La vida del músico punk británico, exvocalista de la banda Sex Pistols, Jack Lydon, será presentada en un nuevo documental.
John Lydon merece tanto crédito por la explosión del punk como cualquier otro humano vivo. No es que él ansíe un título formal. “No veo la música en categorías como esa”, dice el cantante de 62 años. “Nunca deberías permitir que te categoricen, agrupen, contengan o empaqueten lindamente en la fraseología de alguien más”.
Como Johnny Rotten, el líder desdeñoso de los Sex Pistols, Lydon se burló de la reina, dijo groserías en vivo en televisión e incitaba al caos en los conciertos. Pero ha hecho música mucho más interesante —y audazmente anticomercial— como líder del grupo pionero postpunk Public Image Ltd., el cual pasó del áspero e inescrutable metal box de 1979 a un éxito inesperado en 1986 con “Rise”, inspirada en el apartheid.
La banda actualmente trabaja en su decimoprimer álbum. La carrera sorprendentemente larga de Lydon con PiL es contada en el nuevo documental, The Public Image Is Rotten (La imagen pública está podrida, título no oficial), en la que todos, desde Flea hasta Thurston Moore, alaban la influencia tan grande de la banda.
Al preguntarle si la película presenta la verdad, Lydon le dice a Newsweek: “Es tan buena como lo demás que he visto u oído”.
—Te han llamado partidario del presidente Donald Trump. ¿En verdad lo eres?
—¡Lejos de ello! Pero tampoco lo odio. Siento que estoy viendo una de esas extrañas series de comedia en televisión en la que no puedes jamás adivinar el siguiente chiste corto [de Trump]. Por supuesto, me asustan mucho las posibilidades de su final. No estoy loco.
—En 2009, en un giro surrealista, reformaste a PiL usando dinero que provino de un comercial de mantequilla Country Life.
—¡Es la cosa más anárquica que he experimentado en mi vida! “¡Cómo podrían pensar que yo promovería mantequilla!”. Se dieron reuniones, y hallé que la [compañía] era en verdad abierta. Hice las paces con mucha facilidad: mira, me ofrecieron todo este dinero, y sí, como mantequilla. ¡Yupi!
“¡Ahora [estamos] trabajando en hacer la grabación perfecta, aun cuando no sé si tal cosa podría existir. Me gusta la filosofía de los tejedores de alfombras turcas; siempre hacen esa puntada de mala calidad, porque nada puede ser perfecto a los ojos de su dios. Esa es una filosofía más bien adorable”.
—¿Cómo te afectó la muerte de David Bowie?
—Fue un balde de agua fría. Pero pienso que el hombre murió de forma razonablemente regia. Maravillosamente valiente, solo irse con tranquilidad y dejar que la obra hable por sí sola.
—¿Qué haría Sid Vicious [bajista de los Sex Pistols] si estuviera vivo?
—No lo sé. No puedo responder imponderables. ¡Solo lo extraño!
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek