La comisaria de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic, denunció que en ese continente todavía se practican “terapias de conversión” y en muchas ocasiones, de manera legal y con fines “médicos” y “religiosos”. Durante un informe sobre el tema, este 15 de febrero, Mijatovic exhortó a los Estados miembros a poner fin a estas prácticas.
Las prácticas de conversión (también conocidas como las llamadas “terapias de conversión”) pretenden cambiar o suprimir la orientación sexual, la identidad de género o la expresión de una persona cuando no se ajusta a la norma dominante percibida. Aunque adopta muchas formas, estas prácticas suelen ocurrir a través de tres métodos.
MÉTODOS PARA TERAPIAS DE CONVERSIÓN
Uno de ellos es la psicoterapia, incluida la terapia conductual y cognitiva y las prácticas basadas en la aversión (como los medicamentos electrochoque e inductores de náuseas). Se basa en la creencia de que la orientación sexual de una persona es el resultado de alguna experiencia pasada y anormal.
El método de la intervención médica, incluidos los enfoques farmacéuticos, como el uso de hormonas o esteroides, para corregir un supuesto desequilibrio biológico, también es parte de las terapias de conversión.
Asimismo, están las intervenciones basadas en la fe. Es decir, intentos de librar a un individuo de un supuesto mal que es la causa de su orientación sexual. El proceso se desarrolla a través de la “orientación” de un asesor espiritual. Esta puede incluir sesiones de insultos, palizas o exorcismo.
LAS VÍCTIMAS NO RECONOCEN EL PREJUICIO SUFRIDO
“Estas intervenciones siguen practicándose en Europa, muchas veces con toda la legalidad y generalmente bajo un pretexto médico o religioso”, escribió Mijatovic en el informe. Añadió: “Pese a las consecuencias nocivas de estas intervenciones, que son profundas y duraderas, es difícil para las víctimas hacer reconocer el prejuicio sufrido y obtener una reparación. Esta situación ya no es sostenible”.
El Consejo de Europa es una organización internacional con sede en Estrasburgo, que cuenta con 46 Estados miembros, 27 de los cuales son también miembros de la Unión Europea (UE).
La Comisaria subrayó que en la UE se calcula que “el 2 por ciento de las personas LGTBI padecieron este tipo de prácticas y 5 por ciento se vieron proponer una conversión, pero las cifras reales podrían ser mucho más elevadas”.
TERAPIAS DE CONVERSIÓN PUEDEN LLEVAR HASTA EL SUICIDIO
Estas prácticas, dijo, a veces se llevan a cabo bajo la sombra de empresas comerciales, promoviendo activamente mensajes y servicios dañinos a las personas vulnerables a través de anuncios y obteniendo beneficios de esas mismas personas. Informes recientes sugieren que algunas de estas empresas se han aprovechado de las discrepancias legislativas en las prácticas de conversión en Europa y se han reubicado donde todavía son legales.
Estas supuestas terapias pueden provocar depresiones, ansiedad, odio a sí mismo y pensamientos suicidas, recordó. Mijatovic también insistió en que la prohibición de este tipo de prácticas es una “tendencia reciente” en Europa.
NIÑOS Y JÓVENES EN RIESGO
Según los datos más recientes disponibles en el Reino Unido (Reino Unido), alrededor de una quinta parte de las personas LGBTI allí han experimentado prácticas de conversión, y las personas trans son atacadas de manera desproporcionada por estas intervenciones. “También me preocupan especialmente los hallazgos de que, a nivel mundial, los niños y los adultos jóvenes corren un riesgo mucho mayor de ser sometidos a estas prácticas”, alertó Mijatovic.