Fue descubierto en Perú el que se cree que es el mayor sacrificio de niños en toda la historia. En el sitio arqueológico de Huanchaquito-Las Llamas, se desenterraron esqueletos de más de 140 niños. En este sitio de sacrificio masivo, fechado alrededor del año 1450 d. C., también había más de 200 llamas sacrificadas, y los científicos que trabajan en el sitio tratan de determinar cuál fue la causa de este ritual tan extremo y violento.
Los detalles del descubrimiento se anunciaron por primera vez en abril de 2018. Desde 2011, los arqueólogos que trabajaban en el sitio han encontrado restos humanos enterrados en un área de aproximadamente 2,296 m². Un análisis posterior reveló que los esqueletos habían pertenecido casi en su totalidad a niños. También se encontró que las llamas sacrificadas eran de corta edad.
En ese momento, John Verano, catedrático de antropología de la Universidad Tulane de Nueva Orleans que se encontraba analizando el sitio, declaró a National Geographic: “Yo mismo nunca lo esperé. Ni creo que nadie más lo haya hecho. Se trata de una serie de muertes rituales, y fueron realizadas muy sistemáticamente”.
Verano, junto con Gabriel Prieto de la Universidad Nacional de Trujillo, Perú, y sus colegas, han publicado ahora sus hallazgos científicos en la revista PLOS One. Prieto declaró a Newsweek que piensan que el ritual ocurrió en un periodo breve, posiblemente de uno a cinco días.
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Los investigadores señalan que las pruebas anatómicas y genéticas mostraron que los niños tenían entre cinco y 14 años de edad. Tenían marcas de cortes a lo largo del esternón y varias costillas desplazadas, lo que sugiere que les habían abierto el pecho para sacarles el corazón; esto indica que el acto fue parte de un sacrificio ritual. También se descubrió que los niños provenían de diferentes regiones y grupos étnicos. No se sabe cómo pudieron haber sido elegidos, pero todos ellos tenían buena salud, “Más que el promedio en esa época”, señaló Prieto.
Los sacrificios humanos y animales se han realizado en todas las culturas a lo largo de la historia. Con frecuencia, se realizaban como parte de un funeral o de rituales espirituales.
En las culturas precolombinas, los sacrificios de niños están bien documentados. Por ejemplo, los incas sacrificaban niños durante o después de sucesos importantes, conocidos en ocasiones como rituales de Capacocha. También existen pruebas de sacrificios de niños en las civilizaciones maya, azteca y teotihuacana. En 2016, varios investigadores anunciaron que una caverna de Belice, llamada Cueva del Terror de Medianoche, probablemente había sido un sitio donde se realizaban sacrificios de niños para apaciguar a Chaac, el dios de la lluvia.
Huanchaquito-Las Llamas fue parte de la civilización chimú, una cultura que surgió alrededor del año 900 d. C. y que se estableció a lo largo de la costa norte de Perú. A diferencia de otras culturas precolombinas, en ella existían pocas pruebas de sacrificios de niños, hasta que se encontró esta tumba masiva.
“Las fuentes etnohistóricas o los recuentos históricos no indican que se hayan realizado sacrificios tan numerosos de niños o de camélidos en la zona costera del norte de Perú”, señaló Verano. “Tuvimos la suerte de poder excavar completamente el sitio y de contar con un laboratorio de campo multidisciplinario y con un equipo de laboratorio para realizar la excavación y los análisis preliminares del material. Este sitio abre un nuevo capítulo acerca de la práctica de los sacrificios de niños en el mundo antiguo”.
Se desconoce que pudo haber llevado al pueblo chimú a realizar un ritual de sacrificio a tan gran escala. En su estudio, los investigadores señalaron que la capa de lodo encontrada encima de los sedimentos del entierro indica que una fuerte lluvia o una inundación precedieron a la serie de sacrificios. Esto, dicen, “pudo haber tenido un impacto en la estabilidad económica, política e ideológica de uno de los estados más poderosos del Nuevo Mundo”.
“Aunque la correlación entre las lluvias fuertes y el sacrificio puede ser una coincidencia, resulta tentador plantear la hipótesis de que ambos sucesos están relacionados, y que la ofrenda masiva de niños y camélidos pudo haber sido un intento de apaciguar a los dioses y mitigar los efectos de una importante ENSO [El Niño Southern Oscillation, Oscilación Austral de El Niño, un fenómeno meteorológico que suele provocar inundaciones en Perú], la cual ocurrió entre los años 1400 y 1450 d. C. El sacrificio de un número tan grande de niños y camélidos constituyó una importante inversión de recursos para el estado chimú”.
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Prieto señaló que El Niño pudo haber provocado fenómenos meteorológicos “extraordinarios” a lo largo de la costa del norte de Perú aproximadamente cada 100 años. “La Oscilación Austral de El Niño que ocurrió entre los años 1400 y 1450 d. C. fue extraordinaria, y afectó la economía de la civilización chimú, destruyendo sus sistemas de irrigación y sus caminos, y las lluvias incluso pudieron haber afectado las construcciones de sus ciudades, elaboradas con ladrillos de barro”, dijo. “El sacrificio fue realizado posiblemente para complacer a los dioses, pidiéndoles que detuvieran las lluvias y las inundaciones”.
Elizabeth Graham, catedrática de arqueología mesoamericana del University College de Londres, Reino Unido, declaró a Newsweek que, aunque la investigación es “impresionante”, es difícil pasar por alto el hecho de que “no tenemos pruebas que nos indiquen por qué murieron las personas que se afirma que fueron ‘sacrificadas’”, y añadió que no está de acuerdo con el término sacrificio, el cual, aunque se usa con mucha frecuencia en los escritos sobre las Américas, no tiene un equivalente en las culturas maya y azteca.
Continuó diciendo que “infiero que la palabra sacrificio pretende definir al hecho de matar a un ser viviente única y exclusivamente para un dios. Pero esta racionalización sigue siendo una suposición y no un hecho… Aún no se ha demostrado en qué lugares del Viejo o el Nuevo Mundo se ha matado a individuos exclusivamente por un dios. Existen muchas otras racionalizaciones para dar muerte a alguien, y los dioses generalmente sirven como una especie de cereza sobre un pastel que ya se ha horneado… Sabemos que, en distintas épocas de la historia, los niños y los bebés fueron asesinados para limitar el número de la población, frecuentemente en épocas de tensión social”.