Crías de delfines están siendo envenenados al recibir toxinas de la fuente menos esperada: la leche de sus madres. Los contaminantes tóxicos, incluidos los bifenilos policlorados (PCB, por sus siglas en inglés), el DDT y los retardantes de fuego terminan en las crías de delfín en concentraciones más altas que en sus madres, según descubrió una nueva investigación publicada en la revista científica Science of The Total Environment.
“Los recién nacidos reciben las concentraciones más altas poco después del nacimiento, en el momento en que son más vulnerables”, dijo Dawn Noren, autora principal del estudio, en un comunicado de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).
“Los mamíferos todavía se encuentran en desarrollo neurológico después de nacer, por lo que una alta exposición en edad temprana es una gran preocupación”, dijo Noren, investigadora en biología pesquera en el Centro Noreste de Ciencias Pesqueras de NOAA Fisheries.
Esto se debe a que estos contaminantes orgánicos persistentes (COP), que tardan mucho en descomponerse en el medioambiente, se bioacumulan en la cadena alimentaria porque se almacenan en la grasa de los animales marinos.
Estas sustancias químicas se concentran cada vez más en los cuerpos de los animales que se encuentran más arriba en la cadena alimentaria, como los delfines y otros mamíferos marinos.
¿QUÉ TIENE QUE VER LA BIOACUMULACIÓN?
La bioacumulación se produce porque las toxinas no pueden descomponerse dentro del cuerpo de los animales y aumenta su concentración. A medida que las toxinas se almacenan en los tejidos grasos de los delfines, estas pasan a la leche, la cual consumen las crías de delfines en grandes cantidades y resultan envenenados.
El estudio investigó a seis madres de delfines nariz de botella y a sus crías del Programa de Mamíferos Marinos de la Marina, en la Bahía de San Diego, Estados Unidos, y midió los tipos y niveles de sustancias químicas tóxicas en su sangre y leche.
“Durante los primeros 460 días de lactancia, el contenido de lípidos de la leche y las concentraciones séricas de POP de la cría aumentaron, mientras que las concentraciones de POP en la leche y el suero materno disminuyeron”, describieron los autores en el artículo.
“Al final del periodo de lactancia, los niveles de COP en el suero de las crías eran considerablemente mayores que los de sus madres, particularmente para los compuestos con menos cloro”, añadieron.
A diferencia de las hembras de foca gris y foca arpa, que ayunan durante la lactancia, los delfines nariz de botella continúan cazando y consumiendo peces y otras presas. Debido a que las madres no dependen de su grasa para mantenerse con vida, esto puede explicar por qué una mayor cantidad de químicos COP llegan a la leche y, por lo tanto, a la cría.
OTRAS ESPECIES Y DELFINES ENVENENADOS
Según los investigadores, esto es preocupante para los delfines y las orcas salvajes, ya que ellos también consumen presas durante sus periodos de lactancia e igualmente podrían resultar envenenados. Esto puede representar un problema especialmente grande para la población de orcas residentes del sur, en peligro de extinción, que es nativa del Pacífico norte oriental y tiene niveles de toxinas en la grasa más altos que otras poblaciones de orcas.
Investigaciones anteriores han encontrado que las toxinas pueden ser un factor que contribuye a que muchas crías de orcas que habitan el sur mueran antes de cumplir un año de edad, así como a que dos tercios de los embarazos de orcas del sur no tengan éxito.
Sin embargo, es muy difícil estudiar las toxinas en la sangre y la grasa de los delfines y las orcas en estado salvaje.
“Este estudio no se puede realizar con delfines u orcas salvajes. Los estudios con animales de la marina nos permiten rastrear con mayor precisión cómo se mueven los contaminantes entre las madres y las crías”, dijo Noren.
Por lo tanto, se necesitan más estudios para determinar el impacto total de los COP en las crías de especies como los delfines y las orcas. “Se necesitan estudios longitudinales adicionales con tasas de muestreo más altas para informar las evaluaciones del riesgo para las crías de cetáceos por la exposición a COP, así como para parametrizar mejor los modelos que apuntan a predecir cambios en los niveles de COP de cetáceos a lo largo del tiempo”, escribieron los autores del estudio. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)