadas que, de impactar con nuestra atmósfera, acabarían con la capa de ozono.
Al invertirse (o intentar invertirse), el campo geomagnético se debilita permitiendo que llegue más radiación solar, y los científicos han relacionado eventos de extinción previos con inversiones de dicho campo.
Los anillos del kauri contienen un registro muy completo de una excursión geomagnética. Esta es la primera vez que se descubre un árbol que vivió durante todo el fenómeno. “Lo más crítico es el tiempo que se requiere para que ocurra este movimiento… Los anillos nos servirán para rastrear los cambios con más precisión”, agregó Hogg para stuff.co.nz.
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Las muestras obtenidas del árbol están siendo analizadas por un equipo que dirige Chris Turney, investigador de la Universidad de Nueva Gales del Sur, y experto en paleoclimatología y cambio climático. Cuando se esclarezca lo que ocurrió en el kauri durante el incidente, los científicos tendrán una idea más precisa de lo que podríamos experimentar la próxima vez que ocurra una inversión. “Aumentará la radiación cósmica, y eso podría afectar nuestros satélites y demás infraestructura de comunicaciones”, apuntó Hogg.
La NASA informa que, si bien la inversión del campo geomagnético ocurre a intervalos aleatorios, en los últimos 20 millones de años parece estar obedeciendo a un patrón consistente en una inversión cada 200,000 a 300,000 años. La última inversión completa ocurrió hace aproximadamente 78,000 años.
Hace poco, unos científicos anunciaron que el polo norte magnético se había desplazado de manera inesperada. En vez de moverse a un ritmo constante del Ártico canadiense hacia Siberia, se aceleró de tal manera que los investigadores tuvieron que actualizar el Modelo Magnético Mundial (MMM): una representación del campo geomagnético que se utiliza en los sistemas GPS de todo el mundo.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperación con Newsweek