La NASA no ha tenido mucha suerte últimamente con sus telescopios espaciales, insignias que valen muchos millones de dólares.
En los últimos meses, el Telescopio Espacial Hubble, el Observatorio Chandra de Rayos X y la nave espacial Kepler han sufrido problemas técnicos que han llevado a la suspensión de las operaciones espaciales.
Ahora, la agencia espacial ha anunciado que Kepler ha regresado al modo de suspensión —en el que no usa combustible— apenas pocos días después de empezar su ronda más reciente de observaciones.
“Después de un exitoso envío de datos en la más reciente campaña de observación, el equipo Kepler le ordenó a la nave espacial que se colocara en posición para empezar a recopilar datos para su siguiente campaña”, decía una declaración de la NASA.
“El viernes 19 de octubre, durante un contacto regular con la nave espacial usando la Red del Espacio Profundo de la NASA, el equipo se enteró que la nave espacial había pasado a su modo de suspensión sin gasto de combustible”.
La nave espacial ha experimentado desde hace tiempo niveles peligrosamente bajos de reservas de combustible y ha entrado en repetidas ocasiones en modo de suspensión para que se pueda conservar la suficiente energía para enviar sus datos preciosos de vuelta a la Tierra mientras siga siendo viable.
Es posible que a Kepler finalmente se le haya agotado el combustible y no se encienda de nuevo, aunque, al momento, la situación no está clara.
“El equipo Kepler actualmente está evaluando la causa y evaluando las posibles acciones a seguir”, decía la declaración.
Los problemas de combustible no son los únicos que Kepler ha enfrentado recientemente: en septiembre, la NASA anunció que la capacidad del envejecido telescopio de apuntar con precisión se ha mermado.
No obstante, la nave espacial fue capaz de descargar datos exitosamente en su 19ª campaña de observación de vuelta a la Tierra el 15 de octubre. La esperanza es que le quede energía suficiente para enviar de vuelta los datos recopilados durante la más reciente serie de observaciones.
Incluso si este es el final de la nave espacial cazadora de planetas, Kepler entrará en la historia como uno de los logros más grandes de la NASA. Lanzada en 2009 para buscar exoplanetas del tamaño de la Tierra, fue diseñada para operar solo tres años y medio. Sin embargo, la misión ha durado mucho más, descubriendo casi 3,000 exoplanetas en el ínterin, revolucionando nuestro entendimiento de los mundos más allá del sistema solar.
Por ejemplo, con base en los datos recopilados por la misión Kepler, los científicos han calculado que podría haber alrededor de 40,000 millones de exoplanetas rocosos del tamaño de la Tierra en las zonas habitables de estrellas parecidas al Sol y de enanas rojas solo en la Vía Láctea.
Tanto el Hubble como Chandra —que fueron lanzados en 1990 y 1999— han sufrido problemas técnicos recientemente.
El 5 de octubre, el Hubble suspendió las operaciones científicas y entró en modo de ahorro de energía a causa de una falla en un giroscopio —un dispositivo que ayuda a apuntar y fijar el telescopio del observatorio—, del cual luego se descubrió que rotaba a velocidades anormales. El modo de ahorro de energía pone al telescopio en una configuración estable hasta que el control en tierra pueda corregir el problema.
El Hubble está equipado con seis giroscopios, aunque por lo general usa solo tres cada vez, con los otros fungiendo como respaldos. Durante la misión de servicio más reciente de la Estación Espacial en 2009, los seis fueron remplazados. Sin embargo, dos de estos remplazos ya habían fallado, dejando solo cuatro funcionando antes de la falla más reciente.
La NASA anunció el lunes que el giroscopio ahora rotaba a velocidades normales y el Hubble estaba más próximo a reanudar sus operaciones científicas normales, aunque se necesita llevar a cabo pruebas adicionales.
Chandra, el telescopio de rayos X más poderoso, también tuvo problemas con uno de los giroscopios: un fallo técnico provocó que el observatorio entrara en modo de ahorro de energía el 10 de octubre. Sin embargo, la falla fue arreglada relativamente rápido, permitiéndole al observatorio reanudar sus operaciones científicas el 21 de octubre.
La NASA no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek