En 2001, después de los ataques al World Trade Center y el Pentágono, Estados Unidos de nuevo fue el blanco de los terroristas, pero esta vez atacaron con armas biológicas. Llegaron cartas llenas de un polvo blanco a las oficinas de algunos senadores y de agencias noticiosas. Cuando las abrieron, el polvo se esparcía por el aire y la gente en la cercanía lo inhalaba. Pocos días después, 22 personas se enfermaron y cinco de ellas murieron.
En las siguientes dos décadas, la amenaza del bioterrorismo se ha vuelto cada vez más prominente en la consciencia pública y la seguridad nacional. El gobierno continúa invirtiendo en biodefensa, y tanto el Instituto Nacional para la Salud como la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de la Defensa (DARPA) invierten en estrategias para prevenir y contrarrestar cualquier ataque.
En un estudio publicado en la revista mBio, unos investigadores anunciaron el desarrollo de una vacuna nueva que protegería contra el ántrax y la peste. Ellos dijeron que la vacuna “es un candidato fuerte para ser acopiada en caso de un potencial ataque bioterrorista que involucre uno o ambos de estos agentes de amenaza biológica”.
“La Bacillus anthracis y la Yersinia pestis, los agentes causantes del ántrax y la peste respectivamente, son dos de las bacterias patógenas más mortales que se han usado como agentes en la guerra biológica”, escribió el equipo.
Como resultado, los investigadores buscaron crear una vacuna que contrarrestase ambas. En 2017, publicaron su investigación en la revista Frontiers in Immunology, anunciando el desarrollo de una vacuna que producía una respuesta fuerte de anticuerpos contra la peste y el ántrax en ratones, ratas y conejos.
En el estudio más reciente, el equipo se basó en los hallazgos previos y anunció la creación de una vacuna de nanopartículas de ántrax y peste que suscita una respuesta inmunológica a ambas bacterias.
Venigalla Rao, autor del estudio, de la Universidad Católica de América, dijo a Newsweek que crearon la vacuna mediante incorporar antígenos claves de ambos agentes.
“Al incorporar todos estos componentes en una vacuna dual (multivalente) e inyectarla en el cuerpo, somo capaces de estimular respuestas inmunológicas contra ambos organismos antes de cualquier exposición a estos organismos”, explicó él.
“En el caso de un ataque bioterrorista que use uno o ambos organismos, como el cuerpo ya fue preparado con inmunidad, las respuestas inmunológicas preexistentes inducidas por la vacuna neutralizarán estas toxinas/factores de virulencia producidos por la exposición a estos organismos.
“En consecuencia, los organismos no serán capaces de crecer y provocar una infección seria. En nuestros estudios con animales, no vimos una infección bacteriana significativa en los animales vacunados, mientras que los animales de control no vacunados mostraron crecimiento bacteriano y sucumbieron a la infección a los pocos días después de la exposición”, dijo Rao.
Al momento, se necesitan dos dosis de la vacuna para dar una protección completa. Rao dijo que aun cuando los aspectos de la vacuna podían probarse en humanos, no se pueden hacer pruebas con versiones vivas de ántrax y/o peste en dosis letales. “También nos gustaría pasar de nuestra vacuna a pruebas clínicas con humanos y, de ser exitosas, avanzar hacia el acopiamiento de una sola vacuna contra el ántrax y la plaga como parte de nuestra preparación nacional, en oposición a dos vacunas distintas para el ántrax y la peste”, comentó él.
“Espero que [un ataque bioterrorista] nunca ocurra. Nuestra meta desde la perspectiva de investigar la vacuna es ayudar en la preparación nacional (mundial) en caso de que un ataque semejante ocurriese. Mucha de la investigación futura dependerá de y será llevada a cabo con financiamiento e interés del gobierno y las agencias comerciales”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek