En el mundo del jazz, Karen Souza entró con versiones íntimas y envolventes de Creep (Radiohead) y Every breath you take (The Police). Pero desde años antes ya se hacía música: “Primero fue el chill house y deep house, toda esa música lounge. De ahí me invitaron a cantar en el proyecto de Jazz & 80’s y descubrí que el jazz era parte de mi infancia que estaba dormida en mí”, cuenta la cantante argentina en un restaurante de Ciudad de México.
Su último disco, Velvet Vault, es la representación discográfica de lo que son sus presentaciones en vivo. Y es que en este podemos escuchar estándares de jazz, covers de otros géneros llevados al jazz y canciones originales, además de su primer dueto con el músico japonés Toku.
Mientras disfruta de un café después de comer, Karen habla sobre su voz, el jazz y el amor por nuestro país: “Desde el primer momento en que vine a México, en 2011, me enamoré. Y desde entonces no he dejado de venir ni un año, es el país al que más tiempo le dedico y al que más viajo”.
—¿Qué es lo que más disfrutas de tu voz?
—Me gusta cantar más que escuchar mis canciones. Últimamente se me ha hecho lindo saber que mi música afecta a otras personas, he entendido que puedo acompañar la vida de otras personas y hacerles más fácil los momentos difíciles o acompañar una primera cita. Creo que ese es el arte: que uno puede pasar, pero las canciones se quedan.
—Tienes una voz íntima, ¿te benefician los foros pequeños?
—Sí, y además son lo más parecido a un club de jazz. Me gusta que no siento que estoy dando un espectáculo, más bien estoy cerca de la gente. Además de que están tomando una copa y eso siempre ayuda al romanticismo.
—¿Por qué crees que hay jóvenes que siguen escuchando y haciendo jazz?
—Para mí el jazz es un refugio. Me hace sentir cómoda y hay una calidez fuerte tanto en escucharlo como en practicarlo. Es un género hermoso; no puedo hablar objetivamente del jazz. A veces la música que se pone de moda es muy superficial y por ahí hay quien quiere ir más profundo, y esos caen en el jazz.
—Karen Souza es un personaje de Rocío Rodríguez, ¿nos recomiendas otro?
—Tengo muchos proyectos, ahora estoy haciendo algo totalmente nuevo: coaching y producción de voces para un artista argentino que se llama Lucas Contenti, es su primer proyecto musical. También el rock está impreso en mí y de vez en cuando tengo la necesidad de colgarme la guitarra eléctrica y quedarme sorda por un rato, y lo hago. Y todavía hago música electrónica; es que es tan estructurada que me produce muchos recuerdos de los años 90.
—¿Por qué tener tantas personalidades?
—Tengo muchos proyectos porque la música es un campo enorme y hay muchas cosas que se pueden hacer, a mí me gusta estar de todos lados: ser el grabado, el que graba, me meto en la producción y en el máster, y el oído se va agudizando con la práctica y el tiempo. No solo hago jazz, y hasta que me vuelva loca seguiré incorporando géneros.
—Te presentas en el Lunario el 10 de noviembre…
—Sí, vamos a entrar en profundidad en este último disco con músicos totalmente nuevos (distintos a los que vinieron el año pasado) y músicos invitados. Hay canciones nuevas que tengo guardadas, que me da pena que se queden empolvadas y son sorpresas íntimas que van a escuchar también en el concierto.